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Son estadísticas ya confirmadas y datos revelados, pero quienes se encuentran del lado del poder parecen no escuchar: Más del 73% del personal sanitario está integrado por mujeres, pero ganan 25% menos que sus compañeros hombres.

El 96% de los créditos solicitados por las mujeres son pagados a tiempo, pero no se les ve como sujetos de crédito en la misma medida que a la población masculina.

Una tercera cifra es muy relevante: si se le permite a las mujeres ingresar a la economía, el Producto Interno Bruto (PIB) global crecería 26%.

Hoy estas reflexiones tienen profunda actualidad porque el mundo necesita conseguir respuestas originales para salir de la indudable catástrofe sanitaria y económica que significa el coronavirus.

De esta forma, tienen pertinencia los mensajes decisivos en voces de mujeres relevantes, y hombres que luchan a su lado, porque el mundo no se construye desde una sola visión.

Dos foros, el organizado por la oficina de ONU Mujeres para las Américas y la Agencia EFE, titulado, Las mujeres, en el centro de la recuperación económica de América Latina, y el de Forbes Centroamérica, Mujeres Poderosas 2020, recogió palabras que coinciden en el mensaje común de la inclusión y la equidad.

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y quien abrió el foro de Forbes Mujeres Poderosas con la conferencia, ¿Cómo definir el ADN de la mujer latinoamericana y del Caribe?, hizo énfasis en ese gran crisol que es la mujer de la región.

Hay mujeres con fuertes compromisos con las tareas de cuidado, tanto del legado que representan los mayores, como de los niños que son el futuro.

Mujeres que también son centrales en la agricultura, además de sumar las grandes voces de líderes, políticas, feministas, ambientalistas, “voces valientes con gran compromiso social”, describió.

Reiteró que el covid-19 ha magnificado las desigualdades, con efectos mucho más visibles en la población femenina.

“Nuestra región va a experimentar una de las peores caídas en su historia: 9.1% del PIB, con un gran impacto en la precarización del empleo. Las mujeres serán muy afectadas al representar el 56% del empleo informal”, afirmó la secretaria ejecutiva de la Cepal.

De hecho, la pandemia implicará un retroceso de más de 10 años en la participación de las mujeres en el mercado laboral, es decir, sostuvo Bárcena, la tasa de desempleo será mucho mayor que en el caso de los hombres y llegará casi al 15.2%.

Además, se prevé que la pobreza podría alcanzar a 118 millones de mujeres.

La preocupación se agrava porque ya 1 de cada 3 mujeres no tenía ingresos propios y, cuando logran emplearse, lo hacen en los sectores más impactados por la crisis del coronavirus: comercio, restaurantes, turismo y el servicio doméstico.

Con respecto al trabajo no remunerado, las mujeres trabajan hasta el doble o el triple en sus hogares “y esto se debe también a la suspensión de clases que da cargas adicionales a las mujeres”, afirmó.

Además, reflexionó, los costos de atención a la salud se han trasladado a los hogares y ha hecho que la oferta insuficiente de servicios de salud, o la fragmentación, multiplique la dedicación de las mujeres al cuidado.

María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres, quien intervino en el foro de ONU Mujeres-Agencia Efe, dijo que un estudio de la organización determinó que si se le pone un salario mínimo a los cuidados no retribuidos, en términos salariales, equivaldría al 20% del PIB del país.

“Esto significa que la economía de los países está descansando en ese cuidador no remunerado”, señaló.

Quitar carga, y hacer más llevadero el día a día, es también una manera de apoyar a la fuerza laboral femenina en su inserción productiva, reflexionó, al pronunciarse por lograr que este trabajo no remunerado sea redistribuido entre hombres y mujeres.

Reconstrucción transformadora

La secretaria ejecutiva de la Cepal señaló que las mujeres, además de estar en la primera línea en salud (son más del 73% de los sanitarios), ganan 25% menos que sus compañeros hombres.

Bárcena, frente a este panorama, indica que la Cepal llama a repensar una reconstrucción transformadora que tenga una perspectiva de género, de sostenibilidad ambiental y de igualdad.

El organismo recomienda impulsar la economía del cuidado como motor de la recuperación y como un bien público esencial para cuidar a mayores y niños, “pero debe existir remuneración y reciprocidad”.

De igual modo, diseñar sistemas de protección integral con perspectiva de género.

Citó los casos de gobiernos como Argentina, El Salvador y Colombia, que han establecido permisos especiales de traslado para las mujeres en periodos de cuarentena.

Costa Rica ha dispuesto servicios de atención a la infancia para que las mujeres puedan retornar a sus lugares de trabajo.

Esto es importante por una realidad que advierte Bárcena: abren restaurantes y comercios y no así escuelas y jardines de infancia.

Otra propuesta desde la Cepal supone ampliar el monto de las transferencias actuales y alcanzar a las mujeres embarazadas, solas o dependientes, sometidas a violencia de género.

En Argentina, dijo, la protección también llega a la población LGBT.

México, indicó, ha dado acceso prioritario a programas de crédito a las mujeres, “y esto es fundamental: acordar políticas públicas y fiscales que sean sensibles al género para mitigar los impactos de la crisis”.

María Noel Vaeza afirmó que “las mujeres tenemos una energía impresionante, somos una energía transformadora y si no cuentan con nosotras, este continente va a demorar muchos más años en recuperarse”.

Coincide que es el momento de las mujeres latinoamericanas: “No somos una población vulnerable; somos una solución para la pobreza” y señala que esta realidad se debe entender el momento de considerar el financiamiento de emprendimientos y proyectos en manos de mujeres.

“Necesitamos más inversiones más allá del microcrédito” porque se les encasilla en este programa, observó.

Indicó que la mujer está marcada por estereotipos como el de ser madre y esto explica que el hombre sea preferido como sujeto de crédito (70%).

Sin embargo, al momento de pagar, el 96% de las mujeres son cumplidoras y tienen sus créditos al día, de allí que “invertir en género es un buen negocio”.

Subraya que esta inversión sería una respuesta a la reactivación de la economía. Estudios indican que habría un crecimiento de 26% del PIB si se permite a las mujeres ingresar a la economía y se derriban barreras.

Una recuperación con cara de mujer

Nadia Sánchez, creadora de She Is, fundación sin ánimo de lucro que en cinco años ha beneficiado a más de 7.500 mujeres y niñas de la región, recordó, por su parte, en el foro ONU Mujeres-Agencia Efe, que la brecha se agudizó en la pandemia.

“En el primer semestre, el 62.9% de las mujeres entraron en inactividad laboral, es decir, dejaron de liderar sus empresas», lo cual se traduce en recesión económica.

Considera que el esfuerzo se debe orientar a lograr que estas empresas en declive puedan salir a flote con inversión “y no aumentar el cupo de la deuda porque en el largo plazo significará crisis y pobreza económica”.

Las mujeres, cuando empiezan a emprender, a generar empresas o a ocupar esos liderazgos, observó, encuentran frenos al acceso de financiación efectiva.

Fernando Fascioli, presidente de McCann Worldgroup para América Latina y el Caribe, invitado en el foro de ONU Mujeres-Agencia Efe, reconoció que estamos ante una oportunidad única de construir la nueva normalidad con inclusión y decisiones conscientes que aborden salud y economía.

El economista jefe y gerente general de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Eric Parrado Herrera, al intervenir en el encuentro «Las mujeres, en el centro de la recuperación económica de América Latina», dijo que la desigualdad del financiamiento era un tema antes de la pandemia y ahora es un problema mayor

Una investigación determinó que solo en Chile se llega a la cifras de $12,000 millones que no se entrega en financiamiento por barreras impuestas a las mujeres.

Dijo que muchos gobiernos en Latam están implementando paquetes fiscales y financieros en apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes).

Al respecto considera que no es solo enfocarse en este segmento (Pymes): “Hay que hacer un análisis y revisar datos por sexo de propiedades de Pymes para ver si son hombres o mujeres, hacer un análisis de las probabilidades de pagos y orientar esfuerzos hacia emprendedoras”.

La recuperación, precisó, debe tener cara de mujer.

En la perspectiva de la secretaria ejecutiva de la Cepal, el ADN de la mujer latina “es y debe ser fuerza, capacidad, compromiso, dedicación, dignidad, futuro e inspiración”.

Esta crisis, sostuvo Bárcena, nos abre la oportunidad de mayor igualdad y justicia para las mujeres de la región, porque queremos ser parte de esta construcción como actoras y no como víctimas ni objeto de políticas, somos sujetos y por ello pedimos: “Nada sobre nosotras, sin nosotras”.

Violeta Villar Liste
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