fbpx
Cortesía Casa de S.M. Rey

Con información del Ministerio de Cultura y Deporte | Universidad Alcalá de Henares | Papel Literario del diario El Nacional

Este lunes 24 de abril, Rafael Cadenas recibió el Premio Cervantes. Compartimos la reseña del acto que presidieron los reyes de España y el homenaje que le rinde el Papel Literario del diario El Nacional

Los reyes de España, Felipe VI de España y Letizia Ortiz, han entregado esta mañana el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2022 al escritor venezolano Rafael Cadenas. Al acto, que se ha celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá (Alcalá de Henares), han asistido el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta y numerosas personalidades de la política y la cultura.

El Ministerio de Cultura y Deporte concede el Premio Miguel de Cervantes a los escritores que contribuyen con obras de notable calidad a enriquecer el legado literario hispánico, reseña el organismo en comunicado.

El jurado, reunido el pasado 10 de noviembre, otorgó el premio a Rafael Cadenas por “su vasta y dilatada obra literaria” y reconoció “la trascendencia de un creador que ha hecho de la poesía un motivo de su propia existencia y la ha llevado hasta alturas de excelencia en nuestra lengua”.

Según el jurado, “su obra es una de las más importantes y demuestra el poder transformador de la palabra cuando la lengua es llevada al límite de sus posibilidades creadoras”.

Cadenas “hace destilar de las palabras su esencia deslumbrante, colocándolas en el territorio dual del sueño y la vigilia y haciendo que sus poemas sean una honda expresión de la existencia misma y del universo, poniéndolas también en una dimensión que es a la vez mística y terrenal”.

De acuerdo con reseña de la Universidad de Alcalá de Henares, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, dijo de Rafael Cadenas que “es, sobre todo, un hombre de una ética e integridad radicales, tanto en su andar como en su literatura. Estamos ante una voz comprometida, de una consecuente honestidad, que conoce las palabras exactas para defender al ser humano de los autoritarismos, de la falta de libertades y de la violación de los derechos humanos‘.

En su intervención, Cadenas ha hecho mención a Cervantes y su obra y ‘la impronta del Quijote‘ siglos después. ‘Yendo hacia la idea de revisión, pienso que esta debe aplicarse a la democracia. Es urgente defenderla de todo lo que la acecha y para ello se requiere recrearla. Esa tarea le incumbe a la educación, que la ha descuidado. Se necesita en los países donde existe, una pedagogía que la robustezca; en los otros, que no la han conocido, es vano tratar de introducirla. Los demócratas deben pedir a voces su renovación. Ha de interiorizarse, volverse transparente, dar primacía a los social aboliendo la probreza, apoyar la cultura. Esto no es ningún sueño, sino un trabajo de todos, hacedero solo con plena libertad’, ha señalado.

Por su parte, el rey de España ha destacado en su discurso que ‘la obra de Rafael Cadenas es la de un gran poeta moderno. La de alguien que no quiere “estilo, sino honradez”, una valiosísima ambición; una aspiración que comporta “rectitud de ánimo, integridad en el obrar”, según nuestro Diccionario de la RAE. Un propósito magnífico, admirable‘.

Se trata del primer autor premiado de nacionalidad venezolana, lo que ensancha el ámbito geográfico de premiados con este galardón.

El Premio Cervantes se otorgó por primera vez en 1976 a Jorge Guillén y desde entonces han sido 48 los autores galardonados. En 1979, el Premio se concedió ex aequo a Jorge Luis Borges y Gerardo Diego. Desde entonces, la orden de convocatoria contempla que el Premio no puede ser dividido, declarado desierto o concedido a título póstumo.

Mediante la concesión de este premio, dotado con 125.000 euros, se rinde anualmente público testimonio de admiración a la figura de un escritor que, con el conjunto de su obra, haya contribuido a enriquecer el legado literario hispánico.

Puede ser galardonado con el Premio Cervantes cualquier autor cuya obra literaria esté escrita totalmente, o en parte esencial, en castellano. Los candidatos al Premio los pueden presentar las Academias de la Lengua Española, los autores premiados en anteriores convocatorias, las instituciones que, por su naturaleza, fines o contenidos, estén vinculadas a la literatura en lengua castellana y los miembros del Jurado.

Rafael Cadenas (Barquisimeto, Venezuela, 1930) pertenece a la generación venezolana de 1960. Formó parte del grupo Tabla Redonda, junto con Arnaldo Acosta Bello, Jesús Guédez, Ángel Eduardo Acevedo, Darlo Lancini, José Barroeta y Sanoja Hernández. Es traductor de poesía inglesa, fue profesor universitario y cuenta con una amplia obra de ensayo considerada una referencia del pensamiento literario contemporáneo en español, con títulos como ‘En torno al lenguaje’ y los ‘Apuntes sobre San Juan de la Cruz y la mística’.

Cadenas, que sigue activo, es autor de más de veinte libros de resonancia internacional.

La obra poética y ensayística de Rafael Cadenas lo ha hecho merecedor de reconocimientos, entre los cuales se encuentran el Premio San Juan de la Cruz (1992), el Premio de la Fundación Mozarteum de Venezuela (1993), el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances (2012), el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2015), el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2018), y diversos reconocimientos en su país, como el doctorado honoris causa de la Universidad Central de Venezuela y el Premio Andrés Bello de la Academia Venezolana de la Lengua, entre otros.

El jurado, reunido el pasado 10 de noviembre, estuvo presidido por Aurora Gloria Egido Martínez, representante de la Real Academia Española, designada por unanimidad, y que también actuó como vocal. Además, actuaron como secretaria, con voz pero sin voto, María José Gálvez Salvador, directora general del Libro y Fomento de la Lectura, y como secretaria de actas, también con voz pero sin voto, Begoña Cerro Prada, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas.


Con información del Ministerio de Cultura y Deporte | Universidad Alcalá de Henares

Todo Cadenas, en el Papel Literario

Por: Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional (que circuló el sábado 22 de abril)

Amigos lectores:

I.

El lunes 24 de abril Rafael Cadenas recibirá el Premio Cervantes en Alcalá de Henares, el más reciente de una seguidilla de reconocimientos, cuyo primer hito destacable es el Premio Nacional de Literatura que recibió en 1985. Desde entonces, con el paso de los años, su obra ha sido reconocida con el Doctorado Honoris Causa otorgado por la ULA en 2001, el Doctorado Honoris Causa concedido por la UCV en 2005, el Premio FIL de Literaturas Romances en 2009, el Doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado en 2012, el Premio Internacional de Poesía García Lorca en 2015, y el Premio Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana en 2018, entre otros.

Si me propusiera hacer la recapitulación de las sesiones de lecturas de sus poemas, foros académicos, encuentros celebratorios, homenajes y otros afines, que se han realizado en universidades, centros académicos e instituciones varias solo durante el 2023, obligaría a producir un informe de considerable extensión. Los artículos publicados en medios impresos y digitales, en lengua española, se cuentan por miles. ¿Y los tuits? Quién sabe. ¿Y las expresiones de complacencia en otras redes sociales? Impensable. Por momentos se tiene la sensación de que hay poemas de Cadenas que andan, en vehículo propio, viajando de un sitio a otro.

Toda esta corriente de energía, además de excepcional, es incomparable: la expansión del reconocimiento a Cadenas, en constante crecimiento desde hace más de dos décadas, se ha potenciado en los meses recientes, bajo el enorme impulso de la comunicación digital y las redes sociales. Cadenas no solo es el mayor exponente de la lengua poética venezolana. También es, ahora mismo, la más diseminada y sólida de las marcas culturales del país. Digno ciudadano de la lengua española.

Quiero añadir que, en estos días, Cadenas, con sus 93 años, en una actividad física y mental muy exigente, está en España, atendiendo a una múltiple y exigente demanda -institucional, mediática, social-, que no se limita al acto de premiación en Alcalá de Henares. Lo anoto aquí, porque ese esfuerzo suyo, conmovedor y generoso, habla de los asombrosos límites que puede alcanzar el vínculo humano con las palabras. En la rueda de prensa que concedió en Madrid, el jueves 20 de abril, dijo una frase para guardar de por vida: “cuando uno habla siente que falta algo, en cambio, la escritura no tiene límites”.

Le pedí a María Ramírez Delgado –Diálogo silencioso con Rafael Cadenas– y a Carmen Virginia Carrillo –Un largo y extraordinario recorrido– los textos desplegados en las tres primeras páginas de esta edición. A continuación, organicé dos páginas con fragmentos tomados de aquí y allá, de fuentes y épocas distintas, más evidencias de que Cadenas ha capturado la atención de escritores y estudiosos, desde hace años. Los fragmentos hubiesen podido ocupar decenas de páginas. Elegí apenas un puñado, entre una numerosa oferta disponible en libros, revistas y ensayos que se consiguen en la web: Adalber Salas HernándezAlfredo ChacónAntonio López OrtegaArmando Rojas GuardiaArturo Gutiérrez PlazaErnesto Pérez ZúñigaFabienne Bradu, Joaquín Marta SosaJosé María CadenasJosu LandaLuis Miguel IsavaMagaly SalazarManuel CaballeroMaría Fernanda Palacios y Moraima Guanipa. Están en las páginas 4 y 5, en orden alfabético.

II.

Las páginas 6 a la 11 traen un homenaje a la poesía y la ensayística, ambas admirables, de Octavio Armand, nacido en Cuba (1947) y residenciado en Venezuela desde 1961. Editor (está disponible en la web) de esa revista incomparable que fue escandalar (así, con minúsculas), que circuló entre 1978 y 1984. Estoy entre los privilegiados que han leído varios de sus libros de poesía (en mi exilio solo tengo Clinamen, publicado por Kálathos en 2013). Y tengo conmigo el que asumo como un tesoro: Contra la página, volumen que reúne sus ensayos entre 1980 y 2013: un largo banquete -más de 800 páginas- de ideas, conexiones, raptos de la imaginación, expresiones de contención, fugas, formas cambiantes, referencias inesperadas, experimentaciones visuales, evocaciones de un autor formado en lo plural, inagotable en sus imágenes, inagotable, repito, tanto como lo anuncia el fragmento 3 de su Pequeño homenaje a Guillaume Apollinaire:

Una poesía de la mirada. Es decir, del juego. Pero del juego jugado.

Magia: miríada de imágenes: mirada: lo barroco. Como si el ojo fuese

una ley de caprichosa simetría y lo mirado añadiera una arbitrariedad

sana, escandalosa.

Escriben Johan Gotera (en Octavio Armand y la construcción del espacio vacío, dice: “Desde los años 70 hasta entrado el siglo XXI, encontramos en la obra de Armand la elaboración de un yo que se sustrae sistemáticamente de su propia soberanía y que transfiere los poderes de su expresión a figuras animales, por ejemplo, en una especie de compleja colaboración interespecie que deshumaniza los procesos de escritura, enrarece el despliegue de la expresión y menoscaba la supremacía de la voz. “Articulando la insuficiencia” o “Autorretrato sin mí”, más que títulos de poemas, son paradojas desafiantes que podemos leer como propuestas conceptuales que tienden a vaciar el escenario del poema para que, como sabía Lucrecio, se habiliten otros modos insospechados de asociación y encuentro, y se dé, recomenzado incesantemente, el mundo en sus imprevisibles lenguajes); Víctor Carreño (en De cómo conocí a Octavio Armand: la novela de una elipsis, dice: “Cuando Johan Gotera me invitó aquella mañana a encontrarnos con Octavio Armand, sentí que el tiempo rebobinaba. El pasado se repetía en el futuro pero en una situación diferente. Íbamos a vernos en la pastelería Danubio, al final de Las Mercedes, en Santa Rosa de Lima. Armand vivía y vive por esa zona, así que era ideal para él que nuestra cita fuera allí. Si mi memoria no me falla, era el sitio donde Leopoldo me había propuesto para vernos con Armand. Ese efecto de rebobinar el pasado iba a influirme más de lo que podía imaginarme. Me sacó de mi bloqueo. Era un regalo de los dioses. Una alegoría del trabajo del tiempo sobre los seres. Esa lenta modificación hecha de azares y olvidos que se transforma luego bajo el impulso libre de la ficción”); y Leonardo Rodríguez (en Octavio Armand: el espejo a ciegas, dice: En “Una lectura de la luz” (1981) Armand elaboraría una poética de la imagen a partir de Van Gogh. En Van Gogh – como el sembrador difuminado de uno de sus cuadros- Armand veía paradojas para los ojos: paraíso apocalíptico, esplendor a oscuras, organicidad intangible. También: tiempo extático. Ni simulacros ni ídolos: incandescencias terrestres. Vuelo de pájaros en la madrugada insomne, rostros irisados: metamorfosis. Si había una mímesis en Van Gogh, era la de la luminosidad misma: la luz como secreto, el color como epifanía. La imagen era entonces una visión y se podía –se debía- verla sin abrir los ojos. Una imposibilidad, advertía entonces Armand: aprender a ver a pesar de los ojos, ver con el cuerpo. El mundo arde y Van Gogh es su testigo).

En la página 10 van 15 poemas de Armand, escogidos con especial tino, por Johan Gotera. A continuación transcribo, para despedirme, uno que pertenece al mencionado Clinamen. Se titula Ruiseñor:

En vano lo buscarás entre las hojas

Del pequeño libro de Ruth.

Ahora canta entre los versos de Keats.

O quizás ha saltado a otra rama

para distraer tu soledad.

Búscalo en sus ecos.

Busca aquel verano de 1819.

Llena tus pulmones

de un aire sin siglos ni rima.

En tu casa de irse otra vez

habrá un jardín tan verde

como la nieve del verano.

Oirás el mismo ruiseñor.

Leerás el mismo poema.

Serás Ruth y John Keats.

Ausencia a partir de azogues.

Hora de celebrar a la poesía y a los poetas. A Rafael Cadenas. A Octavio Armand.

Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional