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Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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Hoy cierro esta serie sobre las emociones y la salud. Hemos conversado sobre las emociones básicas como el miedo, la rabia, la tristeza, la alegría y hoy hablaremos del amor.

Se habla mucho del amor desde distintas perspectivas, no solo desde el punto de vista romántico; también se le vincula al sacrificio, al sufrimiento y al dolor. Entonces es útil revisar un poco más acerca de esta emoción que experimentamos y cuál es su impacto a nivel de la salud, tanto física como mental y emocional. El amor es una emoción humana biológica, básica y necesaria para nuestra supervivencia.

Abundantes estudios concluyen los beneficios de vivir una vida llena de amor en sus diversas manifestaciones, entre ellos destacan que cuando se siente amor suceden estas cosas buenas en nuestro cuerpo y alma. Pero el amor no está en el aire, está en nuestro cuerpo y genera transformaciones fisiológicas que benefician en muchos aspectos, como los siguientes:

  • Hay mayor secreción de endorfinas, lo cual mejora nuestro estado de ánimo y nos permite sentir bienestar y deseos de pasarlo bien.
  • El sistema inmunológico se fortalece.
  • Ayuda en diversos procesos como la circulación, la regulación de la tensión arterial, la digestión y el sueño; debido a que reduce la producción de cortisol y aumenta la de oxitocina (hormona del bienestar), permitiéndonos experimentar felicidad y placer.
  • Mejora nuestra autoestima impulsando el deseo de cuidar de nosotros mismos, por lo cual nuestro aspecto físico y relaciones sociales tienden a mejorar. En ello también influye la producción de melatonina.
  • Reduce los niveles de estrés y ansiedad, previene la depresión entre otros trastornos y las enfermedades cardiovasculares debido al aumento en la producción de dopamina y norepinefrina.
  • Nos ayuda a manejar la frustración y retos cotidianos.
  • Nos ayuda a disponer de un nivel más elevado de energía.
  • El amor nos motiva y le da un profundo sentido a nuestra existencia.
  • Debido al aumento de los niveles de estrógenos, la piel, el cabello y las uñas se fortalecen.
  • Incrementa la creatividad y el sentimiento de vitalidad.
  • Tiene un efecto analgésico, reduciendo el dolor leve y potenciando el efecto de los medicamentos.
  • Es un elemento importante de la resiliencia a la hora de afrontar grandes retos.

Cada uno de estos aspectos, generados por experimentar amor, conforma un círculo virtuoso que se va retroalimentando y repercute en nuestras vidas haciéndonos sentir vitales, importantes y felices.

La capacidad de amar y sentirse amado es necesaria para nuestra salud mental e integral, por lo tanto, de manera consciente, hay que buscar y fortalecer el amor en nuestras vidas.

Cuando pensamos en amar, casi siempre pensamos en otra persona a quien amar, pero la persona más cercana que tienes para amar es a ti mismo. Comenzar a construir un auto concepto positivo y a fortalecer tu autoestima es el primer paso para experimentar el amor en otras dimensiones y relaciones. Esto se dice fácil, porque a veces hay programaciones a nivel emocional que nos limitan experimentar ese amor propio sano y constructivo; en ese caso puedes acudir a la ayuda profesional  para que te acompañe en ese camino de conocerte, respetarte y amarte a ti mismo, ya que es un asunto de salud mental, física y emocional.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)