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No contar con empleo, ni estudios universitarios, además de ganar menos de $1,000, son tres condiciones que han afectado la alimentación de la población en pandemia en Panamá.

Las personas desempleadas en Panamá han empeorado en 46.9% su alimentación durante la pandemia e incluso el 46.7% ha reducido sus comidas.

En el caso de los no universitarios, el 42.3% ha empeorado su alimentación y el 45.9% ha reducido el número de comidas.

Mil dólares también pueden hacer una diferencia en la vida de las personas: Quienes ganan $1,000 o menos, han empeorado su alimentación en 43.2%

Estas conclusiones forman parte del estudio Evaluación de las conductas relacionadas con salud y alimentación en adultos panameños y residentes durante la pandemia por el COVID-19 en la República de Panamá, el cual fue presentado por la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) a propósito de celebrarse este 7 de abril el Día Internacional de la Salud.

Este estudio contó con la aprobación del Comité Nacional de Bioética de la Investigación.

Reunió a investigadores nacionales e internacionales:

La magíster Maritza Ríos, nutricionista dietista, investigadora adjunta del Centro de Investigaciones Médicas Pacífica Salud y docente de la Universidad Americana (UAM) y la Dra. Idalina Cubilla, doctora en Epidemiología, científica del Hospital Rafael Estévez de la Caja de Seguro Social e investigadora adjunta del Centro de Investigaciones Médicas Pacífica Salud y del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (INDICASAT AIP), son las investigadores principales.

Otros investigadores que colaboraron en el estudio fueron el Dr. Jon Subinas, doctor en sociología y antropología e investigador del Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS AIP); el Dr. Amador Goodridge, especialista en enfermedades infecciosas, miembro del Sistema Nacional de Investigación de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación e investigador del INDICASAT AIP; la Mgtr. Celestina Delgado, nutricionista y jefa del departamento de Salud Nutricional del Ministerio de Salud y el Lic. Éliecer Torres, nutricionista egresado de la UAM. 

El objetivo general consistió en “evaluar las conductas relacionadas con la salud y alimentación en adultos panameños y residentes durante la pandemia por el covid-19 en Panamá”.

De manera específica, “describir las conductas de alimentación y otras conductas relacionadas con la salud de la población durante la pandemia por covid-19 en Panamá”.

De igual modo, “identificar en la población estudiada cambios en las compras y consumo de diferentes grupos de alimentos durante la pandemia”.

Las entrevistas, en modalidad online, tuvieron lugar de junio a septiembre de 2020, con una muestra de 1,561 personas, entre nacionales y residentes extranjeros con 18 o más años.

Por género, fue mayor el número de mujeres (74.2%) por considerar su protagonismo en la decisión de qué consume la familia.

En el ámbito geográfico, lideró la población residenciada en Panamá y Panamá Oeste (77.9%), si bien provincias del interior y comarcas (22.1%) estuvieron representadas.

El estudio analizó tres bloques temáticos: Conductas de salud (actividad física, sueño y emociones); conductas de alimentación (criterios para adquirir alimentos) y análisis del consumo de alimentos y emociones (patrón de consumo y estado emocional).

Conductas de salud

En el ámbito de las conductas de salud, hay hallazgos de valor:

-El 50% de los encuestados reportaron dormir entre 7 a 9 horas diarias.

-65% de los encuestados reportan sedentarismo.

-76.3% de quienes se dedican a labores domésticas expresan preocupación.

-66.9% de los estudiantes dijeron sentir ansiedad.

Estos indicadores son relevantes porque más horas de sueño y sedentarismo generan obesidad y otro tipo de consecuencias de tipo físico y psicológico, señalaron los investigadores Maritza Ríos y Jon Subinas, durante la presentación virtual de los resultados.

El perfil que más ansiedad reporta es de quienes ejercen labores domésticas.

El riesgo de no tener empleo, formación ni ingresos suficientes

Desempleo, no contar con formación universitaria y ganar menos de $1,000, son factores que juegan en contra de la alimentación.

El estudio revela que el 46.9% de los desempleados han empeorado su alimentación durante la pandemia; 46.7% han reducido sus comidas y 48.1% cantidad de los alimentos.

Estos datos mejoran en el caso de los asalariados: el 22.8% ha empeorado sus hábitos alimenticios; 32.7% ha reducido sus comidas y 27.4% los alimentos ingeridos durante la pandemia.

En promedio, el 30% de la población ha desmejorado su alimentación en pandemia.

Al evaluar los perfiles de no universitarios y universitarios, la ecuación es similar: en los no universitarios el 42.3% ha empeorado su alimentación (27.3% universitarios); 45.9% ha reducido el número de comidas (30.7% si se trata de universitarios) y 48.9% ha reducido la ingesta de alimentos, mientras, en el caso de universitarios, esta disminución la refleja el 32.3%.

$1,000 hacen la diferencia en la vida de una persona:

Quienes ganan $1,000 o menos, en 40.1% han empeorado su alimentación; 43.2% ha reducido número de comidas y 45.5% la ingesta de alimentos.

Los datos mejoran con salarios mayores. Con más de $1,000, el 19.2% afirma empeorar su alimentación; 26.4% reduce el número de comidas y 27.4% reduce su ingesta de alimentos.

Otros datos compartidos es que “el consumo de alimento entre los adultos panameños y residentes encuestados varió entre un 40% y 80% dependiendo del tipo de alimento”.

De igual modo, “cerca del 80% de los participantes de 50 años o más procuró elegir alimentos saludables y naturales al momento de su compra”.

De manera positiva, “seis de cada 10 personas de 50 años o más y siete de cada 10 jubilados han mantenido su alimentación durante la pandemia”.

El “52% de las participantes mujeres expresaron experimentar ansiedad, mientras que porcentajes similares de hombres y mujeres (65% y 66%) reportaron preocupación.

Las personas con ansiedad son las que reportaron en mayor proporción haber incrementado el consumo de productos azucarados, comida rápida y alcohol”.

Las personas, al momento de escoger los alimentos, verifican si son saludables, precio y disponibilidad.

$300 o más en alimentos

El “62% de los encuestados dijo que destina $300.00 o menos por mes para alimentación”.

Más del 50% de los encuestados se autoreportan con obesidad, sin embargo, disminuyeron el consumo de productos como pizzas, hamburguesas y cereales “y uno de cada cuatro panameños reportó consumir menos carbohidratos almidonados del tipo tortillas y empanadas”. 

“El 31% de los encuestados reportó que no consume o que disminuyó el consumo de frutas, y aproximadamente 1 de cada 4 encuestados incrementó su consumo de productos azucarados como helados, galletas y dulces.

El 46% de los encuestados reflejó que mantienen su consumo de lácteos igual que antes de la pandemia, y en relación con el periodo anterior a la pandemia, cerca del 50% de la población no ha variado su consumo de grasas de cualquier tipo”, detalla el estudio.

En relación con la proteína animal, “hay un aumento importante en el consumo de huevo y pollo: el 41% y el 30% de los encuestados reportaron el incremento, respectivamente”.

La proteína procedente del mar es la de menos consumo durante el periodo de estudio “y uno de cada cuatro encuestados no consume o disminuyó su consumo de vegetales”.

Los investigadores consideran que este estudio ofrece pautas de mucho interés para tomar decisiones en materia de políticas alimentarias y esperarían poder avanzar en otros aportes que seguro dejará el tiempo pospandemia.

Violeta Villar Liste/Con información de Senacyt