fbpx
Imagen de Freepik

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI


La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión
Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

En esta época de calor, es importante mantenernos hidratados siguiendo las recomendaciones de necesidad de consumo diario de líquidos, sobre todo en pacientes con enfermedad renal.

La enfermedad renal crónica (ERC) plantea un importante desafío de salud pública debido a su impacto en la calidad de vida, aumento de la morbilidad y muerte prematura.  La prevalencia a nivel mundial es de un 10% y un factor importante es la dieta. 

La hidratación adecuada y no en exceso, forma parte de un plan adecuado de prevención de progresión de enfermedad renal.  Las revisiones de la literatura proponen que la óptima ingesta líquida sea de 2,5-3,5 L diarios y que  en pacientes con una diuresis u orina total diaria de más de 3 L mostraron menor deterioro renal.

Tomar en consideración si los pacientes están expuestos a labores diarias que impliquen exposición a altas temperaturas, como tareas agrícolas, construcción, trabajo de visita de campo, ya que la población que se ha estudiado con diagnóstico de Nefropatía Mesoamericana y que están  expuestos a una hidratación insuficiente y prolongada, sufren  episodios de daño renal agudo subclínico (silencioso), y como consecuencia de ello, mayor susceptibilidad a padecer ERC.

Es fundamental mantener una adecuada hidratación total diaria debido a que el riñón, frente a una hidratación inadecuada, debe realizar mecanismos de ajustes, como la activación de la vasopresina (hormona antidiurética), que tienen efectos a nivel del glomérulo, aumentando el flujo y el filtrado, lo que produce hiperfiltración glomerular y aumento de pérdidas de proteinuria, que al final producen cicatrices renales.

Líquidos en ingesta diaria

Las recomendaciones de hidratación ponen en primer lugar al agua y las frutas, por su contenido en agua.  Debemos recordar que las frutas y vegetales tienen un contenido mayor del 75% en agua, por lo que consumir una fruta, muchas veces equivale a un vaso de agua de 200cc. El valor agregado de la fruta o vegetales son las vitaminas, fibras o minerales que nos brindan, sin el exceso de azúcar que muchas veces se coloca a los jugos y que los pacientes diabéticos deben evitar. 

Si el paciente tiene una ERC en estadío temprano, su consumo de frutas y vegetales seguirá las recomendaciones de una dieta balanceada; si el paciente tiene una ERC avanzada, será importante limitar las frutas y vegetales con gran cantidad de potasio (guineo, kiwi, cítricos, aguacate, tomate, plátanos), pero mantener una ingesta variable y en menor cantidad, es decir ya no toda la porción, si no media porción de fruta.

En cuanto al café, según la National Kidney Foundation (NKF), en pacientes con enfermedad renal, la ingesta de café con moderación, no ha demostrado que aumente el riesgo de progresión.  Sin embargo, son importantes algunas consideraciones dependiendo del estadío de ERC.

En pacientes con enfermedad renal crónica en estadíos tempranos, no exceder de 4 tazas de café al día, sin exceder los 400 mg de cafeína y complementando con otros líquidos para lograr una ingesta de 2 a 3 L de líquidos por día. Beber menos de tres tazas de café al día generalmente se considera seguro, ya que el fósforo, el sodio, las calorías, los carbohidratos y las proteínas son mínimos en el café negro y no son de consideración nutricional. No usar café.

En los pacientes con enfermedad renal crónica en estadíos avanzados, es preferible consumirlo negro, ya que las cremas y/o leche aumentan el contenido en potasio y fósforo, por lo que aumentaría su contenido en sangre, y en estos pacientes existe  restricción diaria. De igual manera, en los pacientes con restricción hídrica, el consumo máximo de café se reduciría a 2 tazas, dentro del total de líquidos que puede consumir el paciente por día, que en algunos casos es menos de 1.5 L en 24 horas.   Si el consumo se mantiene bajo, no debería provocar aumento de presión arterial, y de igual forma, al controlar la ingesta de líquidos, no debe provocar sobrecarga hídrica, que es importante evitar en pacientes con cardiopatía.

En cuanto al té, de forma general, las hojas de té contienen alrededor del 3 % de cafeína, pero en el caso del té, los efectos son diferentes. Si bien algunas personas consumen té por el efecto relajante, es importante tener las mismas consideraciones que con el café.  En ERC temprana, no hay una restricción en cuanto al uso de té. En el paciente con ERC avanzada, existe la misma consideración de la restricción de líquidos. Es importante que sea incluido dentro de la cantidad diaria que tiene permitido el paciente, y en pacientes con aumento de riesgo de litiasis renal, el consumo debe ser individualizado.

Efectos secundarios conocidos

Existen algunos síntomas secundarios a la alta ingesta de café, si consume por arriba de lo estipulado. Algunos pacientes son más sensibles que otros a los efectos y pudiera tener alguno de estos síntomas: Inquietud y temblores, insomnio, mareos, taquicardia, deshidratación y ansiedad.  El efecto de una taza de café se puede prolongar hasta 6 horas.

En relación al té, existe una interacción con los suplementos de hierro, podría darse el caso de que, si requiere tratamiento con hierro, no se absorba debido a la toma de té.  Si se toma más de lo recomendado, puede producirse sangrado, al tener un efecto sobre el sistema de coagulación.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI