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Por: Dra.Liliana (Lily) Arosemena

La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología  (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología  (SPO). En instagram: @retinapanama

La toxoplasmosis es una infección causada por un parásito, el Toxoplasma gondii. Si bien este parásito puede infectar a todos los animales de sangre caliente, incluidos los humanos, puede tener implicaciones únicas cuando afecta el ojo humano, provocando una afección conocida como toxoplasmosis ocular.

La toxoplasmosis ocular es la principal causa de uveítis posterior en todo el mundo y afecta a personas de diferentes grupos de edad. La clave para reducir la pérdida de visión incluye un diagnóstico y tratamiento oportunos. Sin embargo, a pesar de la prevalencia de la toxoplasmosis ocular, ha habido poco consenso sobre su fisiopatología, características clínicas, diagnóstico y, especialmente, tratamiento.

Diagnóstico y tratamiento

La toxoplasmosis ocular ocurre cuando el parásito se propaga al ojo, lo que a menudo provoca inflamación y daño potencial a la retina y otras estructuras del segmento posterior del globo ocular.

Esto puede provocar síntomas como visión borrosa, dolor ocular, enrojecimiento y sensibilidad a la luz. En algunos casos, las personas con toxoplasmosis ocular también pueden experimentar moscas volantes en la visión o una disminución de la agudeza visual.

La infección puede ocurrir cuando una persona ingiere el parásito mediante el consumo de carne poco cocida o contaminada, o al ingerir o entrar en contacto inadvertidamente con sustancias contaminadas con las heces de gatos o perros infectados, que son los principales portadores de Toxoplasma gondii.

En las mujeres embarazadas, la toxoplasmosis también puede transmitirse al feto si la madre se infecta durante el embarazo, lo que podría provocar toxoplasmosis congénita, que puede tener efectos graves en el bebé, incluidas complicaciones oculares. Por esto y otras cosas es importante el control prenatal.

El diagnóstico de toxoplasmosis ocular generalmente implica un examen ocular exhaustivo realizado por un oftalmólogo, que a menudo incluye pruebas de agudeza visual, dilatación de la pupila y estudios de imágenes para evaluar el alcance del daño. Además, se pueden realizar análisis de sangre para detectar anticuerpos contra el parásito Toxoplasma para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la toxoplasmosis ocular generalmente implica una combinación de medicamentos antiparasitarios y antibióticos, ya sean en gotas o inyectados dentro del ojo, esto lo decidirá la severidad del cuadro. La inflamación del ojo también se puede controlar con corticosteroides u otros medicamentos antiinflamatorios. El enfoque de tratamiento específico puede variar según la gravedad de la infección y los factores individuales del paciente.

Es esencial que las personas con toxoplasmosis ocular reciban atención continua de un profesional de la visión para controlar la afección y controlar cualquier posible complicación. En algunos casos, puede ser necesaria una cirugía para tratar daños graves a la retina u otras estructuras dentro del ojo, especialmente si hay complicaciones como el desprendimiento de retina.

Prevención

La prevención de la toxoplasmosis ocular implica varias medidas, incluida la cocción minuciosa de la carne para matar cualquier parásito potencial de toxoplasma, así como practicar una buena higiene, como lavarse bien las manos y los utensilios después de manipular carne cruda. Las mujeres embarazadas y las personas con sistemas inmunitarios debilitados deben tener especial cuidado y buscar orientación de los proveedores de atención médica para reducir el riesgo de infección.

Para las personas con toxoplasmosis ocular, es importante realizar un seguimiento con sus proveedores de atención médica y oftalmólogos para un control continuo. Realizar exámenes oculares periódicos puede ayudar a controlar la afección, controlar cualquier posible recurrencia y abordar cualquier efecto a largo plazo sobre la visión o la salud ocular. Además, las personas con toxoplasmosis ocular deben estar atentas a cualquier cambio en su visión o síntomas y buscar atención médica de inmediato si experimentan algún problema preocupante.

En conclusión, la toxoplasmosis ocular es una afección grave que puede provocar problemas de visión y otras complicaciones. El diagnóstico oportuno, el tratamiento adecuado y la atención continua son cruciales para controlar esta afección y preservar la salud ocular.

También es importante practicar medidas preventivas para minimizar el riesgo de infección por toxoplasmosis, particularmente para poblaciones vulnerables como mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunológicos debilitados. Si tiene alguna inquietud acerca de la toxoplasmosis ocular o experimenta algún síntoma relacionado con los ojos, es esencial buscar la orientación de un profesional de la salud o un oftalmólogo para su evaluación y tratamiento.

Referencias:

  • Hui Goh EJ. Et al. Ocular Toxoplasmosis. Ocul Immunol Inflamm. Review. Sept 2023.
  • Bhikoo R., Damato EM., Guest S., Sims J. Korean J Ophthalmol. Dec 2019.
  • Greigert V. et al. Biological Diagnosis of Ocular Toxoplasmosis: a Nine-Year Retrospective Observational Study. Sept 2019.
  • Kalogeropoulus D. et al. Ocular Toxoplasmosis: a review of the current diagnostic and therapeutic approaches. Int Ophthalmol. Jan 2022.

Por: Dra.Liliana (Lily) Arosemena