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Foto | Arabelle Jaramillo

Enrique Jaramillo Levi tiene un secreto bien guardado: el de su infinita capacidad de producción literaria.

Cuando creíamos superada la sorpresa por una escritura reciente, vuelve a sorprender con nuevos libros que no compiten: son maneras distintas de admirar su gusto por la literatura en variadas formas.

Hoy vuelve a encontrarse y encontrarnos, a propósito de la presentación de Realidades alternas y Materia prima, acto gozoso que tendrá lugar en la sede diplomática de su segunda patria, luego de Panamá: México.

La Embajada de México, situada en la Sala de Actos Carlos Fuentes, en la calle 58 Este con avenida Samuel Lewis, edificio ADR, arriba de Banistmo, piso 10, este lunes 31 de octubre, el último día del mes, a las 7:00 p.m., recibirá al autor, a dos invitados especiales, quienes presentarán la obra y a los amigos que deseen sumarse a esta fiesta literaria.

Ela Urriola, escritora, docente y filósofa, se ocupará de presentar Realidades alternas (cuentos, Letra maya, Costa Rica, 2022) y el escritor Joel Bracho Ghersi hará lo propio con Materia prima (poemas, Foro/taller Sagitario Ediciones, Panamá, 2022).

Como antesala a la lectura de su textos, compartimos varios regalos que serán apreciados: el preámbulo a Realidades alternas y un minicuento. Prefacio a Materia prima y tres poemas breves.

Realidades alternas, preámbulo

                                                                           I

Si bien no hay tema que se resista a la exploración ni intuiciones que a priori deban ser rechazadas, no cabe duda de que nada inusuales son los descubrimientos científicos y artísticos que ocurren como resultado del azar; la Historia una y otra vez lo ha confirmado. De lo cual se deduce que en el Arte, así como en la vida misma todo, absolutamente todo, es posible, incluido lo imposible.

      Rescatar lo inverosímil de las garras de la inercia paralizadora; hacer que podamos ver las sinuosidades de la opacidad mediante la magia cotidiana de la intuición y lo proteico a través de la solvencia del lenguaje; devolverle su sitio a lo mejor de lo absurdo y de lo fantástico como aliados oportunos del sueño y de todo lo seductoramente erótico; sentir, en fin, la fuerza de lo intangible al entrar en el siempre fluido meollo de las cosas en vez de quedarnos dando vueltas en la periferia: he ahí algunos de los más desafiantes logros del cuento posmoderno en general y de la actual minificción en particular. A eso aspiro como escritor en busca hallar lo novedoso que puede revelarse en lo estético y en lo humano.

    Pocos artistas logran distinguir entre la realidad y la fantasía, ni les interesa. Para ellos la vivencia es una. Al igual que no todo lo que brilla es oro, tampoco es real todo lo que lo parece. Además, nada garantiza siquiera que la realidad exista como un ente independiente, cierto, fiable. Tampoco la fantasía, puesto que no es raro que la imaginación domine los resortes del simulacro mejor que cualquier mago respetable. 

       Digo todo esto a manera de aclaración. Sé perfectamente que mi credibilidad se pone en duda cada vez que escribo un cuento, ¿pero para qué necesitamos credibilidad si en un texto hay solvente verosimilitud? Lo cual por supuesto no significa que deba “demostrar” que todo lo que escribo es parte de la realidad y por tanto hay que tomarlo al pie de la letra. En absoluto. Lo que importa, lo que verdaderamente importa, es que lo fantástico parezca real y lo real fantástico, en la medida en que ambos comparten un espacio creado por el rigor de las palabras. Igual sucede con los contrasentidos del absurdo, con los sueños que son más reales que el cerebro que los sueña sin habérselo propuesto siquiera.

          Por tanto, de mí depende en buena medida la aceptación por parte de otros de todo o parte de lo que escribo. De la calidad de mi visión de mundo, de mi capacidad descriptiva y narrativa, de cómo me seduce o me deprime cada personaje, cada escena, cada ambiente… Si yo mismo no me lo creo, difícilmente lo hará el lector.  No olvidemos que el primer lector de lo que uno escribe es nada más y nada menos que uno mismo. Pero tampoco olvidemos que, al igual que cada autor, cada lector que lo lea no dejará por eso de ser dueño y señor de sus propias creencias, así como de sus gustos y disgustos. Aunque es sabido que un buen cuento o poema puede cambiar una vida.

          Si bien el juego de la realidad y la fantasía, presente desde inicios de la humanidad, es una sola moneda virtual que antes tuvo dos caras “reales” en el mundo del artista -todo buen escritor lo es-, cuando se fusionan se vuelven una sola “cosa”, diferente, dúctil, única, no pocas veces proteica o francamente híbrida. Es cuando nace la estética de lo nuevo. La ruptura que al sacudir renueva. La auténtica creatividad. La inventiva, en fin, que transforma mientras muestra sin afán de demostrar necesariamente nada. 

                                                                             II

 “Realidades alternas” que publica Letra Maya en Costa Rica, consta de 54 cuentos y minicuentos, más de los segundos que predominan por su concisa extensión. Escritos entre 2020 y 2022 aunque la mayoría muy recientes, confieso que como me ocurre a menudo con los géneros breves la escritura de muy pocos arrancó teniendo en mente de antemano una determinada historia, mucho menos una trama. Por lo contrario, los textos, fluidos pero concisos, a menudo iban naciendo de golpe, desplegándose de corrido, sin pausas y sin mayor planeación, literalmente hijos de sí mismos. Y luego -eso sí-, en el minucioso proceso de pulimiento ocurría lo más fascinante: independientemente de los temas planteados, llegaban las pequeñas revelaciones apenas ahora percibidas, las epifanías.

       A un año de haberse escrito la primera parte de esta colección de minificciones creadas durante el obligado encierro a causa de la pandemia, Realidades alternas encontró en Costa Rica una editorial que se interesó en su publicación a mediano plazo: Letra Maya. Agradezco a su editora, Emilia Fallas, su interés y deferencia. Asimismo, agradezco a la escritora costarricense Magda Zavala la lucidez de su prólogo escrito para la versión final de este libro.

          Como la versión original era breve en extensión -solo 32 minicuentos, casi un cuadernillo-, ni corto ni perezoso aproveché para añadir otros textos que justificaran mejor su condición de libro. En la mayor parte continúo inmerso en mi obsesión de contar historias proteicas con la mayor contención posible, haciendo de la brevedad, así como de los claroscuros propios de situaciones absurdas que suelen colarse por los sinuosos filtros de la vida, el principal motivo de su escritura. Esta concepción incluye temas filosóficos, fantásticos, sociopolíticos, eróticos y metaficcionales reducidos a su mínima expresión y extensión (entre un párrafo y página y media).

          Este mismo año han aparecido en otros dos países sendos libros de minicuentos: Disparates y anomalías (Indeleble Editores, Guatemala, 2022) y Epifanías circulares (El Taller Blanco Editores, Cali, Colombia, 2022), ambos confesos de haber sido escritos durante los dos primeros años de la pandemia, al igual que un tercero publicado antes en Panamá: Lo efímero perdurable (El duende gramático, 2021). 

              A mi entender, las minificciones hispanoamericanas de los últimos 50 años entran en esos amplios conceptos, incluidas la mayor parte de las que en este libro congrego en ese fascinante irse haciendo de la ficción. Por supuesto, la brevedad es parte vital de su existencia misma, su primera seña de identidad, sin por ello menoscabar un ápice de su carga sorpresiva. Una suerte de golpe de gracia. Al menos a eso aspiro al dar por cerradas estas Realidades alternas, que ahora serán, con suerte, del lector.

        Es sabido que la escritura creativa suele ser no solo una obsesión y a veces también una refinada terapia, sino además un destino; al menos en mi caso. Este nuevo libro de ficciones es prueba al canto de ello.

                                                                                                                        EJL, Panamá, mayo de 2022


Deconstrucción, en el libro Realidades alternas

Contrariando su afición a la brevedad, escribió un cuento substancialmente extenso en el que, resumidos, se entretejían otros cuentos que a su vez remiten a un brevísimo relato central a manera de pequeño sol que irradiaba diversas historias que de algún modo se complementaban. Al principio aquel texto largo y complejo le pareció de una notable originalidad tomando en consideración su particular ingenio conceptual y la excelencia formal innegable. Pero el hombre es animal de costumbres, y lo suyo eran en realidad los minicuentos, por lo que resolvió deconstruir la narración original y conformarse con su síntesis plasmada en este minicuento. Del otro no quedó ni rastro, de lo que se arrepintió toda la vida.


Prefacio a Materia prima

Los 60 poemas de Materia prima fueron escritos entre 2019 y 2022 (poco antes, durante y después de la peor parte de la pandemia que nos obligó al aislamiento). Iban surgiendo cada tanto tiempo entre la creación de un cuento y la de otro;  entre breves ensayos y artículos de opinión que continué publicando cada 15 días en “La Estrella de Panamá”; y entre prólogos escritos para presidir diversas antologías que preparé y publiqué en ese lapso sobre diversos aspectos del cuento panameño (*).

La esporádica escritura de estos poemas representaba un oasis espiritual en medio de la densidad conceptual que las demás ocupaciones literarias mencionadas exigían, y en medio de la ansiedad propia de aquellos días de incertidumbre y temor. En este libro al fin los reúno, les doy un orden y los despido con el sincero deseo de que tengan un feliz viaje hasta aposentarse en la sensibilidad de buenos lectores.

El título de un libro nunca es gratuito, no debe serlo. Su oficio es funcionar como señal, como sugerencia, y de algún modo como un guiño al lector en cuanto a lo que está por leer. Y es que la materia prima de estos poemas es, en términos generales, precisamente la reflexión del creador en cuanto a lo que significa escribir poesía, acerca de las imágenes, frases, palabras y silencios que han de convertirse en descubrimiento y, con suerte, en redención catártica y sorpresa. 

Se trata de un viaje desde lo más íntimo del poeta y de la poeticidad misma hasta la sensibilidad del receptor anónimo al que va dirigido cada poema. Eso suele suceder de una manera u otra en este libro, independientemente de si la temática tiene que ver con los claroscuros de un ámbito existencial, erótico o  metafísico; puesto que en general se trata de propuestas metapoéticas que al reflexionar sobre sí mismas terminan mordiéndose la cola.

(*) Véase mis antologías: Semblanza múltiple del cuento en Panamá. Banco Nacional de Panamá, diciembre de 2020; Consumación de Eros (El cuento erótico en Panamá), Foro/taller Sagitario Ediciones, Panamá, 2021; y Ofertorio: Secuencias y consecuencias (Mujeres cuentistas de Panamá: Siglo XXI). Foro/taller Sagitario Ediciones, Panamá, 2021.


 Tres poemas de Materia prima

CERRAR UN CICLO

Cada tanto tiempo

—rescatadas las memorias,

 vividas a fondo las emociones,

descubierta una vez más tu disposición

 de convertirlo todo en escritura—

toca cerrar un ciclo 

antes de que los viejos duendes

y las brujas necias que nunca faltan

se cuelen

queriendo hacer de las suyas.

Y heme aquí

desintoxicándome,

dándole la palabra

 a la palabra.

 NUNCA SE SABE

Nunca se sabe cuándo llegarán los dioses

podridos de envidia milenaria

  a vampirizar nuestro pasado, 

 defenestrarnos el futuro

dejándonos sin sombra en donde cobijarnos

hasta consumir el último reducto

de nuestros despojos. 

Lo que sí es sabido

es que nunca se sabe cuándo.

Y mejor así.

                                                                        EN EL UMBRAL

Si reconstruyera

 las veces que una mirada

ha sido francamente devastadora

para bien o para mal

en ello se me iría el resto de la vida.

Esa vida poca o mucha

de la que solo ella misma sabe

cuánto me queda.

Por eso elijo quedarme apenas 

en el umbral de las palabras

y no en la recuperación de los hechos:

 huesos demasiado duros de roer.

VVL | Con información del autor