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Se ha evaluado y estudiado la diferencia entre la prevalencia, la gravedad, las complicaciones y la adherencia al tratamiento en diversas enfermedades crónicas en hombres y mujeres

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Miembro de CENCAM y ISNi3C

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Las diferencias en la salud entre hombres y mujeres son complejas y se ven influenciadas por diversos factores biológicos, sociales y conductuales. En el contexto de las enfermedades crónicas, existen patrones distintivos que afectan tanto la prevalencia como la gravedad de estas condiciones.

Se ha evaluado y estudiado la diferencia entre la prevalencia, la gravedad, las complicaciones y la adherencia al tratamiento en diversas enfermedades crónicas en hombres y mujeres, en enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad renal crónica, infarto agudo de miocardio y enfermedad cerebrovascular.

Diferencias orgánicas entre hombres y mujeres

Existen algunas pequeñas diferencias entre el cerebro masculino y el femenino, que no determinan las capacidades o comportamientos de las personas.

El cerebro masculino es, en promedio, un 8-13% más grande que el femenino. Algunas áreas específicas del cerebro muestran diferencias de tamaño o densidad entre hombres y mujeres.  Por ejemplo, la amígdala (relacionada con las emociones) y el hipocampo (asociado a la memoria) suelen ser un poco más grandes en las mujeres.  En cambio, los hombres tienden a tener un cerebelo (implicado en la coordinación y el equilibrio) más grande.

El corazón de los hombres suele ser un poco más grande que el de las mujeres. Esto se debe a que los hombres generalmente tienen mayor masa muscular que las mujeres. No hay diferencias significativas en la función cardíaca básica entre hombres y mujeres. Ambos corazones bombean la misma cantidad de sangre por minuto en reposo. Sin embargo, algunas diferencias hormonales pueden afectar la presión arterial y la frecuencia cardíaca en diferentes momentos de la vida

Los riñones de los hombres y las mujeres también tienen un tamaño ligeramente diferente, con los riñones masculinos siendo un poco más grandes en promedio. Los riñones de hombres y mujeres filtran la sangre y eliminan desechos de manera similar. Sin embargo, las mujeres tienden a tener una tasa de filtración glomerular (TFG) ligeramente más alta que los hombres, lo que significa que sus riñones pueden filtrar la sangre un poco más rápido.

Diferencias entre patologías y sexo

Hipertensión arterial

En general, los hombres tienen una mayor prevalencia de hipertensión arterial que las mujeres, especialmente en edades más jóvenes. Sin embargo, esta brecha se reduce a medida que avanza la edad, y las mujeres mayores de 65 años tienden a tener una prevalencia más alta. La hipertensión arterial en hombres tiende a ser más grave, con mayor riesgo de complicaciones como enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y daño renal, y la tasa de mortalidad por esta causa es más alta en hombres que en mujeres; sin embargo, las mujeres tienen más probabilidades de ser hospitalizadas por hipertensión arterial que los hombres.

Diabetes

La diabetes tipo 2 es más común en hombres que en mujeres, aunque la brecha se está reduciendo. La diabetes tipo 1 no presenta diferencias significativas de prevalencia por sexo. Las complicaciones de la diabetes, como enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular, nefropatía y retinopatía, son más comunes y graves en hombres que en mujeres y también la mortalidad.

Enfermedad renal crónica

La enfermedad renal crónica es más común en hombres que en mujeres. Esto se debe en parte a una mayor prevalencia de factores de riesgo como la hipertensión arterial y la diabetes en hombres. Según las estadísticas, la progresión de la enfermedad renal crónica es más rápida en hombres que en mujeres, y los hombres tienen mayor riesgo de llegar a insuficiencia renal terminal. En Panamá, la mortalidad por enfermedad renal crónica es más alta en hombres que en mujeres.

Infarto agudo de miocardio

La incidencia de infarto agudo de miocardio es más alta en hombres que en mujeres, especialmente antes de los 65 años. Sin embargo, la brecha se reduce a medida que avanza la edad, y las mujeres mayores de 65 años tienen una incidencia similar a la de los hombres. Los hombres tienen más probabilidades de ser hospitalizados por infarto agudo de miocardio que las mujeres y la mortalidad a corto plazo después de un infarto agudo de miocardio es más alta en hombres que en mujeres. Sin embargo, las tasas de mortalidad a largo plazo son similares para ambos sexos.

Enfermedad cerebrovascular

La prevalencia de accidente cerebrovascular es similar en hombres y mujeres. Las mujeres tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, mientras que los hombres tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular hemorrágico, por lo que la mortalidad es más alta en hombres que en mujeres.

Adherencia al tratamiento y otros factores

En general, las mujeres tienden a tener una mejor adherencia al tratamiento médico que los hombres. Esto se aplica a diversas enfermedades crónicas, incluyendo la hipertensión arterial, la diabetes y la enfermedad renal crónica.

Las diferencias en la salud entre hombres y mujeres también están influenciadas por diversos factores de riesgo. Algunos de estos factores son biológicos, como las diferencias hormonales, mientras que otros son conductuales o sociales, como el tabaquismo, el consumo de alcohol y la dieta. 

Para los hombres se pueden hacer algunas recomendaciones específicas, como controlar la presión alta, ya que vimos que es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas y renales. Es importante el control del colesterol, ya que los niveles altos de colesterol LDL («malo») pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.

Para las mujeres es importante el control del peso durante el embarazo, ya que el aumento de peso excesivo durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones como la preeclampsia y la diabetes gestacional. Después de la menopausia, las mujeres tienen un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

Recomendaciones

Para ambos, podemos recomendar mantener una alimentación saludable, que mantenga un consumo balanceado en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, limitando el consumo de grasas saturadas, colesterol, sodio y azúcares añadidos.  Se debe mantener un peso saludable, realizando al menos 30 minutos de actividad física moderada la mayoría de los días de la semana, con alguna actividad como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta. Como fumar es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas y renales, se recomienda no fumar.

Encuentre maneras saludables de manejar el estrés, como el yoga, la meditación o pasar tiempo en la naturaleza y consulte a su médico para chequeos regulares y exámenes de detección de enfermedades cardíacas y renales, que pueden detectarse con laboratorios y un examen físico.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI