Panamá para quererte; Panamá para leerte

Violeta Villar Liste

Noviembre, inicio del Mes de la Patria en Panamá, es un acontecimiento festivo: se engalana el país con los colores patrios y también se engalana el corazón.

A la Patria se le honra desde la ciudadanía, el respeto y la admiración. Para quererla; conocerla y leerla en los textos que reflejan memoria y presente.

Luis Fernando Fraguela, gerente de la Librería Cultural Panameña, con el apoyo de Florencio Dixon, su mano derecha en esta misión de custodiar libros que luego serán de otros, aceptaron la petición de seleccionar, y recomendar,  textos que se deben leer en este noviembre de evocación Patria.

Antes de entrar en materia, y en el por qué de cada texto seleccionado, Luis Fernando Fraguela evoca una historia muy personal y muy de Panamá: la de su padre, José Fraguela, quien funda la librería junto con el abuelo Amador Fraguela González, hace 65 años.

Primero en la Avenida Central, frente al Teatro Amador; luego establecen sucursal en el barrio La Exposición, que además de librería, era un centro cultural, hasta que la decisión del dueño del local de destinarlo a otros fines, los lleva a mudarse en 1972 a su sede actual, en vía España (Perejil). 

La Librería Cultural Panameña es la más antigua de Panamá, un patrimonio y un centro de saberes, con más de 65,000 títulos, fotografías de autores panameños y extranjeros y piezas de colección. 

Tienen textos de incalculable valor que nacieron de la pasión de don José Fraguela por la filología,  la lingüística, los libros antiguos y en general la palabra preservada en los textos que hoy cuida otra generación.

Libros como la Historia de Panamá y zona del Canal (1933), una edición de la Compañía Panameña de Publicidad o una publicación  consagrada a los Españoles ilustres (1791), de la Imprenta Real de Madrid, son tesoros de esta librería-museo de visita obligada para residentes y visitantes.

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Es 1° de noviembre. Cae una lluvia suave en la ciudad.  La librería se alegra con una inesperada visita que pone en pausa la entrevista: son los profesores asesores de los jóvenes que participarán en el Concurso Nacional de Oratoria, previsto para el 21 de noviembre y que será transmitido por el canal oficial SERTV.

Recorren pasillos para conseguir libros que apoyarán la lectura de los 15 finalistas ya seleccionados, quienes se forman en la Academia Nacional de Oratoria en temas como gramática, redacción, análisis o economía.

Este año el tema es el Pacto del Bicentenario: Juventud que busca cerrar brechas por un Panamá más equitativo, justo y solidario.

Luis Fernando Fraguela se emociona ante la larga fila de docentes con los libros escogidos y que irán a las manos de los jóvenes, presente y mañana de la Patria. 

Celebra la algarabía de un día distinto que augura nuevas visitas. La pandemia, reconoce, le quitó lectores a los libros. Sin embargo, la esperanza siempre está de vuelta.

Comenzar con la Constitución 

Fraguela recomienda una amplia variedad temática de libros en este Mes Patrio: historia, novelas y folclore.

Pide comenzar con el conocimiento de la Constitución Política de la República de Panamá.  “Hay que leerla porque su contenido es relevante para la nacionalidad y en el contexto de la discusión política que se ha desarrollado en la Asamblea Nacional y en el Tribunal Electoral”, observa. 

Luego recomienda seguir con Luna verde, de Joaquín Beleño “porque es una novela patriótica al igual que Gamboa Road Gang”.

El Ahogado, de  Guillermo Sánchez Borbón conocido por su seudónimo Tristán Solarte, lo conecta con los mitos y la historia.

En este periplo, propone revisar Torrijos, espada y pensamiento,  libro-testimonio de Rómulo Escobar Bethancourt en el cual se describen, entre otros hechos, “la relación pormenorizada de una gira especial por los estados mayores americanos, que fue un importantísimo aporte para concretar los tratados Torrijos-Carter”.

Un libro que se ha leído mucho es el de Las antinomias en la ciencia política de Ruben Darío Rodríguez Patiño. El librero lo considera conveniente para comprender el sistema actual y sus circunstancias.

En el ámbito de las tradiciones, el libro Historia de la pollera panameña en la época colonial de Raúl E. Forde, investigación que se justifica porque “antes del siglo XX pareciera que en nuestro país nadie se había tomado el tiempo necesario para realizar un estudio a profundidad y hacer una investigación histórica de la pollera panameña.

Solo se cuenta con algunas reseñas que datan de principios del siglo XIX cuando se empiezan a encontrar los primeros trabajos relativos a este vestido y que se publicaron en un ensayo llamado Manonga, la pollera panameña”. (En el preámbulo).

Otro texto oportuno que pide revisar, es el de Tradiciones y cantares de Panamá de Narciso Garay, obra que en 1980 cumplió  cincuenta años de su primera edición, “una exploración en el dominio de la tradición y del arte popular”.

Fascinante, la obra de Stanley Heckadon-Moreno que rescata la historia de las 22 expediciones realizadas a Panamá por el gran estudioso de las aves Alexander Wetmore, base para su obra, Las aves de la República de Panamá, “la biblia de las aves en el Istmo”.

No quiero ser millonario, de Mauro Zúñiga Araúz, “es un libro de superación personal”, detalla Fragela. 

En esencia el autor “enseña las adversidades que enfrenta un niño cuando se le abren los ojos al salir de su círculo cultural” y concluye que “la verdadera felicidad se alcanza cuando ayudamos a los demás”.

En una mirada universal, desde la visión local, cierra este viaje de lectura con 100 autores de la literatura universal de  Humberto Vergara Díaz (La Palma, Los Santos) profesor de Historia Universal y Literatura Universal, además de americana y panameña, quien define la obra como “un viaje de la lección de la clase y el aula, a una nueva circunstancia. Un estudio de la literatura universal, aspirante a la realidad creativa y formativa de un libro”.

Fraguela reflexiona que estas lecturas, en sus distintos géneros, son maneras de vivir los episodios nacionales y sentir el amor hacia la Patria de una manera cercana en estas letras panameñas que honran, exaltan y celebran la identidad.