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A las 3:30 p.m., luego de una lluvia pasajera que iluminó la tarde, la Dra. Ivonne Torres, presidenta de Ciencia en Panamá, intervino en nombre de la Junta Directiva y dirigió palabras a los presentes, entre pancartas, cantos y consignas

Por: Violeta Villar Liste

Pidió a los jóvenes utilizar las herramientas en sus manos para evitar más destrucción de este planeta herido: “Tienen herramientas sin precedentes. Apps para monitorear la deforestación, redes sociales para exigir la rendición de cuentas y educación STEM para crear soluciones”.

La Marcha por la Ciencia en Panamá reunió en su novena edición la voz en alto de la comunidad científica panameña que a su vez interpreta el anhelo común de los y las científicas del mundo porque la ciencia, la soberanía y la salud del planeta sean los pilares que edifiquen el futuro.

Los espacios del Biomuseo, en la Calzada de Amador, reunieron desde horas tempranas a la comunidad panameña que se aproximó para escuchar el mensaje de la ciencia y compartir un domingo distinto.

Las personas pudieron conocer en la ruta por los diferentes stands, el trabajo que desarrolla la ciencia panameña y sus beneficios para la sociedad.

A las 3:30 p.m., luego de una lluvia pasajera que iluminó la tarde, la Dra. Ivonne Torres, presidenta de Ciencia en Panamá, intervino en nombre de la Junta Directiva y dirigió palabras a los presentes, entre pancartas, cantos y consignas.  

Dra. Ivonne Torres Atencio al leer el discurso central de la Marcha por la Ciencia

Reflexionó que en un mundo “donde líderes recortan presupuestos científicos, niegan evidencias y priorizan intereses cortoplacistas, esta marcha es un grito colectivo por la razón, la autonomía y la vida misma”.

A la ciencia la definió como una “brújula en la tormenta”. Hizo docencia para ampliar el espíritu del lema que acompañó la novena edición de la Marcha por la Ciencia:  “Ciencia, soberanía y salud planetaria”.

“La ciencia no es solo un conjunto de datos: es la herramienta que nos permite entender sequías, pandemias y la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, observamos con estupefacción cómo países líderes en investigación están perdiendo todas esas ventajas de un plumazo con propuestas para reducir fondos a agencias como la Fundación Nacional de Ciencia”.

Advirtió que este tipo de decisiones “ amenazan con paralizar avances en medicina, energía limpia y tecnología”.

Señaló que ese tipo de acciones, “genera el contrapeso en países como el nuestro que buscar reducir la dependencia de otros, para aportar con respuestas locales a la región y al mundo”.

La palabra soberanía en el lema hace referencia a la defensa de Panamá de su soberanía científica: “Marchamos para decidir qué investigar y cómo, priorizando necesidades como la seguridad alimentaria o enfermedades tropicales, no agendas externas: Respetando la diversidad, la equidad y la inclusión de todas y todos. Integrando el conocimiento básico y de nuestros pueblos originarios y definiendo a través de los diferentes saberes las mejores estrategias que beneficien a la sociedad y al planeta”.

La soberanía científica, enfatizó, significa poder investigar sin ataduras. Ocurre, por ejemplo, “cuando países como Panamá defienden su derecho a estudiar su biodiversidad y lograr esa ciencia abierta que evite privatizar semillas nativas o medicinas ancestrales para beneficiar a la sociedad”.

En relación con la salud planetaria, amplió que “el 85% del crecimiento económico estadounidense desde 1945 provino de avances científicos pero hoy enfrentamos una paradoja: ese progreso nos llevó al borde del colapso ecológico. Los límites planetarios ya se han sobrepasado:

  • Cada hora se extinguen 3 especies.
  • Cada minuto se talan 30 campos de fútbol de selva.
  • Cada segundo 160 toneladas de hielo polar se derriten

La crisis climática no es futuro: en nuestro país ya habitantes de una isla del archipiélago de San Blas han tenido que ser trasladadas a tierra firme. Mientras, gobiernos diluyen acuerdos ambientales y empresas contaminantes reciben subsidios mayores que los presupuestos de investigación, de espalda a esa «Casa Común», que es donde estaremos todos, a menos que te decidas por viajar a Marte y no un viaje de 11 minutos ida y vuelta hasta alcanzar la gravedad cero… estamos atados a la gravedad de la Madre tierra que reclama herida, agonizando ante la devastación de una civilización centrada en el Homo Sapiens”.

De izquierda a derecha: Manuel Alcántara, director del Cieps; Dra. Sandra Sharry, directora nacional del Sistema Nacional de Investigación (SNI) en Panamá; Dr. Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de la Senacyt junto a su hija; Dr. Jean Paul Carrera, presidente de Soepimo, Dr. Bruno Hammerschlag (neumólogo) y Dr. Xavier Sáez Llorens, investigador distinguido, en Marcha por la Ciencia


En este contexto, la presidenta de Ciencia en Panamá describió una realidad geopolítica adversa, con una reducción del 66% de financiamiento a la Fundación Nacional de Clencia de Estados Unidos, que también afecta las colaboraciones globales.

En la región, solo el 1.7% del PIB latinoamericano se invierte en ciencia, frente al 3% de Corea del Sur.

Dijo que esta realidad pone en fuga a los cerebros “por lo que necesitamos tejer esperanza y en esto el papel de cada generación”.

Pidió a los jóvenes utilizar las herramientas en sus manos para evitar más destrucción de este planeta herido: “Tienen herramientas sin precedentes. Apps para monitorear la deforestación, redes sociales para exigir la rendición de cuentas y educación STEM para crear soluciones”.

A los adultos les pidió poner su experiencia al servicio del planeta: “Desde elegir líderes que prioricen la ciencia hasta apoyar negocios sostenibles. Recuerden: cada dólar invertido en investigación ambiental evita $7 en gastos por desastres”.

A los adultos mayores los invitó a renovar su legado y sabiduría: “Cuéntenos cómo los ríos eran antes, enséñennos a reparar en vez de desechar”.

“En conclusión: Marchar hoy para existir mañana. Este 27 de abril, al marchar frente al Biomuseo; no solo defendemos laboratorios o artículos académicos. Protegemos el derecho a cuestionar, a innovar y a decidir colectivamente nuestro destino”.

La ciencia, subrayó, es el antídoto contra la ignorancia que nos enferma. La soberanía, el escudo contra el colonialismo del siglo XXI y la salud planetaria, el cimiento de toda vida.

Una vez concluido el discurso, la Marcha de la Ciencia fue una multitud que desbordó el Biomuseo, recorrió la Calzada de Amador y al ritmo de la esperanza por un mañana de esperanza, sumó con entusiasmo a peatones y conductores que se hicieron eco del mismo anhelo por la ciencia.

El equipo de la Senacyt y de Indicasat AIP, presentes en la Marcha por la Ciencia, en el área expositiva

Ciclo de charlas: acercar el conocimiento

Un momento divertido al culminar las charlas: con ponentes y asistentes, el Dr. Arturo Rebollón, médico epidemiólogo y miembro de Ciencia en Panamá, invitó a un selfie

La Marcha por la Ciencia dedicó un amplio espacio a charlas de interés  para la comunidad científica y público en general.

En este contexto, el Dr. Eduardo Ortega Barría, secretario nacional de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), saludó a las y los presentes, exhortó a marchar por la ciencia, impulsar la educación de calidad e innovar.

Llamó a destinar el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) a ciencia, tecnología e innovación para que el desarrollo de Panamá se sustente en pilares sólidos.

Abrió el ciclo de intervenciones Elianne Pauli Quirós, egresada de la USMA e investigadora de la Iniciativa de Investigación Enfocada en el Envejecimiento en Panamá – Disparidades en Salud (PARI-HD) de Indicasat AIP, quien dio respuesta a una pregunta: ¿qué logramos cuando invertimos en el bienestar mental y físico de las personas mayores?

Según predicciones de la Organización Mundial de la Salud, se estima que la población mundial con demencia alcanzará los 82 millones en 2030, y los 152 millones en 2050, recordó.

Los fármacos para frenar el deterioro cognitivo no son suficientes. Esta realidad pone en valor el uso de estrategias no farmacológicas como hacer ejercicio, vida social, reducción de los niveles de estrés y la alimentación.

La ciencia confirma que los hábitos saludables pueden ayudar a reducir en 45% el riesgo de deterioro cognitivo. La vejez no debe ser sinónimo de enfermedad y entenderlo da sentido a este tipo de estrategias.

Recordó que en Panamá las intervenciones científicas han permitido contar con data valiosa. Los hallazgos del estudio “Evaluación de un programa de intervenciones cognitivas y físicas en adultos mayores en la ciudad de Panamá durante 2023 y 2024”, liderado por la licenciada Pauli Quiros son vitales en una estrategia de salud pública que piense en el adulto mayor: Primer estudio de intervención no farmacológica en personas mayores para la prevención del deterioro cognitivo en Panamá

Cristina Collazos, gerente de Programas para Startups de la Fundación Ciudad del Saber, comentó que Panamá tiene la tasa de emprendimiento en etapa más temprana mas alta del mundo.  Sin embargo, también su tasa de supervivencia es de las más bajas: luego de 3.5 años los emprendimientos ya no ven luz.

Lo bueno en Panamá: hay cultura emprendedora, es fácil abrir empresas y es posible contar con espacios e instituciones que apoyan el emprendimiento.

Lo malo para el emprendimiento: la educación no es suficiente para crear emprendimiento innovador, falta investigación y desarrollo y emprendimiento.

Con este panorama, Fundación Ciudad del Saber crea el programa Innova CDS que busca ayudar a los emprendimientos innovadoras a escalar y no morir en el intento.

Colocaron el ejemplo de Clandestino Lab, un proyecto que se apoya en el reciclaje de plástico para crear productos utilitarios. Es un modelo de éxito.

La otra buena noticia: este lunes 28 de abril inicia una nueva convocatoria del programa. La invitación es a aplicar.

Mario Pimentel, investigador del Ciedu AIP, habló del cerebro que aprende: Neurociencias para una educación sostenible e inclusiva.

Explicó que los cerebros de los estudiantes son flexibles y con estrategias metodológicas y didácticas es posible impulsar una educación para el cambio.

Del lado del docente, animó a ofrecer una caja de herramientas que los ayuden a empoderar y abrazar la inclusión.

Johel Batista, presidente de Fundación Ayudinga  y docente de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), conversó sobre la experiencia de Ayudinga que nació con la idea de enseñar de otro modo.

Durante la pandemia constituyeron un pilar para ayudar a los jóvenes que no podían ir a sus aulas de clase.

Pasó la pandemia, pero no la urgencia de educar más y mejor.

Ricardo Moreno, investigador asociado del Smithsonian en Panamá y miembro de la Fundación Yaguará, contó que el Ministerio del Ambiente, junto con Yaguará, impulsan el proyecto Siete jaguares de Panamá, el primer censo de jaguar en Panamá.

Escogieron 9 polígonos que monitorean con 64 cámaras trampa el movimiento del jaguar. Ciencia para su protección.

Roberto Eloy Hurtado Bermúdez, director ejecutivo de la Fundación CREEA y profesor de la Universidad del Istmo (UDI),conversó sobre la importancia de contar la historia más allá del pasado.

Contó el origen del Festival de Historia Panamá, que busca acercar la historia de una manera didáctica a las nuevas generaciones.

La tercera edición tendrá lugar este año en la Universidad del Istmo.

Guadalupe González, profesora e investigadora de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) conversó en relación con la Innovación en ingeniería para un futuro sostenible.

Destacó que el primer reto para Panamá y el mundo es el cambio climático. Es la temperatura de la tierra la variable que más se monitorea.

Los científicos y científicas del mundo han advertido del riesgo de subir de 1.5 grados centígrados. Ya llegamos a este límite (en el año 2024) y ahora la sociedad, destacó la experta, debe emplear las herramientas disponibles para evitar un incremento global de la temperatura.

“¿Qué hacer? Ingenio. Uno de los sectores que más contamina es el sector energético, el transporte, la generación de electricidad…”  Estrategias innovadoras pueden ayudar a mejorar la situación energética.

Recordó que Panamá es uno de los países carbono negativo del mundo, gracias a su reserva boscosa. Mantener este sitial es un compromiso.

Aura López, directora interina del Ciedu AIP, abordó el tema, Entre códigos y conocimiento: literacidad digital e IA generativa en la nueva academia. Anunció que inició un estudio colaborativo entre Ciedu y otras instituciones para conocer cómo los estudiantes y docentes panameños utilizan la Inteligencia Artificial. Constituirá una investigación novedosa para hablar con evidencia de los usos de la IA en el país.

También compartió datos de una reciente investigación sobre alfabetización digital de universidades en tiempos de pandemia, que demostró que el 40% de los estudiantes que trabajaban y estudiaban, se conectaban al aula virtual desde un teléfono, con fallas en la percepción de los contenidos por las limitaciones en este tipo de herramienta.

Juan Chavarría, de la Fundación comunidad DOJO, conversó de la Inteligencia Artificial como el nuevo aliado de la naturaleza.

La IA, con modelos específicos, de la mano con la ciencia y la tecnología ayuda, por ejemplo, a predecir catástrofes y actuar a tiempo.

Pensemos en la Amazonía: hay un proyecto que coloca sensores en las copas de los árboles para poder detectar desde el canto de un tucán al ruido de una motosierra que causa daño a la naturaleza y así alertar a las autoridades.

En África colocan cámaras pequeñas con IA para detectar la caza furtiva y defender la naturaleza.

La IA puede ser un aliado en la defensa de la naturaleza porque si bien se necesitan recursos para usarla, se puede optimizar con estrategias de reducción del consumo energético y de la huella de carbono de los centros de datos, observó.

Dra. Oris Lam de Calvo, decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá, junto a los estudiantes de la Tecnología Médica

Fueron charlas que complementaron el recorrido por los stand, los encuentros con la comunidad científica, las dinámicas lúdicas y la magia de un domingo distinto, gracias al poder de la ciencia de acercar, inspirar y transformar. ¡Por más ciencia!

Los más pequeños también se hicieron presentes

Por: Violeta Villar Liste | [email protected]