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Ofertorio, secuencias y consecuencias, antología de cuentistas de Panamá del siglo XXI, reúne a 44 autoras panameñas con diversas temáticas y estilos, con un cuento cada una, un texto que recorre la textualidad con nombre de mujer.El escritor y editor Enrique Jaramillo Levi es el duende que ha hecho posible la magia de convocar estas voces múltiples bajo el sello Foro/taller Sagitario Editores, en un libro que ofrenda voces y sensibilidades.

El qué y el cómo del texto, lo responderá el editor en el diálogo siguiente.

Luego, en ejercicio literario, en una refiguración del título de su cuento, a partir de la interrogante periodística, parte de las autoras crearán textos fascinantes, que leídos en conjunto o en solitario, son cuento, micro relato, poesía, ensayo…

En suma: Ofertorio de palabras.

Para Enrique Jaramillo Levi:

¿Por qué una antología de mujeres cuentistas de Panamá solamente del siglo XXI ?

Hace unos años había publicado ya sendas antologías de mujeres cuentistas panameñas: la primera, «Flor y nata» cubre de 1931 a 2004; la segunda, Puesta en escena abarca de 2005 hasta 2019. Pero a partir de 2000 aparecen más de 70 nuevos cuentistas, de diversas edades y profesiones, tanto hombres como mujeres, de los que la gran mayoría son mujeres; de estas elegí 44, con diversas temáticas y estilos, con un cuento cada una. Hay varias excelentes nuevas cuentistas de muy reciente data, quienes acaban de publicar este año bajo mi égida su primer libro: Zary Alleyne; Doris Sáchez de Polanco; Aileen Brown Solís y Melissa Sánchez Salazar, por ejemplo.
 
¿Qué caracteriza al cuento escrito con mano de mujer panameña?
Una enorme diversidad de temas cautivantes, una particular sensibilidad, en todas mucha imaginación e ingenio, tanto en los temas tratados como en la forma de abordarlos. Además, en no pocas trasciende un aliento lírico en muchas de sus frases más significativas. Ya no se siguen escuelas de pensamiento ni corrientes estéticas en boga como en otras épocas, 
sino que pervive una absoluta libertad de escritura.
 
En este gran diálogo que es siempre la literatura, ¿con quiénes dialogan las mujeres cuentistas panameñas: con Centroamérica, con la América toda, con Europa…?
Dudo mucho que tengan eso en mente al componer sus historias. Yo diría que, como suele suceder, en primer término lo hacen para sí mismas, como una manera de abordar problemas que suelen serles comunes a muchas mujeres, aquí y en cualquier parte del mundo; otras veces se trata más bien de experiencias vividas tanto en la realidad de cada quien, como en la imaginación; pero  siempre desde su muy particular femineidad. 
Su manejo del lenguaje puede ser muy sutil o muy crudo, pero casi siempre osado y fascinante. Era preciso rescatarlas, darlas a conocer como nuevas voces… Eso me propuse al publicar recientemente, con mucho esfuerzo y sin patrocinadores, Ofertorio: Secuencias y Consecuencias
No me hago ilusiones: no es fácil, y menos como están las cosas con la pandemia, que este libro llegue a otras partes, a menos que se envíe de forma virtual, o mediante mensajero, lo cual supongo que harán algunas de las autoras. Ojalá.

Además de su labor incansable preparando diversos tipos de antologías sobre literatura panameña, entiendo que han aparecido recientemente  tres nuevos libros tuyos  de cuentos, aquí y en otros países… 

-En efecto, tenía material inédito desde 2015, pero el grueso de lo que integra los tres nuevos libros fue escrito durante el encierro  por la pandemia tras un largo estancamiento. Por un lado: Lo efímero perdurable (40 minicuentos; El duende gramático, Panamá, 2021; con breve prólogo del poeta Salvador Medina Barahona); en Indeleble Editores, de Guatemala, Vuelta de tuerca: 100 Cuentos, y en Costa Rica el más reciente: Hueso duro de roer (50 cuentos; Uruk Editores), con prólogo de la versátil escritora panameña Ela Urriola. Y es que ahora que dispongo de tiempo no hay día que no escriba algo, lo cual me llena de satisfacción porque se sigue cumpliendo un destino.

Ofertorio de palabras con mano de mujer: Cuentos sobre cuentos

Para Ela Urriola

-¿El cuento, la joya más preciada?

Sí que lo es. El cuento es el puente entre el presente y la infancia, es movimiento y espera, sosiego y sorpresa. Los cuentos brotan de los labios más queridos: en el proemio del descanso, en las conversaciones familiares o como primera explicación de las cosas del mundo y, después, de otros mundos. Hay una estirpe de humanos gracias a la cual hemos crecido más seguros y felices: los cuentistas de todas las épocas, las voces insustituibles que hace tanto bien escuchar. A veces, nos salvan de naufragar, si navegamos en las páginas de los icónicos cuentos. Otras veces naufragamos en ellos y descubrimos, de pronto, que poseemos más vidas de las que creíamos…

Como una buena joya con significación e historia, el cuento puede ser un compañero omnipresente, la más preciada presea, atesorada en “el multifamiliar del corazón”, como decía mi padre.

Se recuerdan personas, lugares, sucesos o colores con un cuento, y también con él, se abren ventanas y puertas hacia lo ignoto e inverosímil. Un cuento es un collar de palabras que irradia luz, magia.

Para José Donoso un cuento es un destello, «o debe serlo, o tiende a serlo». Las joyas brillan, destellan. Un cuento, para que sea inolvidable, debe pulirse con disciplina y con fruición como una joya.

Para Diana Mayora

-¿Es el cuento un alma libre?

Ese cuento tiene alma, pero no es libre. Aún no. 

Para Nicolle Alzamora

-¿Es el amor al arte el amor mayor?

Tal vez sí.  Es el amor que se da solo porque se ama, no por la esperanza de la reciprocidad o de una recompensa. Es un amor sin expectativas. Quizás deberíamos amarlo todo así, sin esperar nada más que la posibilidad de contemplar la belleza del ser amado y la oportunidad de seguir amando. 

Para Shantal Murillo

-¿Es siempre el cuento la mejor llegada?

Claro que no, depende mucho de cada lector, de cada gusto, de cada momento. Para mí el cuento es como una flecha que va directo al objetivo con el propósito de impactar, pero como todo, a veces lo que se busca es disfrutar el viaje y llegar al final después de mucho andar. A veces, más que la mejor llegada, un cuento es una perfecta salida, para aquellos que buscan algo más al grano después de una larga lectura. Hay muchísimas maneras de saborear un cuento, y depende del cuento. Para mí, no hay  nada mejor  en la lectura. Cada texto que se lee se disfruta de manera diferente. Pero eso es algo hermoso, saber que para todos los gustos, para todas las personalidades, siempre hay algo escrito (para bien o para mal) que sirve de llegada.

Para Lissete Lanuza

-¿Qué es más difícil, decidir el principio o decidir el final?

Si pudiéramos decidir el final, sería mas dificil que el principio. El final, sin embargo, no se decide, se encuentra. A veces al final de un camino arduo, a veces de forma obvia, pero siempre está ahí y uno solo lo descubre. El final es el que es, el principio, sin embargo, ese sí lo decidimos. Y eso es lo que hace todo más difícil.

Para Aileen Brown

-¿Es la escritura un modo de resolver la angustia de la página en blanco?

Una vez me encontraba sentada en una banca, en una zona de restaurantes de un centro comercial, con una bebida fría de moca,  una pequeña libreta en limpio y un bolígrafo en la mano, cuando me sentí aturdida por ese sentimiento. Tenía la alternativa de cerrar la libreta, pero sabía que la angustia no desaparecería así que descarté la idea de abandonar. Decidí, entonces,  defenderme arrojándole palabras.  Al principio carecían de dirección,  y luego parecieron ir conectándose hasta tomar por sí solas cierta forma. Tiempo después tenía en mis manos un cuento para trabajar y en él aparecían palabras como: libreta, bolígrafo y moca. Ese cuento, hoy día, está publicado.Basándome en aquella experiencia, puedo asegurar que, en efecto, escribir es uno de los mejores modos de liberarse de la angustia de la página en blanco. 

Para Annabel Miguelena

¿Es siempre lo inesperado el mejor final?

Mi cuento incluido en Ofertorio; Secuencias y Consecuencias lo escribí cuando tenía 19 años. Desde muy joven me encantan las sorpresas y por eso prefiero los finales inesperados. Con esto no quiero decir que para que un cuento sea bueno, el final necesariamente debe ser sorpresivo. Pero, si se opta por este tipo de final, es importante ser leal con el lector y no engañarlo. Para eso hay que prepararlo con algunas señales o pistas porque de nada sirve querer sorprenderlo y que luego se sienta estafado con un final traído de los cabellos.

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Para Blanca Montenegro

-¿Cuál es la otredad que deja la sombra de un roble?

La sombra del roble es esa oscuridad que se extiende a causa  de la desigualdad social. La colisión entre dos realidades, en un contexto en el que ambas se han vuelto “normales”, puesto que la sociedad, al ser tan influenciable tiende a practicar  lo que la destruye y no lo que la fortalece.

Para Melissa Sánchez

-¿Cuánta historia puede existir en el nombre de una mujer?

Bueno, el nombre de hecho, es el que marca en cierto modo nuestra personalidad y muchas veces, nuestra misión de vida. Incluso en muchas culturas, los nombres de las personas tienen significados de acuerdo a fenomenos naturales o situaciones. Yo pienso que la historia que exista detras del nombre de una mujer se forja muchas veces desde el vientre. De acuerdo a la realidad que vive su familia y su entorno antes del nacimiento,pero también tiene mucho de los sueños e ilusiones que los padres tengan para un bebé.

Cuanta historia hay en el nombre de una mujer depende de la vida misma que tenga o haya tenido esa mujer pero, una mujer, sea soltera o casada o viuda, joven o no tanto, lleva dentro de sí una pasion y una manera especial de ver y vivir la vida, dándole sentido a su propio nombre y sellando, como si de un matrimonio indisoluble se tratara, la inseparable alianza entre el nombre y su vida.

Para Arabelle Jaramillo

-¿Hay un cuento para cada flor o una flor para cada cuento?

Sin duda los cuentos existen en muchos universos de los cuales forman parte las flores y por ende los cuentos. Como verás es un círculo infinito y en esta ocasión prefiero decir que las flores son puro cuento.

Para Melanie Taylor

-¿Meditar para crear?

La meditación permite calmar nuestra mente y entrar en contacto con nosotros mismos. Pero a la creación literaria y artística,  en general, se puede llegar por muchos caminos: el cultivo de una técnica depurada; el escribir a diario como ejercicio consciente;  a través de la exploración de nuestro inconsciente como en la escritura automática y a través de caminos más oscuros, donde el dolor, la adicción y el talento escritural se mezclan. Como la vida es un caos sinfónico  cualquiera de esos caminos puede resultar en una obra imperecedera.

Para Marisín Reina

-¿Cuentos para desandar la dificultad?

Yo te preguntaría ¿por qué desandar? ¿Por qué el personaje va en círculos?

Si tomamos el sentido literal de desandar como retroceder o deshacer, me parece interesante ya que al deshacer algo y volver al inicio se puede tomar en cuenta situaciones, sentimientos que no se consideraron en un inicio. Es tomarse un tiempo para reflexionar sobre ese algo o alguien que te roba la calma y poder  tomar una decisión, que generalmente se espera que sea la mejor ya con la mente calmada.  O bien, para reflexionar y repasar sobre lo andado para entender o resolver una situación, o como propones una dificultad.

Mi personaje va hacia adelante y con cada vuelta va creciendo su sentimiento de frustración. El lector es libre de pensar o construirse una razón o razones por las cuales realmente este “personaje” desata tanto disgusto. Pero para llegar a ese punto, hay  una introspección del creador de esa realidad. Supongo que se puede decir que se recorre desde la bomba hasta el detonador. 

Para Eyra Harbar

-¿Palabras para mediar entre un aquí y un más allá?

En Médium las palabras del narrador son la brújula que pulsa en el cuento con exactitud y claridad, y que con la misma diligencia las desvanece. Es un homenaje para ese narrador omnisciente que nos cuenta con amplitud los hechos sin falsearlos, pero que a su vez nos hace desconfiar, dejándonos expuestos irremediablemente a tantas dudas como certezas a lo largo de una abrumadora historia sobre la atemporalidad del cotidiano y su rutina. 

Para Isabel Burgos

¿Qué pasa en el pacto del autor con el lector?

El autor hace un pacto con el lector: te voy a remover las entrañas. O te voy a sorprender. O te voy a hacer sonreír. O al menos, no te dejaré indiferente. A cambio de eso, el lector le dedica algunas semanas, tardes, en mi caso, pocos minutos. El tiempo del lector es la moneda en curso con la que paga el pequeño sobresalto de asomarse a una ficción.  

Para Zary Alleyne

-¿Cómo sobrevivir al frío que seremos?

La única manera de hacerlo es mantenernos conscientes de nuestra humanidad, de lo que ocurre dentro y fuera de nosotros, sin dejar que las circunstancias de la vida, a veces adversas, marquen el rumbo de nuestros pasos.

 Esta tarea diaria no es fácil, pero tampoco imposible. Cuando entendemos que lo que pensamos, decimos y hacemos tiene consecuencias, dentro de nosotros se mantendrá vivo un fuego para recordarnos que aunque en ocasiones podemos equivocarnos, es posible recomenzar y reescribir nuestra historia.

Para Déborah Wizel

-¿Hay un dios-palabra?

Según la Torá, D–s habla, y las cosas que no existían aparecen, empezando con el mismo universo.

La palabra todo lo puede y el autor, como dueño de la palabra, es un dios en los universos que crea.

Todo cuento es un mundo encerrado en sí mismo, que nos permite profundizar en la humanidad y en las relaciones y conexiones que existen entre los seres humanos. 

Para Doris Sánchez

-¿Es el cuento la niñera perfecta de tantas noches de había una vez?

Podría decir que no; no obstante, los temas son universales y aunque mi cuento tiene su origen en una leyenda urbana de Panamá, que llegó a mis oídos finalizando el milenio pasado, no descarto la posibilidad de que esa misma problemática se haya producido en otras latitudes y haya sido recogida en otras obras y en otras épocas, de las que no tengo conocimiento.  De lo que sí puedo dar fe es que mi texto ficcionaliza el contexto y los personajes de esa realidad que me fue comunicada, además de ser el producto de una imaginación creativa a la que se suman otras experiencias de la cotidianidad que enfrenté trabajando en una empresa de colocaciones, donde nació la idea de llevar adelante este proyecto literario.

Para Gina Paola Stanziola

-¿Un cuento son los nombres que hacen historia?

Un cuento no solo son los nombres, también son las vivencias, los lugares, los recuerdos, las personas que convergen en un momento y crean una historia.

Para Vilma Calderón

-¿En el cuento se construyen y deconstruyen los sueños?

El ser humano siempre sueña con mejores cosas. A esto no escapa ninguna persona. Es inherente a él. Avanza hacia eso que sueña en cada oportunidad que se le presenta para lograr lo que se ha planteado. Sin embargo, existen tropiezos y situaciones en el camino, que de una u otra forma le impiden poder alcanzarlo. Sobre todo, cuando no existen condiciones ni recursos propios para lograrlo por sí mismo. Son sueños que muchas veces se rompen por las manos sediciosas de quienes manejan algún poder sobre ellos.

Para Sonia Ehlers

-Cuento, ¿de la tradición a la modernidad?

Te puedo decir que entre más largos son mis años, más cortos son mis cuentos. Por ello considero que: No hay futuro sin pasado. 

Para Rosalba Morán

-¿Cuántos cuentos perdidos por falta de oportunidad?

¿Cuánta riqueza hay en una obra literaria? Se crean sueños, esperanzas, amores, desilusiones, realidades, espejismos, fantasías. Vuelan como partículas resplandecientes sobre nuestras realidades, buscando el momento justo para anidar en ellas. No siempre se logra. 

Para Delia Cortés

-¿Qué no debe faltar en el ágape del cuento?

La tensión, el lector debe estar permanentemente pendiente de que algo  va a pasar, y la sorpresa, el relato debe asombrar a los lectores con los giros y los “cambios de fortuna” a los cuales se ven abocados los protagonistas.

Para Isabel Herrera

-¿A veces, el cuento, es una resurrección?

 Hay narraciones que le dicen mucho a un lector, algo como esto me sucedió hace años o este cuento describe a una o a un protagonista que me es cercano, puede ocurrir allí un renacer, un resurgir de una vivencia.

Ateniéndonos al significado de la palabra resurrección como volver a vivir, para mí un cuento no me produce eso.  Siento al cuento como descubrimiento, reconocimiento de uno mismo y si eso se toma como resurrección, estaría bien. Para mí un cuento produce conocimientos de palabras, de hechos, de sentimientos.  Como los descubrimientos que hizo la niña del cuento El funeral y el entendimiento sobre las ansias de vivir en un cuento como A la deriva de Horacio Quiroga.

Para Danae Brugiati

-¿Qué pasa cuando la escritura es camino que se bifurca?

No vayas donde te lleve el camino. Ve donde no hay ninguno y deja un rastro.

Ralph Waldo Emerson (EEUU).

El encanto de la literatura es andar por sendas no previstas, y al llegar a encrucijadas, siempre nos encontramos ante la disyuntiva, la duda, la confrontación. En forma soberana y arbitraria el escritor decide seguir una ruta  y de esa forma continuar el viaje que le lleva al desenlace. En ocasiones le asalta la duda de si fue esa la mejor decisión.

Permítame decirlo en los versos de otro gran poeta:

«…dos caminos se abrían en un bosque, elegí…

elegí el menos transitado de ambos,

Y eso supuso toda la diferencia.»

Robert Frost (EEUU)

Como el poeta, aspiramos a tomar la senda que nos lleve a la revelación, al momento único que convierte nuestras palabras en obra de arte.


    Esta antología debe ser consultada por lectores sensibles y por especialistas literarios nacionales e internacionales a fin de conocer o constatar la calidad del cuento nacional creado por mujeres en el siglo XXI. Se le considera  la producción más amplia y variada en toda la región centroamericana.