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Por: Dra. Karen Courville

Por: Dra. Karen Courville, FACP
Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión.

Existen enfermedades que pueden producir que algún órgano del cuerpo deje de funcionar de manera permanente.

Debido a los grandes avances de la ciencia, se ha logrado trasladar un órgano sano y colocarlo en el cuerpo de la persona enferma o trasplantarlo, y de esta manera hacer que este nuevo órgano siga realizando su trabajo.

Este órgano puede provenir de un donante fallecido, o un donante vivo.

Un donante fallecido es la persona que, por alguna patología aguda, como un accidente, sufre una lesión o daño cerebral inmediato y grave, que no compromete la función de sus otros órganos, pero que causa un daño al cerebro irreparable y tan importante que le impide seguir controlando el resto de sus funciones corporales y recuperarse. 

En este caso, al comprobar mediante pruebas cerebrales como un electroencefalograma y las pruebas de los reflejos, se verifica que el paciente no tiene función cerebral y se declara muerte encefálica. Si el donante fallecido había expresado su voluntad a los familiares, se pudieran utilizar sus órganos para salvar otras vidas.

El donante vivo es aquella persona, familiar o cónyuge de un paciente con una enfermedad crónica que decide voluntariamente donarle un órgano, en el caso más común, el riñón o las células progenitoras. 

Evolución del Trasplante Renal en Panamá

El 19 de noviembre de 1990 se realizó el primer trasplante renal de donante vivo relacionado en el Programa de Trasplantes de Órganos en la Caja de Seguro Social.  Antes de esa fecha, los trasplantes no se realizaban en nuestro país.

En el año de 1995 se crea la primera Ley de Trasplante, y el 17 de noviembre de 1998 se hace el primer trasplante de donante fallecido. En el año 2010, la Asamblea Nacional aprobó la Ley 3 General de Trasplantes de Componentes Anatómicos con la cual se crea la Organización Panameña de Trasplantes (OPT) entidad adscrita al Ministerio de Salud, responsable de la promoción, donación, extracción, preservación, distribución, intercambio y trasplante de componentes anatómicos.

Para este año 2022, se han realizado más de 1.300 trasplantes, con un promedio anual aproximado entre 40 a 50.

De trasplante renal, en el Complejo Hospitalario Metropolitano se han realizado 869

En Panamá, en la Caja de Seguro Social, se realizan a la fecha trasplantes de riñón, corazón, hígado, córnea y células progenitoras o médula ósea, pero también se realizan en centros privados.

En nuestro país contamos con el Laboratorio Nacional de Trasplante, de la Caja del Seguro Social, único laboratorio especializado en nuestro país.

Es el  encargado de realizar las pruebas de histocompatibilidad de donantes y receptores, entre algunas de sus múltiples tareas en cuanto a inmunología en trasplante se refiere. 

Es un laboratorio con tecnología de punta, actualizado y certificado y  reconocido en América Latina como el mejor laboratorio de trasplante.  En este centro, dirigido por el licenciado y profesor Alejandro Vernaza, se realizan las pruebas a los pacientes con enfermedades crónicas que están en la lista de espera de nuestro país y además realiza apoyo capacitando a personal de la región de Centro y Sur América.

¿Cómo se realiza el trasplante renal?

Para recibir un trasplante de donante vivo o fallecido, el paciente debe estar en la lista de espera.  En esta lista se mantienen de manera confidencial los datos de histocompatibilidad del paciente, y  se guarda en el Laboratorio Nacional de Trasplante.

Esto es importante porque la adjudicación del órgano debe ser a un receptor lo más compatible posible, en el caso de los donantes fallecidos, debido a que esto mejora la sobrevida del órgano.

Los pacientes que desean ingresar a la lista lo comunican a su médico tratante y se inicia con el proceso. En Panamá se maneja una sola lista de espera para cada enfermedad crónica.

Una vez que se ha evaluado por las pruebas de compatibilidad a quien se le adjudicaría el órgano, se procede al acto quirúrgico.  En el caso del trasplante renal, el cirujano encargado en Panamá es el urólogo especializado en trasplante y coloca el nuevo riñón dentro de la parte baja del abdomen. Se conectan la arteria y la vena del nuevo riñón a una arteria y vena en la pelvis y el uréter a la vejiga.

La sangre circula a través del nuevo riñón y, de manera progresiva en el riñón fallecido va despertando (de manera inmediata en caso del donante vivo) y va a producir orina exactamente como lo hacían sus propios riñonescuando estaban sanos.

¿Cuánto dura un riñón trasplantado?

Un riñón donado por una persona viva puede durar aproximadamente 20 años, mientras que el de un donante fallecido, 10 años en promedio. El rango es muy variado: en Panamá está entre los 6 a 12 años, pero depende de la enfermedad de base que llevó al paciente a la enfermedad renal crónica y al cuidado que el paciente continúe, entre ello, tomar los medicamentos inmunosupresores al pie de la letra según prescripción del Nefrólogo, para evitar que el cuerpo rechace al órgano.

¿Hay algún riesgo de ser donante vivo?

Debido a la escasez de riñones, los pacientes en la lista de espera de un riñón de un donante fallecido tal vez tengan que esperar muchos años. El promedio en Panamá es 3 años.

Hay personas que nacen con un solo riñón y no son enfermos. El riñón que queda sigue funcionando, y normalmente se agranda un poco o hipertrofia, las nefronas se hacen más grande y cumplen el trabajo del riñón ausente.

Un trasplante de riñón es un tratamiento para la insuficiencia renal; no es una cura.  Pero la donación de un órgano mejora la calidad de vida de estos pacientes en comparación con mantenerse en terapias de reemplazo renal, que  son desgastantes para los pacientes a largo plazo. 

En la evaluación para ser donante vivo, se verifica que este donante sea “sano” y las estadísticas mundiales han permitido darle seguimiento por muchos años, evidenciando que su función renal se mantiene en óptimas condiciones por el resto de su vida en un 99% de los casos.

¿Cómo puedo ser un donante vivo?

Lo más importante, es expresar su voluntad a sus seres vivos más cercanos. Los accidentes y traumas cerebrales usualmente son repentinos, y son situaciones muy dolorosas para los familiares.

  En el desconocimiento de que los órganos de su familiar pueden salvar otras vidas y en el dolor del momento, en nuestro país tenemos un 50% de respuestas negativas ante una solicitud de donación. Un donante puede salvar hasta 7 vidas, ya que los ayudará a recuperar la calidad y la posibilidad de un futuro. La donación para algunos, es un regalo de vida.

Dra. Karen Courville, FACP
Nefrología