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El equipo de médicos del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela que realizó el novedoso procedimiento

El temblor esencial, que impide acciones tan sencillas como tomar una taza de café, abotonarse la ropa o llevar de la mano a un niño, ahora se puede curar en un gran porcentaje, gracias a una tecnología israelí, sin bisturí ni incisiones, que Galicia se ufana de estrenar en un centro público: en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.

La noticia ha dado vuelta completa por España, por supuesto en Galicia, y más allá de las fronteras, porque acercar la salud al paciente es un logro de la ciencia y de la tecnología.

Además del temblor esencial, esta intervención permite tratar el temblor no quirúrgico de la enfermedad de Parkinson y el dolor neuropático central, entre otras dolencias neurológicas.

El Dr. José María Prieto González, jefe del Servicio de Neurología y profesor asociado de Medicina del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, desde la feliz noticia, reconoce que el teléfono no para de sonar.

Dr. José María Prieto González

No es para menos.

Saber que sin bisturí ni sangrados se puede reducir el temblor en muchos de los enfermos neurológicos y, además, en un centro público, es una iniciativa que alegra en tiempos de particular dificultad, afectados por la pandemia.

Correspondió al presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, anunciar que Galicia contaría con el primer hospital público de España, y de los primeros en Europa, en“ofrecer un tratamiento pionero contra el parkinson y el temblor esencial”.

Esto es posible gracias a la adquisición, a un costo de 2.4 millones de euros, de un equipo de ultrasonidos focalizados de alta frecuencia (HIFU) para el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, cuya primera intervención tuvo lugar el 25 de marzo.

Datos oficiales señalan que en Galicia padecen Parkinson cerca de 4,000 personas y 35,000 con temblor esencial, a quienes esperan beneficiar con esta técnica cuya eficacia clínica “se mantiene al menos por cinco años”.

Esta tecnología ha llegado a Galicia de la mano de la empresa Insightec, con casa matriz en Israel, que refiere como esta innovadora tecnología médica “transforma la vida de los pacientes a través de la cirugía sin incisiones”.

Esta tecnología se fundamenta en guiar con resonancia magnética un haz de ultrasonidos de alta energía hacia un núcleo del cerebro que participa en el control del movimiento.

Esto permite “acceder con precisión a núcleos situados en las profundidades del cerebro”.

Para entender la enfermedad

El Dr. José María Prieto González explica que la enfermedad de Parkinson es degenerativa y se conoce muy poco en cuanto a sus causas.

En los últimos años se han descubierto genes implicados en algunas formas clínicas que afectan a personas jóvenes.

Aclara que la enfermedad de Parkinson y el síndrome de parkinson son problemas distintos.

Las causas más frecuentes del síndrome son la enfermedad vascular del cerebro, los traumatismos craneales repetidos y el consumo crónico de fármacos como los utilizados para los vértigos, los vómitos y las arritmias cardíacas.

La enfermedad tiene un carácter degenerativo y entre sus manifestaciones destacan el temblor, la lentitud de movimientos y los trastornos de la marcha y de los reflejos.

Al paciente le cuesta realizar acciones tan simples como dar vuelta en la cama, batir unos huevos, vestirse o ponerse los zapatos.

Hay otro trastorno motor distinto del Parkinson que se denomina temblor esencial.

Los pacientes que lo padecen refieren gran dificultad en la realización de movimientos que requieren precisión como abotonarse, escribir e incluso comer o beber. Esto empeora su calidad de vida.

El tratamiento es con fármacos o con cirugía con electrodos profundos, pero en un 30% la respuesta es insuficiente o no es posible la operación. Con esta moderna “cirugía” se consigue una mejoría entre un 80% y un 100%.

Condiciones del paciente

El jefe del Servicio de Neurología y profesor asociado de Medicina del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, señala que entre los requisitos del candidato están tener más de 18 años, que no sufra de claustrofobia (no todas las personas toleran estar dentro de la máquina de resonancia magnética) o sean personas cuyo deterioro cognitivo les impida colaborar durante el procedimiento.

Ocurre que a la persona no se le puede sedar: debe estar despierta y colaborar con el equipo médico.

Otra contraindicación deriva de cuán grueso pueda ser el hueso del cráneo. “La cabeza muy dura no nos vale”, razona con palabras sencillas el Dr. Prieto González, ya que la energía de los ultrasonidos, necesaria para alcanzar el objetivo, causaría efectos secundarios intolerables.

Procedimiento

“La única intervención es rasurar el cráneo”, detalla el especialista para ilustrar lo mejor de este procedimiento: no es invasivo.

El paciente debe estar en ayunas y tras ingresar en la máquina de resonancia magnética se localiza la diana anatómica. Posteriormente se aplican de manera gradual los ultrasonidos, evaluando periódicamente la respuesta del paciente, quien ayudará a saber si el temblor va mejorando.

Tras identificar con precisión la diana, el neurocirujano provoca “una lesión de 2-3 mm”. Como ya se explicó, todo es con ondas de ultrasonidos, sin bisturí ni cortes. El procedimiento quirúrgico dura entre 30 y 45 minutos.

Cabe recordar que el temblor esencial es simétrico: afecta tanto el lado derecho como el izquierdo.

Por lo general, se trata primero un lado y unos meses más tarde el otro. Hay equipos con experiencia que ya se están planteando tratar ambos lados en una misma sesión.

Emilio, el primer paciente atendido en el Hospital Clínico de Santiago, apenas salir de la máquina le dijo al equipo: “¿Cuándo vamos con el otro lado?”.

Así de satisfecho quedó.

“Poder comer solo o llevar a su nieto de la mano sin sacudirlo, son satisfacciones que nos contó Emilio y son parte del objetivo de la medicina: dar calidad de vida”, comenta con alegría el Dr. Prieto González, quien siempre entendió con mucha claridad el valor de esta tecnología.

Reconoce que contar con este sistema ha sido posible por el apoyo de la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia, “que fue muy sensible cuando le expliqué que esta tecnología sería de Galicia y para beneficio de los pacientes gallegos”, si bien ya desde toda España están recibiendo llamadas.

Esperan mantener un ritmo de cuatro pacientes atendidos por mes y así escalar hasta ocho mensuales.

Esto es posible, observa, porque “heredé un servicio extraordinario; no es difícil dirigirlo”.

“Desde hace 21 años, en este hospital, se realiza cirugía de los trastornos del movimiento, implantando electrodos profundos en determinados núcleos del cerebro.

Hace nueve años es centro de referencia nacional para realizar este tratamiento y hasta ahora se han intervenido 356 pacientes”.

Jefe del servicio de Neurología del Hospital Clínico desde hace un año y medio, lo acompañan en la Unidad de Parkinson, los doctores Ángel Sesar Ignacio, Gustavo Fernández Pajarín y Begoña Ares Pensado, quienes trabajan junto con el Dr. Miguel Gelabert González y Eduardo Arán Echabe, ambos neurocirujanos.

Otras aplicaciones

El Dr. Prieto González detalla que además del temblor esencial refractario y del temblor no quirúrgico de la enfermedad de Parkinson, y del dolor neuropático central, esta tecnología se está estudiando para emplear en pacientes con otros temblores, con epilepsia, con tumores cerebrales y con trastornos de conducta obsesivos compulsivos.

En este último caso reconoce que el cerebro es muy ingenioso y a los pocos meses encuentra la manera de “saltarse” la cura.

El Dr. Prieto González subraya su satisfacción por este logro que sitúa al Servicio Gallego de Salud (Sergas) como una referencia mundial y pone su tecnología y su medicina al servicio del bienestar común.