La sensación de estar leyendo un muy documentado y preciosista libro de Historia es persistente. Suniaga nos cuenta la campaña del general Pablo Morillo en Venezuela y Nueva Granada entre 1815 y 1820
Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional
Amigos lectores:
I.
Comencé la entrevista que le hice a Francisco Suniaga preguntándole por la investigación que soporta su más reciente novela, El pacificador (Editorial Alfadil. España, 2024). La sensación de estar leyendo un muy documentado y preciosista libro de Historia es persistente. Suniaga nos cuenta la campaña del general Pablo Morillo en Venezuela y Nueva Granada entre 1815 y 1820. El experimentado narrador, apremiado por su talante pedagógico, no afloja la cuerda. Quiero decir con esto: se disfruta tanto como se aprende de lo que cuenta. Vale añadir: Suniaga se las arregla para hacer verosímil la presencia en su novela, del más inquietante de los héroes venezolanos, Francisco de Miranda. Aparece como una voz oracular que remueve los pensamientos de Morillo, lo que agrega interés a la narración.
Páginas 1 y 2.
II.
Se reproduce en la página 3 una de las historias que el periodista y escritor Javier Conde reunió en Vidas exiliadas. Veintiún historias de desarraigo y luchas políticas (Barralibros Editores, 2024). Huelga destacar la vigencia del tema. Escogí el reportaje que Conde dedicó a los dos veranos -1934 y 1935- que los esposos Rómulo Gallegos y Teotiste Arocha de Gallegos pasaron en Bueu, pueblo marinero ubicado en la provincia de Pontevedra, Galicia. “A Rómulo y su esposa Teotiste Arocha, doña Teo, los acompañaron Gonzalo Barrios, Nelson Himiob, Raúl García Arocha, Juan Oropesa, Ramón Irazábal y Enrique García Maldonado –aunque no todos juntos en aquel par de veranos, ni revueltos– como documenta el ensayista mexicano Andrés Iduarte en el breve volumen Con Rómulo Gallegos, publicado por Monte Ávila Editores en 1969”.
III.
Juan Carlos Zapata ha incursionado en el género de las entrevistas imaginarias y de ello ha surgido el volumen Entrevistas privadas con el Dr. José Gregorio Hernández. El libro de estructura de modo tal que, sumadas las respuestas que José Gregorio Hernández y los aportes de algunos de sus amigos como Santos Dominici, se esboza una biografía del beato, médico e investigador, que podría se canonizado este 2025. En las páginas 4 y 5 vienen, un capítulo del libro, “Misión en París”, y el prólogo del cardenal Baltazar Porras Cardozo: “Juan Carlos Zapata se zambulle en la numerosa y variada literatura que se ha escrito sobre él, y lo lleva a viajar con sus familiares y con la pléyade de hombres con los que convivió y compartió trabajo, afanes, preocupación por el prójimo, y con quienes mantuvo también fraternas disputas por puntos de vista distantes y hasta opuestos”.
IV.
El lunes 16 de diciembre recibimos la noticia del fallecimiento de Enrique Romero (1947-2024), poeta, dramaturgo, promotor y periodista cultural: el admirado autor del Himno de Maracaibo. Milton Quero Arévalo, poeta, narrador y hombre del teatro, hace una disciplinada lectura de Las mujeres de Maracaibo, el volumen de Romero publicado en 1990 que reúne seis monólogos: “Estas mujeres de Romero son terriblemente afectadas, tanto en lo físico –uso de guantes y sombreros– como en el habla, uso constante de vocablos foráneos. En su proceder suelen pre sentarse como educadas y remilgadas –acaso lo sean. A menudo encierran en sus modos un drama personal que está directamente asociado a la ciudad en que habitan. La soledad se hace presente en sus vidas, diríamos que es la esencia de la cual están dotadas”. Páginas 6 y 7.
V.
Escribe Froilán Ramos Rodríguez: “legó una nutrida obra intelectual, repartida entre libros, capítulos de libros, artículos en revistas científicas y memorias de congresos académicos. Su temática principal estuvo centrada en lo que se convirtió en una línea de investigación pionera en Venezuela, el estudio histórico de las relaciones civiles y militares. No obstante, el trabajo historiográfico de Irwin abarcó también el estudio de la profesionalización de las Fuerzas Armadas venezolanas, el caudillismo decimonónico, el pretorianismo en el siglo XX, el control civil, el bloqueo naval de 1903, la fundación de la Iglesia protestante en Venezuela, el voto de los militares, la historia militar escrita, entre otros”. Habla, por supuesto, de Domingo Irwin, estudioso fundamental fallecido en 2014, cuya obra espera reediciones y estudios críticos. También en la página 7.
VI.
Federico Pacanins reseña el concierto que el pianista Gerry Weil (1939-2024), figura crucial del movimiento jazzístico venezolano, ofreció en octubre de 2023, en el Teatro de la Asociación Cultural Humboldt. “La memoria de lo ocurrido esa tarde hoy conforma nuestra imagen del artista en una etapa final marcada por su toque sabio, pleno de humor y de espontánea bonhomía”. Página 8.
VII.
David Noria entrevista al maestro de la literatura en lengua española, Adolfo Castañón (1952, México), ensayista, narrador, poeta, investigador y editor. El temario es diverso. En la primera parte hablan de Alejandro Rossi: “En México, donde hay muchos periodistas asesinados y donde ha sido proverbial el ejercicio de la adulación pública como parte del oficio intelectual, el tema de la discreción está relacionado con las buenas maneras, en el sentido cortesano de Castiglione y Baltasar Gracián. O sea, el intelectual, el hombre de alta corte tiene que ser en cierto modo un discreto. Y el discreto es el que sabe decir y el que sabe callar. El que sabe decir y cuándo hacerlo. Alejandro Rossi, que estaba muy inspirado en Maquiavelo, a quien cita mucho, creo que también estaba inspirado en Castiglione, aunque lo cite menos, y en Gracián”. Página 9 y parte de la 10.
VIII.
En 2018, Ricardo Bello Toledo (1953) publicó Sacramento de guerra. Posteriormente le agregó dos partes a la novela, aunque conservó el nombre. El volumen, con sus tres partes, ha sido publicada en España por la Editorial Kálathos (2004). Escribe Guillermo Cerceau: “Las dos partes adicionales de esta nueva edición modifican de manera sustancial el carácter de la novela original, ahora primera parte, porque si bien no ha habido cambios importantes, el lector la recibirá en un contexto que estaba ausente y que, solo de manera muy superficial, se puede considerar su continuación. De hecho, las dos nuevas partes suponen y se basan en la primera, pero tanto la persona de Daniel como el contexto en el que su historia se desenvuelve son completamente distintos”. Página 10.
IX.
No agrego más, salvo mi palabra de solidaridad para todos.
Nelson Rivera.