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Por: Dra. Karen Courville

Por: Dra. Karen Courville, FACP
Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión.

@kavac71

¿De dónde obtenemos las proteínas en la dieta?

Las proteínas pueden encontrarse en animales y vegetales.  Las proteínas de tipo animal son las carnes (carne de res, de pollo, puerco, pescado, por ejemplo) huevos y lácteos y derivados.  Las proteínas de tipo vegetal son los frijoles, granos y frutas secas como las nueces. 

Existen requerimientos diarios basados en el peso corporal y la edad y recomendaciones para que la ingesta de proteínas sea saludable y equilibrada.  La restricción de proteínas en la dieta depende de si la persona tiene una enfermedad por la cual el exceso de proteínas se convierte en perjudicial para su salud.

Las proteínas y la función renal

La proteína es un nutriente que el cuerpo necesita para muchas actividades, dentro de las que se encuentran desarrollar músculos, reparar tejidos y combatir infecciones.  En el producto terminal del metabolismo de los alimentos, también se producen sustancias de desecho. 

El producto final del metabolismo de las proteínas es el nitrógeno, que se elimina principalmente por el riñón en forma de urea.  Cuando un paciente tiene enfermedad renal, a medida que se pierde la capacidad de eliminar desechos, aumenta la retención de sustancias “nitrogenadas”, que sumado a  otras sustancias que no se pueden excretar, producen síntomas que se conocen como el Síndrome Urémico.

Las proteínas y la enfermedad renal

En los pacientes con enfermedad renal se han realizado recomendaciones de ingesta diaria que ayuden a evitar la progresión de la enfermedad renal y existen guías internacionales basadas en evidencia científica.

En la población de Norteamérica el consumo de proteína se estima que es el doble del necesario. Para saber su requerimiento, solo necesita conocer su peso en kilos y multiplicarlo por el requerimiento diario.  Luego, en la dieta  se distribuyen los gramos de proteínas de las carnes, huevos y granos entre las comidas del día. Por ejemplo, un adulto de 70 kg en estadio renal 1 requiere 70 g de proteína por día.  Un huevo grande tiene 6 g de proteína aproximadamente y una pechuga de pollo 50 g. 

De esta manera podemos organizar la cantidad realmente necesaria de proteínas por día durante todas las comidas.

En los pacientes con estadios tempranos de Enfermedad Renal (del 1 al 3), el aporte diario se ha calculado entre 1g/kg/día a 0.8g/kg/día.  Se ha visto que en estos estadios, mantener una dieta balanceada en conjunto con las modificaciones de dieta baja en sal y si es diabético, con un buen control de la glucosa, logran mantener al riñón en buena forma.

En el estadio 4 (pre diálisis) se deben disminuir los ingresos entre 0.8g/kg/día a 0.6g/kg/día.  Este es el estado en donde se ha visto que la restricción produce una disminución de un estado llamado hiperfiltración, en donde las células funcionales deben esforzarse para llevar a cabo tareas de limpieza cuando hay menos células para trabajar. 

La dieta baja en proteínas aumenta la sensibilidad a la insulina, y puede enlentecer la progresión de enfermedad renal.  Como todo, las dietas muy restrictivas también pueden ser perjudiciales debido a que no se desea empeorar el estado nutricional del paciente, si no que pueda ingerir cantidades apropiadas a la necesidad y según la condición. 

Algunos pacientes van a requerir suplementos, ya sea con aminoácidos esenciales, cetoanálogos, minerales y vitaminas, para poder lograr los requerimientos diarios.  Cada paciente tendrá una indicación que deberá ser individualizada por el equipo que supervisa la nutrición del paciente (Nutriólogos, Nutricionistas y Nefrólogos), para que la dieta permita reducir las pérdidas, evitar progresión de enfermedad renal y retrasar el inicio de las terapias de reemplazo renal o diálisis, pero manteniendo un buen estado nutricional.

En la enfermedad renal avanzada (estadio 5)  en diálisis, las recomendaciones son una ingesta mayor a las de la población en general, debido a que estas técnicas producen un aumento en el catabolismo de proteínas, por lo que sus pérdidas están aumentadas.  Se recomienda una ingesta de 1g/kg/día a 1.2g/kg/día de peso ideal y dependiendo de la técnica puede ser hasta 1.5g/kg/día.

Mantener un balance

Es importante realizar una evaluación adecuada de cada paciente y ajustarla a su necesidad.  Debemos tomar en cuenta los hábitos de cada paciente para poder adaptarla a su realidad económica y social, y lograr un buen entendimiento de lo que necesita y puede lograr. 

Recuerde: si tiene enfermedad renal, no se trata de no consumir proteínas, pero sí entender que la proteína sería un acompañamiento y no su plato principal, ya que lo más importante en este caso es ¡cuidar su salud renal!

Dra. Karen Courville
Nefrología, FACP