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Oriana | Foto Cortesía | Pascale Mariani | Save the Children

Un nuevo estudio de Save the Children revela que 774 millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo – o un tercio de la población infantil mundial – viven amenazados por la pobreza y por el alto riesgo climático.

Generación Esperanza: 2.4 mil millones de razones para poner fin a la crisis mundial del clima y la desigualdad, es un estudio elaborado por Save the Children, organización que defiende y promueve los derechos de niños y niñas, con investigadores de la Vrije Universiteit Brussel (VUB).

El reporte revela que 39 millones de niñas, niños y adolescentes de América Latina y el Caribe se enfrentan a la doble amenaza de ser impactados por fenómenos climáticos extremos y a vivir en situación de pobreza.

Victoria Ward, directora regional de Save the Children en América Latina y el Caribe, resalta:

Más del 70% de los niños, niñas y adolescentes que respondieron a nuestro estudio a nivel global, creen que los adultos deberían hacer más para abordar los problemas y el 35% afirmó que ya estaba haciendo campaña sobre la crisis climática o la desigualdad, o quisieran empezar a hacerlo. Pero muchos y muchas sienten que se les ignora. Este es el momento de escuchar sus voces y hacer los cambios necesarios para que ellos y ellas tengan un mundo más verde y justo”.

Uno de cada tres niños, niñas y adolescentes de la región, que sufren esta doble amenaza también se enfrenta a conflictos, es decir, a una tercera amenaza en la que muchas veces se ven forzados a desplazarse exponiéndose a más violencia, explotación y abuso.

Entre los hallazgos del reporte se estima que el 80% de los niños, niñas y adolescentes se ven afectados por al menos un fenómeno climático extremo al año, algunos corren un riesgo particular porque también se enfrentan a pobreza y, por lo tanto, tienen menos capacidad para protegerse y recuperarse.  Además, en todo el mundo, 183 millones de niños, niñas y adolescentes se enfrentan a la triple amenaza del alto riesgo climático, la pobreza y los conflictos.  

Oriana, es una adolescente que vive en Colombia, tiene 15 años y es una apasionada activista ambiental en su comunidad. Ella compartió con Save the Children que:

“Me gustaría que los adultos aprendieran que podemos hacer mucho con las cosas que se desechan. Les mostraría todas las cosas estupendas que se pueden hacer con lo que botan, así les convencería. Les contaría todo lo que podemos conseguir y también les hablaría de todo el daño que estamos haciendo al planeta y de que aún podemos salvarlo porque todavía estamos a tiempo de salvarlo. (…) Mi casa, donde vivo, está hecha principalmente de chatarra y de plástico. Hay plástico pegado en las paredes, en el suelo, y se puede hacer una casa con esto, con basura”. 

“Un día hubo una tormenta. Llovió tanto que la casa donde vivía se derrumbó y algunos amigos nos ayudaron a reconstruir parte de la casa porque las lluvias eran demasiado fuertes. A veces llueve más dentro que fuera y las casas se inundan. En mi caso, a veces, cuando llueve mucho, mi uniforme se moja y no puedo llevarlo a la escuela y los profesores se enfadan porque no lo entienden. También nos vemos afectados porque las tuberías se inundan y no podemos ir a la escuela porque no podemos cruzar o hay muchos acantilados con rocas que caen por todas partes. Así que tenemos que tener mucho cuidado cuando pasamos porque una de esas rocas podría aplastarnos si nos cayera encima”.

Save the Children afirma que la crisis climática y de desigualdades es un multiplicador de riesgos que disminuye la resiliencia de los niños, niñas, adolescentes y las comunidades a las crisis. Si no se aborda con urgencia, la frecuencia y la gravedad de las crisis humanitarias y las crisis por el alto costo de la vida, se prevé que aumenten en los próximos años.

Basándose en las reflexiones de los 54.000 niños y niñas a los que Save the Children escuchó en una importante consulta llevada a cabo entre mayo y agosto de 2022, el informe también muestra cómo estos riesgos múltiples están relacionados con la actual crisis mundial de alimentos, nutrición y del alto costo de la vida, que está provocando que 354 millones de personas en 82 países se enfrenten a una grave escasez de alimentos.

“El cambio climático afecta a las personas que cultivan y viven de la cosecha, ya que el clima puede tener cambios repentinos que limitan el acceso a una buena cosecha y por ello las familias no tendrían muchos alimentos esenciales (…) He visto a muchas personas con sus hijos viviendo en la calle, sin ni siquiera tener dinero para su comida y eso es un tema grave, y creo que nadie debería tener una infancia tan difícil”Niño de 16 años de Perú.

Inger Ashing, CEO de Save the Children International, dijo:

“En este momento en que los líderes se preparan para viajar a las cumbres de la COP27 y del G20, deben tener los derechos y las voces de los niños, niñas y adolescentes en primer lugar. Es imperativo que aseguren resultados ambiciosos, garantizando que los niños, niñas y adolescentes tengan formas seguras y significativas de contribuir a la toma de decisiones. En particular, los países más ricos del mundo, cuyas emisiones históricas han impulsado la crisis climática y de desigualdad, deben liderar el camino para liberar la financiación para los países que están luchando por proteger a los niños, niñas y adolescentes de sus impactos”.

“Las autoridades, junto con nosotros, los adolescentes y niños y niñas, podemos trabajar juntos para plantear propuestas de mejora, para que juntos cambiemos la situación, además de que un medio ambiente sano es parte de nuestros derechos y es algo que exigimos.”, señala una niña de 15 años de Perú,

El nuevo informe se basa en una investigación pionera publicada por Save the Children en colaboración con la Universidad Libre de Bruselas en 2021, en la que se descubrió que los niños, niñas y adolescentes nacidos en 2020 se enfrentarán de media a siete veces más olas de calor abrasadoras durante su vida que sus abuelos, y que los recién nacidos de todo el mundo vivirán de media 2,6 veces más sequías.

El informe llega en un momento en el que las familias de todo el mundo luchan contra la peor crisis de hambre mundial de este siglo, alimentada por una mezcla mortal de pobreza, conflictos, cambio climático y crisis económicas, con los efectos persistentes de la pandemia de la COVID-19 y la crisis de Ucrania que hacen subir aún más los precios de los alimentos y el costo de la vida. Un millón de personas se enfrentan a la hambruna en cinco países, y se calcula que cada cuatro segundos muere una persona de hambre.

https://resourcecentre.savethechildren.net/document/generation-hope-2-4-billion-reasons-to-end-the-global-climate-and-inequality-crisis/

 Con información de Save the Children