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Una de las principales causas de la catarata congénita son las mutaciones genéticas que afectan el desarrollo del cristalino en el útero.

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena

La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología  (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología  (SPO). En instagram: @retinapanam

La catarata congénita es una afección poco común que afecta a los bebés y se caracteriza por la presencia de nubosidad u opacidad en el cristalino del ojo.

Esta afección puede afectar significativamente el desarrollo visual de un niño si no se diagnostica y trata a tiempo. En estas líneas exploraremos las causas, los síntomas, el diagnóstico, el tratamiento y las posibles complicaciones de la catarata congénita.

Para empezar, una de las principales causas de la catarata congénita son las mutaciones genéticas que afectan el desarrollo del cristalino en el útero.

Estas mutaciones pueden provocar la formación inadecuada del cristalino, lo que provoca la opacidad que caracteriza a las cataratas.

Además, ciertos factores ambientales, como las infecciones durante el embarazo o la exposición a toxinas, también pueden aumentar el riesgo de desarrollar cataratas congénitas.

De igual manera, existen algunos eventos aislados. Los síntomas de la catarata congénita pueden variar según la gravedad y edad de afección.

Algunos bebés pueden mostrar solo una discapacidad visual leve, mientras que otros pueden experimentar síntomas más pronunciados como estrabismo (ojos cruzados), nistagmo (movimiento ocular involuntario) o ausencia de un reflejo rojo en el ojo afectado.

El diagnóstico de cataratas congénitas generalmente implica un examen ocular completo realizado por un oftalmólogo pediátrico, quien evaluará el grado de opacidad en el cristalino y determinará el curso de tratamiento adecuado. 

El tratamiento de la catarata congénita suele implicar la extirpación quirúrgica del cristalino afectado seguida de la implantación de un cristalino artificial para restaurar la visión.

Esta cirugía generalmente se realiza dentro de los primeros meses de vida para prevenir el desarrollo de ambliopía, también conocida como ojo vago, que puede ocurrir si el cerebro no recibe información visual clara durante el período crítico del desarrollo visual en la infancia que tiende a ser desde el nacimiento hasta los 6 u 8 años de vida.

A pesar de los avances en las técnicas y la tecnología quirúrgica, todavía existen complicaciones asociadas con la catarata congénita que pueden afectar el resultado visual a largo plazo de un niño.

Estas complicaciones pueden incluir errores de refracción, ambliopía, estrabismo y disminución de la agudeza visual, por esta razón los exámenes de seguimiento periódicos con un oftalmólogo pediátrico son esenciales para controlar el progreso del niño después de la cirugía y abordar cualquier complicación que pueda surgir. 

En conclusión, la catarata congénita es una afección compleja que requiere un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno para prevenir problemas de visión a largo plazo en los bebés afectados.

Las mutaciones genéticas y los factores ambientales pueden contribuir al desarrollo de cataratas congénitas y los síntomas pueden variar según la gravedad de la afección.

La extirpación quirúrgica del cristalino afectado seguida de la implantación de un cristalino artificial es el tratamiento principal para la catarata congénita, pero las posibles complicaciones, como errores refractivos o ambliopía, pueden afectar el resultado visual del niño.

Los exámenes de seguimiento periódicos con un oftalmólogo capacitado son esenciales para monitorear el progreso del niño después de la cirugía y abordar cualquier complicación que pueda surgir. 

En general, la catarata congénita es una afección desafiante que requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a oftalmólogos, asesores genéticos y otros profesionales de la salud para brindar atención integral a los bebés afectados.

Al crear conciencia sobre las causas, los síntomas, el diagnóstico, el tratamiento y las posibles complicaciones de la catarata congénita, podemos ayudar a garantizar que los niños con esta afección reciban las intervenciones adecuadas para optimizar su desarrollo visual y su calidad de vida. 

Referencias:

  • Santana A., Waiswo M. The genetic and molecular basis of congenital cataract. Arq Bras Oftalmol. 2011.
  • Drummond Brandao A.M., Tartarella M. B. Unilateral pediatric cataract surgery. Arq Bras Oftalmol. 2008.
  • Bell S.J. et al. Congenital cataract: a guide to genetic and clinical management. Ther Adv Rare Dis. 2020.
  • Bezerra da Cruz C. et al. Cataract in childhood: socioeconomic and gestational profiles and neuropsychomotor development. Arq Bras Oftalmol. 2005.

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena