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Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]
Diseño: Carlos García Ponte

Cuentos de Carlos Fong

Carlos Fong


Carlos Fong (Panamá, 1967), es escritor, cuentacuentos, promotor cultural y uno de los intelectuales más queridos y respetados de nuestro país. Es autor de Para narrar la identidad, Desde el otro lado y de la novela Aviones dentro de la casa, (Premio Sagitario Ediciones de Novela corta, 2015),  uno de nuestros clásicos contemporáneos. Ha ganado varios premios y menciones honoríficas por su obra literaria.

Desde el otro lado

“Dios bendiga este bus”, alcanzó a leer arriba del retrovisor del busero mientras terminaba de acomodarse en la segunda fila de la izquierda. Los puestos son de tres; pero parece que de pronto son de dos porque la mitad de la nalga le queda afuera. Ha de ser por culpa de la señora gorda que está del lado de la ventana. La muchacha del centro ha recogido las piernas pero parece no querer apretarse con la señora que miran como ensimismada por la ventana. Él, discretamente, aprovecha una curva para zurrarse hacia donde están las caderas de la muchacha. Las medias negras dejan ver unas rodillas hermosas, unos tobillos que se friccionan entre sí y se esconden debajo del asiento. Subió la mirada simulando indiferencia. Como a los quince minutos de viaje, los agarró el tranque.

Se había levantado como todas las madrugadas para repetir su monótona rutina. Todavía llevaba el sabor del café en el paladar cuando llegó a la parada. Los expresos en la madrugada traen las ventanas cerradas como si el aire acondicionado estuviera encendido. Como a las seis de la mañana ya se siente el calor pero nadie se atreve a bajar la ventanilla por temor quizá a despertar la furia de alguna mujer que no quiere llegar despeinada a la oficina. Pero el calor se combina con la incomodidad cuando hay un tranque. Es lo que precisamente le molesta ahora. Y lo único que logra tranquilizarlo es la sedosidad de las caderas y rodillas de la muchacha.

Disfrutaba aquella levedad de rodillas como casi una caricia cuando su mirada dio tregua a la pequeña iconografía de calcomanías que contrastaban con el mensaje cristiano arriba del retrovisor del conductor. Era como si aquel espacio donde decía “Dios bendiga…” estuviera rodeado y corrompido por una caricaturesca perdición. A la izquierda Bart Simpson abría la boca para soltar una maldición, a la derecha una conejita de Playboy mostraba la colita seductoramente, al centro el demonio de Tasmania miraba a los pasajeros con su cara fruncida por la ira. El calor comenzó a dejar sus primeras señales de transpiración. Con un esfuerzo milagroso dejó que el sueño lo dominara.

Soñó que se levantaba como todos los días solo, que una no tenía que madrugar porque allí estaba su BMW Confort Edición amarillo último modelo. Se tomó su café con calma y luego se acomodó en el asiento de cuero y dejó que el placer de la comodidad lo conquistara. Aceleró con pasión y manejó mientras se burlaba para sí mismo de la fila de autos al otro lado de la autopista frustrada por el tranque. Aceleraba con locura a la vez que acariciaba con una mano el volante. Entonces vino la curva y perdió el control y su rostro de burla se convirtió en horror cuando vio que se precipitaba hacia la fila de autos inmóviles. Quiso despertar y lo logró. Justamente cuando la muchacha le daba un empujón y su mirada se enfrentaba con la ira del demonio de Tasmania. Trató de leer instantáneamente “Dios bendiga este bus”, al mismo tiempo que veía por el parabrisas el auto amarillo precipitarse sin control desde el otro lado de la curva.

Tomado de Desde el otro lado


Réquiem para Ballenato

Durante toda su adolescencia Cara de Bebi trabajó lustrando los zapatos de cientos de chorreranos. Hoy es barbero y tiene su propio negocio cerca del parque 3 de noviembre. De vez en cuando, si alguien se lo recuerda, narra aquella broma que le hizo a Ballenato con una mezcla de satisfacción y nostalgia. Para entonces tenía, su silla de limpiabotas a la entrada del antiguo Más por Menos, frente a La Estrella, donde dicen que una vez se guareció Victoriano Lorenzo de los conservadores.

Ballenato, el loco del pueblo que se imaginaba siempre conduciendo un auto, llegó esa tarde y parqueó su carro imaginario frente al comisariato. Ballenato era todo un personaje. Hubo días en que provocó hasta tranques descomunales y el guardia de tránsito, para que Ballenato no fuera atropellado, tenía que seguirle la corriente y ayudarlo a empujar su carro, que se había descompuesto en plena calle, para estacionarlo a un lado de la vía.

Aquella mañana, como casi siempre, Ballenato llegó con todos sus ademanes de conductor: girando el timón, metiendo cambios cautelosos, echando reversa, hasta que logró parquear su carro al lado de la silla de Cara de Bebi; fue cuando se le ocurrió la broma.

Cuando regresó Ballenato y se preparaba para abrir la puerta de su carro, Cara de Bebi le dijo que cuál carro iba a manejar si se lo habían robado en su ausencia. La ira de Ballenato fue tan grande que casi destruye las sillas de los limpiabotas porque dejaron que se llevaran el carro. Al día siguiente, Ballenato regresó manejando y volvió a parquearse. Cara de Bebi le preguntó que se había recuperado el carro. Ballenato dijo que no, pero que ahora a este no le iba a dejar la llave puesta.

Tomado de Desde el otro lado

Coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña:
Pedro Crenes Castro

[email protected]
(Panamá, 1972), es escritor. Es columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.
https://senderosretorcidos.blogspot.com/