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Las siguientes consideraciones forman parte de la investigación, Cobertura universal de salud como estrategia para un sistema de protección social equitativo para Venezuela, a cargo de la Comisión de Educación Médica y Salud Pública de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, estudio coordinado por el doctor Antonio Clemente Heimerdinger, Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela (*).

De esta amplia investigación, se reproducen los fragmentos que dan sustento al derecho universal a la protección de salud (con independencia del país), en particular en momentos cuando el mundo vive las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

La cobertura sanitaria universal, junto con el pleno acceso a servicios de calidad en materia de promoción, prevención, diagnóstico y tratamiento, rehabilitación, cuidados paliativos de la salud y la protección contra los riesgos económicos no puede alcanzarse sin los datos científicos que proporciona la investigación.

Las investigaciones son instrumentos poderosos para resolver una amplia gama de interrogantes acerca de cómo conseguir la cobertura universal, y proporcionar respuestas para mejorar la salud, el bienestar y el desarrollo del ser humano.

Todas las naciones deben ser productoras y consumidoras de la investigación.  

La creatividad y las competencias de los científicos deberían utilizarse para fortalecer las investigaciones, no solo en los centros universitarios, sino también en el ámbito de los programas de salud pública, acerca de la oferta y la demanda de servicios de salud. 

Las investigaciones en pro de una cobertura sanitaria universal deben contar con respaldo nacional e internacional. (*)

Para hacer el mejor uso de los recursos disponibles, se necesitan sistemas eficaces para elaborar los programas nacionales de investigación, recaudar fondos, reforzar la capacidad de investigación y utilizar adecuadamente sus resultados.

En 2005, todos los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) asumieron el compromiso de alcanzar la cobertura sanitaria universal.

Ese compromiso fue una expresión colectiva de la convicción de que todas las personas deben tener acceso a los servicios de salud que necesitan, sin correr el riesgo de ruina económica o empobrecimiento. Obrar en pro de la cobertura sanitaria universal es un medio poderoso de mejorar las condiciones de salud y bienestar y de promover el desarrollo humano.

La resolución adoptada por todos los Estados miembros de la OMS abarca los dos aspectos de la cobertura sanitaria universal:

-La prestación y el acceso a servicios de salud de alta calidad.

– La protección contra los riesgos económicos de las personas que necesitan utilizar esos servicios.

Las Naciones Unidas han propuesto como meta para el Desarrollo Sostenible el 2030 y la Cobertura Universal forma parte de ella.

La literatura coincide que este trabajo debe tomar 10 años, por lo menos, para un país con una población media.

La Resolución 53º del Consejo Directivo de la Organización Panamericana de Salud OPS insiste en: 

-El  fortalecimiento de la autoridad sanitaria nacional; las interacciones sobre los determinantes de la salud; el aumento en la protección y acceso a servicios de salud de calidad; la disminución de las desigualdades de salud entre las entidades federales y las inequidades dentro de ellas; la reducción del riesgo y la carga de la enfermedad; el fortalecimiento de la gobernanza y competencias de los trabajadores de la salud; el aprovechamiento del conocimiento, la ciencia y la tecnología.

-El fortalecimiento de la seguridad sanitaria mediante la acción intersectorial para avanzar hacia sistemas de salud donde todas las personas y las comunidades tengan acceso, sin discriminación alguna, a completo, adecuado y oportuno, servicio de salud de calidad, así como acceso a medicamentos seguros, eficaces y asequibles de calidad, asegurando que el uso de tales servicios no exponga a dificultades financieras de los usuarios.

En ambos Convenios se reconocen los valores y principios de Alma-Ata (1978) y Astana (2018) que incluyen el derecho a la salud, equidad, solidaridad, justicia social, participación y acción multisectorial, entre otros; que han guiado la transformación de los sistemas de salud en muchos países.

Una investigación eficaz requiere métodos transparentes y justificables para la asignación de fondos, además de instituciones y redes de investigación bien dotadas.

El doble objetivo de garantizar el acceso a los servicios de salud y otorgar protección económica fue reafirmado en 2012 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en una resolución que promueve la cobertura sanitaria universal, incluidas la protección social y la financiación sostenible.

Numerosas pruebas demuestran que la recaudación de fondos a través del prepago es la base más eficiente y equitativa para aumentar la cobertura de la población.

Alcanzar la equidad en las polí­ticas y el sistema de salud es un precepto que se podrá avanzar solo si sabe responder mejor a las expectativas de una socie­dad cambiante, mediante la implemen­tación de servicios de salud apropiados que satisfagan la demanda y las nuevas necesidades ciudadanas, y si logra entusiasmar a los trabajadores de salud. Para esto, deberá desarrollarse nuevos liderazgos que construyan un pacto social amplio por la salud retomando la guía de su bitácora: la Atención Primaria de salud.

La primera tarea en el avance hacia la cobertura sanitaria universal consiste en definir los servicios y las políticas de apoyo que se necesitan en un entorno determinado, incluida la protección contra los riesgos económicos, la población que tiene que utilizarlos, y su costo.

Las medidas fundamentales para el logro de los objetivos propuestos son:

1. Atención sanitaria universal, gratuita o considerablemente subvencionada,

2. Planes específicos de protección contra los riesgos sociales o económicos,

3. Leyes para proteger el plan,

4. Seguridad Social Universal,

5. Instrumentos para proteger los derechos humanos, y

6. Enfoques gubernamentales para abordar los determinantes sociales de la salud.

(*) En la investigación se recomiendan áreas del contexto social a estudiar. Al respecto, se escogieron tres grupos de asuntos a considerar: de las Naciones Unidas (UN) de la Calidad de vida  (CV) y de Europa (E) en la primera columna el área, y en la segunda la ciencia que creemos debe ser consultada.

Naciones Unidas

ÁreaCiencia
Alimentación, nutriciónMedicina
Condiciones de trabajoEducación, economía
Condiciones de empleoEducación economía
Consumo y ahorroEducación, economía
Educación, alfabetizaciónEducación, economía
HabitaciónIngeniería
Libertades humanasGobierno política
Recreación entretenimientoEducación
Salud, condiciones demográficasMedicina
Seguridad socialEconomía trabajo
TransporteIngeniería  
VestidoEducación

Calidad de vida

ÁreaCiencia
ComunicacionesIngeniería
Desarrollo integral sin pobrezaDerecho Economía
Determinantes sociales de la SaludMedicina Sociología
EconomíaEconomía
EducaciónSociología
EmpleoDerecho Economía
Historia Médica ElectrónicaEducación Medicina
IngresosEconomía
Posición socio-económicaEconomía Sociología
RecreaciónSociología
Tecnología Inalámbrica de Comunicación TICIngeniería y educación  
ViviendaIngeniería

Europa

ÁreaCiencia
Basura, agua, electricidadIngeniería
DiversiónSociología
EducaciónSociología
Empleo decenteDerecho Economía
LibertadEducación
NiñosMedicina Sociología
NutriciónMedicina
Separación poderesDerecho
SindicatosDerecho Economía
Sociedad civilSociología Derecho
TransporteIngeniería Derecho
VestidoEducación
VialidadIngeniería
ViviendaIngeniería

Doctor Antonio Clemente Heimerdinger

Doctor Antonio Clemente Heimerdinger, Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, delegado de la Asociación de Academias de Medicina Latinoamericanas, de España y Portugal, con estudios de posgrado en Epidemiología clínica (Caracas), en quimioterapia del cáncer y cirugía general (Nueva York), con una amplia labor médica, de investigación y gremial. Tiene más de 442 trabajos publicados