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Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión
Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Las infecciones por virus producen cuadros clínicos similares, en los que existe un pródromo o inicio, inicia el “malestar”, debilidad y fiebre y luego se presentan algunos signos y síntomas, que, dependiendo del tipo de virus, produce una manifestación diferente.

Cuando existe una infección por un virus, se hace una correlación con la historia clínica, para realizar una asociación con los hallazgos en el examen físico y los laboratorios. En muchos casos se puede realizar el nexo de una manera clara; sin embargo, en otras ocasiones, se debe recurrir a las pruebas en sangre (cuando existen) y/o un diagnóstico patológico o mediante biopsia para la identificación confirmatoria.

Las infecciones virales pueden producir daño renal por diferentes mecanismos: debida a la acción directa del virus en las células renales (como es el caso de glomerulonefritis en el curso de infecciones congénitas por citomegalovirus) o debido a la formación de inmunocomplejos que producen depósitos de sustancias en el tejido renal y contra los cuales reacciona el sistema de defensa (como en el caso de la infección por virus B de la hepatitis y glomerulonefritis membranosa). Mencionaremos algunas de estas infecciones.

Nefropatía asociada a HIV

Un 10% de pacientes infectados por HIV desarrollarán HIVAN o nefropatía específica asociada a HIV. En este caso, la infección produce una inflamación en el riñón que causa una pérdida de proteínas con alteración progresiva de la función renal, que en muchas ocasiones, se desarrolla de manera muy rápida, requiriendo tratamiento sustitutivo con diálisis en poco tiempo.

Virus de la Hepatitis

El virus de la Hepatitis C puede producir tres tipos de afección renal, que se conocen como la crioglobulinemia mixta, glomerulonefritis membranoproliferativa y glomerulonefritis membranosa. Con la infección por el virus de la Hepatitis B, se puede presentar una glomerulonefritis membranosa, glomerulonefritis proliferativa mensangial IgG, IgM o nefropatía por depósitos de IgA).  Esto significa que el virus afecta a las células del hígado, inflamándolo, pero también puede producir una inflamación al riñón, que es difícil de tratar y que en caso de que no se identifique tempranamente, puede dejar cicatrices importantes que impiden la función renal normal.

Virus Herpes

Los herpes virus son virus DNA que luego de la infección primaria, permanecen en estado latente y pueden manifestarse varios años después de la exposición inicial. Se conocen ocho herpesvirus que producen infección en humanos (HHV1-8). El diagnóstico serológico sólo es útil como marcador de exposición previa. No todos los tipos producen inflamación renal.

El virus Herpes simple 1 y 2 son responsables de meningoencefalitis; pueden producir hepatitis, pero de manera menos frecuente. El virus HHV 3 es el conocido como Herpes Zoster, el cual produce una infección en situaciones de inmunosupresión.  Este no se ha documentado que produzca afectación renal. El virus HHV-4 o Virus Epstein-Barr (VEB) puede producir procesos linfoproliferativos en los pacientes post trasplante renal (menos del 2%)

El HHV-5 Citomegalovirus tiene un alto índice de seropositividad en cualquier población. Para el caso de los pacientes trasplantados, el hecho de haber tenido la infección, no da inmunidad en el caso de un trasplante. En infecciones activas, se identifican inclusiones características citomegálicas en el epitelio tubular, endotelio de glomérulos y vasos peritubulares. Esta infección es tan importante que puede producir la pérdida del injerto renal en caso de infecciones severas.

Poliomavirus

Los virus del polioma son un grupo de virus DNA de doble hélice. Esta familia de virus incluye virus JC, que causa la leucoencefalopatía multifocal progresiva; y BK, que después de una infección primaria queda latente en el epitelio tubular renal. Un gran número de personas pueden haber tenido una infección asintomática en la infancia y en el momento de un trasplante renal se produce una reactivación del virus.  Este virus puede permanecer en el tracto urinario, incluyendo epitelio de vejiga urinaria, uréter y túbulos renales. La reactivación sólo se manifiesta clínicamente en el 1-2% de los pacientes, en forma de cistitis hemorrágica, estenosis ureteral y nefritis intersticial, pero en estos pacientes, produce alteraciones que pueden causar un daño irreversible al injerto.

COVID-19

Durante los períodos de más contagios al inicio de la pandemia y luego en los períodos de las “olas”, una de cada cinco personas que ingresaban al hospital por COVID-19 desarrollaba una lesión renal aguda (LRA), una disminución repentina de la función renal, incluso si nunca antes habían tenido una enfermedad renal. En los pacientes gravemente enfermos, que requerían terapia crítica y ventilación mecánica, aumentaba hasta un 50%, y de estos un 80% llegó a requerir terapia de reemplazo renal.

Se conoce que el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, tiene unas estructuras que forman un fuerte vínculo con un receptor llamado ACE2, que es abundante en todo el cuerpo humano, incluyendo los riñones. Además, el proceso de inflamación sistémico que produce el virus, puede llevar por otras causas, a una lesión renal aguda de manera indirecta. Afortunadamente la cantidad de pacientes con lesión renal luego del inicio de la vacunación, ha disminuido hasta en un 90%.

Recomendaciones

Ante cualquier proceso viral, es importante mantener un estado de hidratación óptimo, controlar la fiebre con antipiréticos (paracetamol o acetaminofén) y evitar actividades de esfuerzo, debido a que el reposo es un excelente ayuda para la recuperación. 

Las infecciones virales no se tratan con antibióticos.

Algunas infecciones virales tienen medicamentos antivirales muy específicos para el tratamiento, como es el caso de la Hepatitis C y el citomegalovirus, y que son recetados por un período de tiempo específico.  De igual manera, los antivirales para los pacientes con COVID, tienen una indicación para pacientes con infección respiratoria moderado severo y que padezcan de enfermedades crónicas.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI