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Un aspecto fundamental de la migración es su relación con la epidemiología. Es inevitable que los grupos poblaciones se trasladen con sus problemas de salud

Por: Dr.Enrique Santiago López-Loyo, editor de la Gaceta Médica de Caracas

Compartimos el editorial correspondiente al número 131 de la Gaceta Médica de Caracas, (Suplemento 4). octubre-diciembre 2023. Es la más antigua revista médica venezolana que se mantiene activa, órgano de divulgación de la Academia Nacional de Medicina (ANM) de Venezuela. Es su editor en jefe el Dr. Enrique Santiago López-Loyo https://academianacionaldemedicina.org/publicaciones/gm-volumen-131-no-4-octubre-diciembre-2023/

El fenómeno migratorio ha sido descrito desde tiempos inmemoriales, se registran las descripciones bíblicas de desplazamientos forzados de poblaciones enteras, hasta los fenómenos inducidos en tiempos de guerra y crisis socio-políticas y económicas como la ocurrida en nuestro propio país.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) define la migración como el cambio de residencia que implica el traspaso de algún límite geográfico o administrativo debidamente definido, estableciendo que si el límite que se cruza es de carácter internacional o que implica frontera entre países, la migración pasa a denominarse “migración internacional” y si este límite corresponde a algún tipo de demarcación dentro de un país la migración se denomina como “migración interna” (1).

Un concepto más dinámico es aquel que considera las migraciones como un fenómeno de adaptación social en el cual los grupos poblacionales generan olas masivas de movilizaciones a favor de un gradiente de mejores condiciones de vida, que incluye desarrollo de capacidades intelectuales por acceso a la educación como factor de movilidad social, acceso a las tecnologías de punta como elemento de progresión en tiempos de desarrollo de habilidades de inteligencia artificial, seguridad social con la provisión de empleos de calidad para proveer recursos en el fomento del progreso de la familia y la disponibilidad de servicios de salud eficientes que pongan a otro nivel las potencialidades de supervivencia de las poblaciones, que logran superar el espacio geográfico dominado por endemias recurrentes que diezman consecutivamente a sus habitantes.

Muchas conceptualizaciones han dado solo preponderancia a la migración simplemente como una consecuencia de los impactos climáticos al describirla como una forma de adaptación humana, sin embargo, para otros conduce a una mayor vulnerabilidad y a una espiral de pobreza, llevando finalmente a una reducción de la capacidad de esa misma adaptación de los grupos humanos. Analizando la evidencia sobre las diversas circunstancias y resultados de la migración solo en el contexto del cambio climático, distinguimos entre migración reactiva y proactiva, que supone una diferenciación precisa en el debate académico.

Pero la realidad es que la migración no conduce necesariamente a una mayor capacidad de adaptación de los hogares en todos los contextos, sino que también puede tener consecuencias perjudiciales, lo que lleva a un mayor empobrecimiento y a vulnerabilidades más profundas (2).

Los migrantes humanitarios son los que se desplazan en busca de seguridades de todo tipo y aunque existen declaraciones de principios que manifiestan los países receptores como comprensibles a este fenómeno, en la práctica se enfrentan a la coexistencia de una brecha de protección y a una brecha de cumplimiento de las condiciones de permanencia de estos grupos, muchos de los cuales simplemente utilizan los cruces de fronteras como estancias transitorias en la búsqueda de destinos definitivos con la mira puesta en puntos finales de llegada (3).

La brecha de protección implica que la noción legal de “refugiado” excluye a muchos tipos de migrantes humanitarios de la protección legal y esta ha sido la situación particular de los migrantes venezolanos, que bajo la declaración de Emergencia Humanitaria Compleja de la Organización de Naciones Unidas (ONU) emprendieron la huida masiva del país, con cifras que de acuerdo con algunos organismos multilaterales alcanza a más de 8 millones de desplazados, sin embargo, antes de esta declaración los migrantes superaban cifras de más de 3 millones de personas.

Este estado de protección descrito convencionalmente no es igual a grupos que salen huyendo, por ejemplo, de las guerras de Ucrania y Gaza en comparación con el fenómeno venezolano, el cual numéricamente supera a todo proceso migratorio conocido hasta ahora.

Muchos venezolanos salieron por las fronteras para lograr la superación de problemas de salud, tanto propios como de familiares con requerimientos de tratamientos médicos o quirúrgicos y estos volúmenes poblacionales han llevado a la saturación de servicios públicos en los países que los han recibido, incluyendo a los servicios de prestación de salud.

Esa situación no superada, lo que ha hecho es trasladar nuestra condición de miseria social a otras regiones y ha repercutido negativamente en la aceptación de nuestros connacionales, los cuales finalmente son tratados de manera discriminatoria, máxime cuando muchos han incurrido en la práctica de la delincuencia organizada.

Este fenómeno se ha caracterizado en un estudio de la situación de salud de las migrantes venezolanas irregulares embarazadas que residen en el Caribe colombiano en las ciudades de Barranquilla y Riohacha.

Esta investigación incluyó 520 gestantes encuestadas entre 2018 y 2019 atendidas en hospitales públicos, evaluando su estado nutricional, seguridad alimentaria, presencia de síntomas depresivos y accesibilidad/ satisfacción con los servicios de salud.

Se confirmó un estado de inseguridad alimentaria, anemia en más del 51 % de las pacientes, síntomas depresivos en un tercio de los casos, violencia de pareja en casi la totalidad de ellos y la falta de atención prenatal significativa. Esto es un ejemplo de atención a una población de migrantes vulnerables y de un manejo responsable de un país que asume como propios los problemas de este particular segmento de migrantes que aportarán nuevos ciudadanos a esa nación que los ha recibido (4).

Otro estudio sobre la migración venezolana realizado en Perú, investigó la asociación entre la discriminación percibida y la posibilidad de recibir tratamiento adecuado para sus enfermedades crónicas.

Evaluaron a 865 migrantes con edad promedio de 36 años, siendo el 58 % mujeres. Más de la mitad (54,8 %) manifestaron trato discriminatorio y el 89,2 % de ellos no recibieron el tratamiento adecuado para sus enfermedades crónicas.

Esto demuestra la situación real del migrante en todo el mundo, dado que la discriminación está implícita en la consideración de personas que llegan a otro país y que son percibidas como una real competencia o amenaza para la provisión de servicios sanitarios en relación con los ciudadanos de naciones receptoras (5).

Estas investigaciones son contrastantes en cuanto al trato aplicable a los migrantes y al estado de vulnerabilidad constante en su nuevo entorno de vida.

La respuesta de países receptores también está influenciada por el papel de los migrantes, sabiendo que no es lo mismo lo que ocurre con un profesional de alta calificación que es un recurso humano captado para los planes de desarrollo de su nuevo país de destino y lo que ocurre con aquellos grupos socialmente comprometidos sin un soporte profesional o financiero que puedan ofrecer a su nuevo asiento territorial.

Un aspecto fundamental de la migración es su relación con la epidemiología. Es inevitable que los grupos poblaciones se trasladen con sus problemas de salud. Históricamente se han implementado procesos de “aislamiento” y “asimilación” de estos grupos en su proceso adaptativo.

Sin embargo hay casos bien definidos de epidemias asociadas a grupos poblacionalesdesplazados. Bien identificadas están patologías como tuberculosis, dengue, malaria, fiebre amarilla y hasta VIH/SIDA.

Los países receptores están en el deber de implementar procesos de vigilancia epidemiológica. Protocolos similares aplican para productos agrícolas y pecuarios para la prevención de desequilibrios sanitarios (6).
Los fenómenos migratorios han caracterizadoparte de los procesos de dinámica poblacional y deben ser debidamente ponderados en la aplicación de políticas efectivas de salud pública y en la adecuación de las respuestas por parte de los estados, a fin de afrontarlos con las mínimas consecuencias que lleven a un desequilibrio desu propia realidad nacional.

Referencias:

1. Boletín de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Migraciones. Noviembre 2023. Publicación Electrónica. Consultado 06- 11-2023. Disponible en: https://www.cepal.org/es/ subtemas/migracion#

2. Vinke K, Bergmann J, Blocher J, Upadhyay H, Hoffmann R. ¿La migración como adaptación? Estudios Sobre Migración. 2020;8(4):626-634.

3. van Houte M, Kaşlı Z, Leerkes A. Introducción: Migrantes humanitarios irregulares: políticas, fundamentos y búsqueda de soluciones más duraderas. J Refugee Studies. 2023;36(3):315-336.

4. Fernández-Niño JA, Rojas-Botero ML, Bojórquez- Chapela I, Giraldo-Gartner V, Sobczyk RA, Acosta- Reyes J, et al. Situación de salud de las migrantes venezolanas embarazadas en el Caribe colombiano: primer informe para una respuesta rápida en salud pública. Rev Univ Indust Santander. 2019;51(3):208-219.

5. Delgado-Flores C, Soto Cutire O, Cvetkovic-Vega A, Nieto-Gutiérrez W. La discriminación percibida como barrera para el tratamiento adecuado de enfermedades crónicas en migrantes venezolanos provenientes del Perú. Rev Bras Epidemiol. 2021;24: E210029.

6. Margaret A Handley, James Grieshop, Migración globalizada y epidemiología transnacional. Revista Internacional de Epidemiología. 2007;36(6):1205-1206.

Por: Dr.Enrique Santiago López-Loyo, editor de la Gaceta Médica de Caracas