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Imagen: Cortesía de Pinchographer, en su Facebook. También de la noble tierra de Azuero

El crecimiento demográfico, la desidia de nuestros gobiernos, la instalación de formas de producción que contaminan las aguas del río La Villa, entre otras causas, han hecho que el sistema colapse

Por: Dr. Miguel Ángel Cedeño Tello 

El autor de este texto es el doctor Miguel A. Cedeño T., psiquiatra y catedrático de Psicopatología y Psiquiatría Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá y buen hijo de Chitré

Chitré, si no me equivoco, fue la primera ciudad del interior en contar con un acueducto moderno. La modernización inició con el levantamiento del tanque de reserva, una megaobra, aún hoy, muy poco superada fuera de la ciudad capital.

La grandeza de esa instalación contribuyó a apodos que caracterizan a nuestra querida ciudad. «Chitré Progresa» es el lema majestuoso que ha anunciado por décadas aquella imponente obra. Y es que nada llena de orgullo a un chitreano como su «tanque del acueducto y su lema». 

Sustentado, entre otras cosas, por la grandeza de aquella obra vinieron otros motes como «Chitré la ciudad que crece sola», «Chitré la berraquera», «Chitré la ciudad donde nadie es forastero», «Chitré ciudad cinco estrellas…»

Lo que muchos no saben es que la modernización del acueducto chitreano tuvo su origen en una crisis parecida a la actual: al fallar el antiguo acueducto, el agua salía contaminada (chocolate). Durante la visita de un ministro del gobierno de turno a ver la problemática, al pedir agua, se le brindó un vaso con agua chocolate. Fue el método chitreano de forzar la construcción de nuestro acueducto.

De inmediato se conformó un comité pro acueducto de Chitré conformado por el Lic. Juan Batista, Don Carmelo Spadafora, el Ing. Bolívar Márquez, el profesor Carlos Raúl Moreno, entre otros.

Así, en 1952, se inaugura el nuevo tanque de reserva y las futuras generaciones de chitreanos disfrutamos de agua potable y saludable. La fuente de agua sería el río La Villa que divide a las provincias de Herrera y Los Santos.

Pero nada es para toda la vida. El crecimiento demográfico, la desidia de nuestros gobiernos, la instalación de formas de producción que contaminan las aguas del río La Villa, entre otras causas, han hecho que el sistema colapse sin que se busque una solución definitiva al problema.

A esto hay que agregar, como autocrítica, que las generaciones actuales de chitreanos no parecen ser tan combativas como las anteriores, probablemente porque la politiquería criolla y la corruptela neutraliza a mucha gente. En Chitré, la política antes era apenas un medio, no un fin. Hoy es al revés. 

El poder en el Chitré de entonces descansaba mayormente en empresarios y dirigentes comunitarios con un profundo amor a su pueblo, por eso era «Chitré la ciudad que crece sola«. Hoy la gestión del poder ha cambiado y Chitré, de un momento a otro, detuvo su crecimiento sustentado en esta relación de amor a la tierra. Lo político está por encima de lo técnico y, realmente, se requiere que lo técnico, y las decisiones con evidencia científica, estén por encima de los intereses políticos o económicos.

He observado en cada crisis en los medios televisivos a técnicos en la materia hablar sobre la contaminación por atrazina antes y hoy de heces porcinas por las porquerizas dispersas en las riberas del río La Villa y sus afluentes. Preguntamos:¿Dónde están? ¿Cuántas son? ¿Quiénes son los dueños?… La información clara y objetiva, sin sesgos, nos ayudará a conseguir a los verdaderos culpables, sancionar y resolver con una visión de largo plazo.

Quizás se desconozca que la población chitreana era una población muy sana y desde la década de los ochenta se disparó la incidencia de cáncer de útero y colon, y las infecciones gastrointestinales se han convertido en endémicas.

Pero, ¿quién puede demostrar ahora que es a causa del agua?, lo que tampoco se puede demostrar es que no es el agua. En un país desarrollado esto se hubiera estudiado y muy fácil podría catalogarse, demostrada la causa, en un crimen de lesa humanidad. Acá no se podrá porque es el precio que todos pagamos en un país subdesarrollado.

Señores técnicos: su compromiso es con su país y con su gente, no con un gobierno. Eso los hará grandes, lo contrario, los empequeñecerá y los hace cómplices de la no solución y quizás de una futura tragedia.

En verdad, todos sabemos que el sistema de agua en Chitré ha colapsado, y la única solución es un nuevo acueducto; es humillante estar emparchando cosas en cada crisis, mismas que cada vez se repiten más a menudo. Cada parche es una humillación para Chitré y su gente.

Mi pariente Papi Tello me envió un proyecto que aparentemente solucionaría el asunto.

«Todo indica que nuestros coterráneos, están consumiendo agua contaminada, porque el agua cruda para potabilizar, se está tomando en Chitré, después de recorrer por tantos lugares desde su nacimiento.  Mi opinión siempre ha sido que la potabilizadora debe estar en el distrito de Las Minas y traerla a Chitré, por gravedad».

No soy experto en la materia, y no sé si el proyecto es factible ni si soluciona en forma definitiva el asunto, pero podría tomarse en cuenta. Incluso se me ha dicho que el proyecto existe formalmente, ¡ah, pero todo se estrella contra un muro que dice «no hay plata»!

Y es este el principal  problema, pero los chitreanos venimos sufriendo humillaciones con la inconclusión de varias obras como el intercambiador vial, el estadio Rico Cedeño, insuficiencia de hospitales…

¡Qué dolor mi Chitré querido! ¿Hasta cuándo nos seguirán humillando?, ¿cuándo volveremos a crecer solos?

Por: Dr. Miguel Ángel Cedeño Tello