Artista visual, con una memoria transitada por su ser y hacer en Venezuela, Panamá y ahora Estados Unidos, Rafael Guillén acaba de participar con la serie Conocidos/Desconocidos, en el evento Mérida Imagina.
Este encuentro de fotógrafos del mundo, organizado por Fotosíntesis, circuito de galerías de la fotografía de Mérida, bajo la dirección del reconocido fotógrafo Pablo Krish, es una oportunidad para conversar de estos “retratos de personajes populares y otros anónimos, enfocados desde distintas perspectivas visuales y humanas”, en la mirada de quien es fotógrafo y productor audiovisual, con estudios de arte y cine de la Universidad Central de Venezuela.
-¿Cómo llega a esta exposición?
-Por la invitación de Mérida Imagina que es un grupo de personas preocupadas por el quehacer cultural, y en especial de la imagen, impulsado por un buen amigo, y excelente fotógrafo de Caracas, afincado en las tierras merideñas desde hace más de 30 años, Pablo Krish, Premio Nacional de Fotografía 2015.
Además un grupo lo acompaña y hace posible que en un país que se sostiene con hilos invisibles, puedan suceder estos eventos maravillosos que tanto aportan a la cultura.
-¿Cuál es la historia detrás de las fotografías?
-La serie se llama Conocidos/Desconocidos y la he venido realizando desde hace muchos años.
Está conformada por retratos o, como me gusta llamarlos, anti-retratos de personajes conocidos y de otros no tanto, y los realizo fragmentando al sujeto tratando de atrapar su privacidad; sus detalles.
Persigo cambiar la forma de mirar al otro y de cómo los reconocemos como personas.
-¿Hay alguna fotografía preferida o al menos que sea vinculante con una anécdota cercana?
-Todas tienen su propia anécdota. Recuerda que muchas veces al ser un retrato implica estar muy en contacto con el retratado, por ejemplo, la que realicé en el pueblo de La Candelaria, cerca de Carora, estado Lara a nuestro muy querido y respetado artista el maestro Alirio Díaz.
Fue un momento mágico. Ese día nos deleitó con un concierto de guitarra en su propia casa natal a mí y a las personas que estábamos con él. Constituyó una emoción única.
-¿Cuáles sentimientos espera que convoque el título de la muestra?
-Los títulos de mis series me los tomo muy en serio y trato de darle un sentido junto a las imágenes que lo acompañan. Esta no es la excepción. En un mundo tan banal con el trato de la imagen, quisiera que pudieran apreciar la riqueza de cada imagen sin importar lo anónimo o mediático de el personaje.
–¿Emigrante o ciudadano del mundo?
-Mi mirada, cuando habla, lo hace con la voz del emigrante, del extraño. Soy un emigrante que se enfrenta cada día a una montaña donde puedes conseguir lugares placenteros, subidas de mucha dificultad, te falta la respiración… un carrusel de emociones, pero sin duda es una experiencia que alimenta mi imaginario, mis nostalgias, mis obsesiones, mis inseguridades, mis alegrías y mis tristezas.
-¿Qué vendrá luego de esta muestra?
-Estoy preparando una nueva serie de mis experiencias de vida en los últimos seis meses que ya tiene nombre, Ciudad de los semáforos infinitos. Cuando la tenga lista entenderán su motivación.