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Después de una dura semana de trabajo, nada mejor que arrancar el fin de semana con el “viernes cultural”, esa reunión de amigos en las esquinas del barrio presagiando ya el descanso y la fiesta. Esta sección pretende hacer eso, arrancar nuestro fin de semana desde esta esquina virtual con cuentos y poemas de autores panameños para que los conozcan y los disfruten. Así que, ¡feliz fin de semana!, con sabor a literatura panameña de la buena.

Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural: Literatura Panameña [email protected]

Dos cuentos de Joel Bracho Ghersi

Joel Bracho Ghersi


Joel Bracho Ghersi (Caracas, 1984), es uno de los más queridos y destacados escritores venezolanos que escriben y viven en Panamá. Escribe cuento y poesía. Ha sido galardonado con el IX Premio Diplomado en Creación literaria en 2021 y ha escrito Tipos raros y Mentiras ingenuas para burlar la muerte. Es un escritor muy intimista y buen constructor del alma de los personajes, una virtud al alcance de pocos.

Adriano Berzo

A Adriano Berzo le gustan los instrumentos musicales. Los colecciona, aunque no es capaz de tocar ninguno. Pero sabe, eso sí, afinarlos todos: cada semana los saca uno a uno de sus fundas, los limpia, los afina, y hace sonar algunas notas o un par de acordes. Luego los guarda hasta la próxima vez.

Adriano Berzo ama la música desde que era niño y los instrumentos le parecen cercanos a la magia. Artefactos increíbles e ingeniosos que guardan la potencia de una melodía o de un concierto. Pero él tiene manos torpes y no logra tocar ni la pieza más simple.

Entonces escucha a otros, grandes ejecutantes. Se emociona al verlos en escena y sentir como la música llena el espacio. Porque es eso lo que hace la música: llenarlo todo, abrazar a quien escucha. En medio de la sala, Adriano Berzo siente que el sonido lo sujeta. Con música nadie está solo.

Así que vive musicalmente. Tararea, silba, canta canciones mientras maneja, mientras lava la ropa, mientras camina por la calle hacia el café de siempre. Qué tipo tan alegre es Adriano Berzo. Todos sonríen si lo ven venir, los niños lo llaman el señor que canta, la gente le regala discos y le habla de canciones.

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Pero en el fondo, Adriano Berzo reciente sus carencias. Sus dedos lentos y un poco gordos. La distancia infinita entre las notas que piensa y los ruidos que hace. Le parece cruel no poder tocar nada.

Es por eso que a veces, cumplida su rutina de afinación y limpieza, toma algún instrumento e imagina que toca. Que toca como nadie en larguísimas veladas rodeado de gente. Con los ojos cerrados y arrullado por la música que no ha tocado nunca, poco a poco y en silencio para quedándose dormido.

            En las noches más felices, Adriano sueña que sigue tocando.


Stephen Claus

 A la gente como Stephen Klaus le gustan los peces y las tortugas. Animales pequeños que no ocupan mucho espacio y se pueden tener en un par de estanques sobre una mesita. Animales que están ahí para mirarlos, pero que no molestan. Esa gente odia que la molesten. Por esto detestan a los loros, hacedores de escándalo, e incluso a los perros, tan cariñosos como demandantes. a la gente como Stephen Klaus le gusta estar tranquila y disfrutar del silencio.

            Es una gente rara y sin embargo funcional. De los que saludan con educación, hacen su trabajo y forman parte del grupo, y al mismo tiempo hablan poco, mirándolo todo como de reojo. Siempre cordiales, recuerdan cumpleaños, pero no dan regalos, y acuden a velorios y reparten pésames, pero nunca se quedan hasta la hora del entierro.

La gente como Stephen Klaus es, sobre todo, difícil de ubicar. No se sabe muy bien qué quieren, qué piensan, qué buscan. Hasta dan la impresión de no buscar nada.

Por más que no sea intencionadamente, suelen incomodar a quienes tienen cerca. Suscitan dudas, no hablan como los demás, no caminan igual, ni se ríen de lo mismo. Por esa razón, y porque en realidad les gusta, casi siempre andan solos.

            Es una lástima, pues tienen mucho que decir. Claro que, cuando lo intentan, no les va muy bien: tartamudean, aburren, o nadie los entiende. No importa lo que digan, siempre parece que no viene al caso.

            Pero cuando se encuentran, qué maravilla cuando dos o más de ellos se encuentran. Entonces se sienten a sus anchas, felices por fin, capaces de hablar y de entenderse. Lo que pasa es que casi nunca encuentran a otros como ellos, es la verdad. Aunque no pierden la esperanza.

            Todas estas cosas las piensa la gente como Stephen Klaus. Las piensan a solas, por supuesto, cada uno por su lado. Las piensan mientras se duchan, barren, comen. Y mientras cambian el agua de las tortugas.

Tomados del libro Tipos raros


Pedro Crenes Castro, coordinador del Viernes Cultural Literatura Panameña:

Pedro Crenes Castro
[email protected]
(Panamá, 1972), es escritor. Columnista y colaborador en varios medios panameños y españoles. Ha ganado dos veces el premio Nacional de Literatura Ricardo Miró de Panamá y dicta talleres literarios. Vive en España desde el año 1990.