fbpx
Mircea Cãrtãrescu (Rumanía, 1956) tiene, por decirlo de forma apurada, esa peculiaridad y lucidez -amarga lucidez-, común a tantos autores que crecieron en sociedades totalitarias.

Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional

Amigos lectores:

I.

Se le menciona a menudo como un posible Premio Nobel de Literatura. Se repite que es uno de los más destacados escritores vivos de Occidente. Claudia Cavallin entrevistó a Mircea Cãrtãrescu (Rumanía, 1956), cuya obra tiene, por decirlo de forma apurada, esa peculiaridad y lucidez -amarga lucidez-, común a tantos autores que crecieron en sociedades totalitarias. Aunque la entrevista se limita a cinco preguntas, ellas alcanzan para encontrar unas primeras señales de aproximación al autor. Aunque este espacio no tiene esa finalidad, en este caso cederé a la tentación: si algún lector picado por la curiosidad encontrase Nostalgia, volumen de relatos bellamente publicados por Impedimenta, no lo deje pasar: ahí está, en alguna medida, la poética, los anzuelos del universo narrativo de Cãrtãrscu.

II.

En la página 2, incluyo Díptico: dos breves comentarios de las novelas Todo lo que llevo lo tengo conmigo y Hoy hubiese preferido no encontrarme a mí misma, traducidas al español en 2010. Como bien recordarán los lectores, Herta Múller (1953) nació en Rumania, experimentó la vida aplastada por la dictadura de Ceausescu -a ello está dedicada casi toda su admirable obra-, escrita en lengua alemana. En el 2009 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura.

III.

Un coro total de vidas: así titula Francisca Noguerol, especialista en literatura hispanoamericana de la Universidad de Salamanca, su lectura de Los oyentes, novela de Antonio López Ortega (Editorial Pre-Textos, 2023): “Con este último título continúa incidiendo en constantes temáticas de su producción como la importancia de los lazos familiares, amorosos y de amistad; los caminos que adopta la consecución de la propia identidad; la significación de viajes, migraciones y exilios en la existencia humana. Y, por supuesto, la indagación sobre la historia de Venezuela en la segunda mitad del siglo XX, años signados por el optimismo vital y la abundancia, que deben ser recuperados para la memoria de los más jóvenes como única forma de ejercer el compromiso”. Página 3.

IV.

Publicidad

El texto que José Balza dedica a Ana, recuerdos de la casa verde, es más que un comentario sobre la novela de Johnny Gavlosvki, también la oportunidad de presentar a un polifacético: poeta, narrador, dramaturgo, actor, director teatral, profesor universitario, psicoanalista. “Esta ficción se sostiene en imágenes, expresión favorita del autor, como sabemos. De allí su rara precisión para los detalles (“me incorporé de la cama… abajo estaba el patio, el zaguán, todo lo que nos adhería a la tierra”) y la insistente ambigüedad con que son presentados los lugares (¿se nos habla desde la casa misma o estamos en otro lugar; las descripciones son hechas desde impresiones infantiles o el adulto las recoge tiempo después?). Por lo tanto, puede ser que visitemos la casa verde en un fluido presente o que estemos semanas (años) después, en la “nueva vida” del narrador, en una calle de Haifa, mientras lo envuelve un olor a rosas, el olor a mujer de la abuela –Ana– que está muriendo más allá del Mediterráneo”. Página 4.

V.

“Si bien la novela tiene muchos componentes ficcionales previamente presentes en la producción narrativa reciente, me parece que esta perspectiva híbrida entre un pesimismo social conectado con una razón espiritual, con las que los narradores enfrentan tales acontecimientos es un elemento peculiar de la poética de Rotter Bechar. Esto es relevante porque protege en parte a la pieza de la ancilaridad (vale decir, de la instrumentalización de su confección lingüística en función de objetivos de grupos de poder ajenos al campo cultural)”. Escribe Omar Osorio Amoretti sobre Nada nos pertenece, novela de Samuel Rotter Bechar (2021, Oscar Todtmann Editores). Página 5.

VI.

Cuenta Keila Vall De La Ville: “Crecí como la mayoría de los venezolanos nacidos en el siglo XX muy en contacto con la diversidad gracias a la convivencia con inmigrantes españoles, portugueses, argentinos, chilenos y colombianos que llegaron al país huyendo de sus respectivas tragedias nacionales. Tengo primos chilenos porque una tía a la que quise mucho en estas circunstancias llegó a mi país. Minerva nació de todas estas referencias. Además, me formé como antropóloga, he trabajado con culturas diversas siendo siempre “la de afuera, la que no pertenece”, he trabajado con fotografías y me fascina ese mirar extrapolado de quien fotografía, he vivido el mundo desde la periferia que experimenta quien escala montañas y vive para ello o por ello”. Habla de Minerva (Editorial Pre-Textos, 2023), su más reciente novela. La entrevista que le hizo Yoyiana Ahumada viene en la página 6.

VII.

En la parte superior de la página 7, Karen Lentini Gómez reseña Caracas, Notre-Dame, lentejuelas y SPAM (Editorial Demipage, España, 2023), novela de María Sol Pérez Shael: La escritura posee una carga emocional que estremece al lector con oraciones y definiciones que penetran como una afilada astilla difícil de quitar. Entre estas su definición de la enfermedad del Alzheimer: “Es Alzheimer, digo. Una palabra que se ha escapado de mi boca como una fiera herida, anunciando el descenso al abismo, el regreso a la trinchera fetal, al útero silencioso, a la nada o al origen de todo”.

VIII.

Atrapanieblas se llama el libro que Denise Armitano publicó en 2023. Pertenece al reino de la minificción. Rafael Rondón Narváez hizo una versión del texto con el que lo presentó: La minificción no solo es contemporánea en su cita, sino en la reflexión sobre sí misma. Estos cuentos lo hacen cuando especulan sobre los límites entre la realidad y la ficción, como ocurre cuando la autora se convierte en personaje de sus textos. O cuando piensa sobre el proceso de la escritura, como quisiera verlo en “Marina y el mar”. Parte inferior de la página 7.

IX.

Desde hace meses esperaba el momento para publicar la crónica de Pedro Plaza SalvatiLa literatura de observación: Visita a la casa de Josep Pla en el Ampurdán. Interesa por la madura habilidad del autor para armar su narración; por las cosas que cuenta; y, por supuesto, porque nos aproxima a ese extraordinario escritor catalán que fue Josep Pla (1897-1981), autor de una obra que suma 48 volúmenes, y de la que emerge esa joya que es su celebérrimo Cuaderno gris, dietario de genio, cuya versión en español merece un lugar en los lectores interesados en los formatos breves.

X.

Juan Carlos Rubio Vizcarrondo entrega una lectura de El lobo estepario, la novela de Hermann Hesse (1877-1962), que muy alto predicamento tuvo entre los jóvenes de las generaciones entre los 60’s y los 80’s, aproximadamente: “Harry inicia, gracias a Armanda, su trayecto hacia la libertad a través de la aceptación paulatina de los elementos dentro de sí que él más rechaza. Para Harry, lo apolíneo siempre fue su principal aspiración, un ejemplar de lo deseable. Razón por la cual, para poder empezar en su transformación, como si de un estado intermedio se tratase, este se ve obligado a abrazar al constructo que él denominó lobo estepario. Ese lobo negro en lo más profundo de su corazón que representa lo que Carl Jung denominó la “sombra”. Parte inferior de la página 9.

XI.

La piel del otro es título del discurso que Karina Sáinz Borgo leyó en París, durante la ceremonia en la que recibió el Premio Jan Michalski 2023, por su novela El tercer país: “A la literatura se llega por desesperación. De ella habrá de surgir una meseta narrada por un hidalgo o el patíbulo contado por un asesino. La literatura ensancha o estrecha el mundo, según quién nos lo cuente. En ella caben la pastora Marcela cervantina y el arsénico que Emma Bovary se lleva a la boca. La novela descubre los lugares inmorales de nosotros mismos. Por eso escribir es un acto extractivo, es escarbar la tierra con las manos. Para conocerlo, al mundo hay que despellejarlo. Por eso de una novela nunca se sale ileso”. Página 10.

XII.

La frase con que Juan Carlos Zapata tituló su artículo, describe el asunto que se despliega en la página 11: Los libros que Gabo le regalaba a Fidel Castro son los que lee el personaje de su novela póstuma (se refiere a la recién lanzada Nos vemos en agosto): “Drácula también es el primer libro con el que Ana Magdalena Bach viaja a la isla, escenario de la novela, a poner flores en la tumba de su madre. Es una isla no identificada, pero ubicada en el Caribe. En ese viaje, la mujer tiene una primera aventura amorosa fuera del matrimonio que le trastorna el mundo. “De pronto, como el rayo de la muerte, la fulminó la conciencia brutal de que había fornicado y dormido por la primera vez en su vida con un hombre que no era el suyo”. Ese primer amante le deja un billete de 20 dólares en la página 116 del libro. ¿Hay algún mensaje cifrado de García Márquez en el número de página?”.

Lo sé: estas notas quedaron largas. Prometo estrechar el campo en las siguientes ediciones.

Lo mejor, amigos lectores. Nelson Rivera.}

Lean la edición completa: