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La CADE, organizada por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), bajo el lema “Panamá: desafíos y soluciones inevitables”, se desarrolla hasta este miércoles 10 de abril

Por: Orlando Rivera

Periodista y abogado, egresado en Periodismo de la Universidad de Panamá, con más de 20 años de experiencia

Reducir la brecha de la desigualdad social a través de una educación competitiva, acorde a la revolución digital, es uno de los pilares  fundamentales que el próximo gobierno debe aplicar para lograr un crecimiento económico inclusivo, recomendaron durante la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2024), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Visión País 2050 del sector empresarial.

La CADE, organizada por la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), bajo el lema “Panamá: desafíos y soluciones inevitables”, se desarrolla hasta este miércoles 10 de abril.

Aunque Panamá es un referente de crecimiento para América Latina y el Caribe, todavía es uno de los países más desiguales de América Latina y el Caribe.

A nivel regional, Panamá aún es uno de los 3 países más desiguales de América Latina y el Caribe, superado sólo por Brasil con 52,9 y Colombia con 51,5, en el índice Gini 2021.

Panamá se ubica en tercer lugar con 50,9 del índice Gini, pero la pobreza es especialmente elevada en las comarcas y comunidades indígenas, donde casi se duplica con 88%.

El informe del BID destaca que el llamado «éxito de Panamá» se registra en su área metropolitana, es decir, las zonas que prosperan alrededor del Canal, de los centros financieros y de aquellos lugares en donde se han instalado corporaciones multinacionales.

El empresario y miembro de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede), Felipe Rodríguez, destacó que el informe Visión País 2050 recomienda una integración logística nacional que sume a todos los territorios en un crecimiento económico, porque en la actualidad el 85% de los ingresos del Producto Interno Bruto (PIB) del país, se concentra principalmente en la región interoceánica (Panamá y Colón), produciendo una migración de los territorios de las provincias del interior del país hacia la capital. La ola migratoria se da con más fuerza en la provincia de Veraguas,  con más de 97,000  personas en pérdida neta en el balance migratorio.

Para enfrentar esta disparidad económica en Panamá, Juan José Barrios, economista senior del BID, recomendó fortalecer las políticas de protección social y salud de la población en condiciones de pobreza y vulnerabilidad.

Juan José Barrios, economista senior en el Banco Interamericano de Desarrollo

“Es crucial aumentar la calidad y reducir las brechas educativas para fomentar el empleo productivo “, destacó Barrios.

La discriminación afecta el pleno desarrollo y contribución que podrían hacer al país grupos poblacionales diversos o en situación de vulnerabilidad. Trabajar por su inclusión y cerrar las brechas de desigualdad no solo es una obligación moral sino una condición indispensable para el progreso de Panamá.

Datos cruciales:

  • La pobreza afecta a 40% de la población menor de 18 años y 90,8% en comarcas indígenas
  • La inversión en población no indígena es 1,8 veces mayor que en indígenas.
  • Aumentar la inversión, cobertura y calidad de servicios públicos en territorios indígenas contribuiría a reducir las desigualdades más marcadas en el país. También se requiere fomentar políticas integrales y multisectoriales para afrodescendientes.

Inclusión para frenar la pobreza

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) considera que  la inclusión contribuye a la erradicación de la pobreza, a la reducción de las desigualdades y a la superación de la cultura del privilegio que ha imperado en la región, que naturaliza las jerarquías sociales y se difunde a través de estructuras e instituciones sociales.

Sistema educativo inclusivo

La educación es el principal mecanismo que permite avanzar en múltiples dimensiones de la inclusión social: equiparación de oportunidades, habilidades para la movilidad social futura, formación de ciudadanos activos y respetuosos de los derechos, familiaridad con códigos culturales diversos y acceso al mercado laboral con mayores opciones.

Las brechas de desigualdades educativas son directamente proporcionales a las brechas de desigualdades sociales, por lo que la gestión educativa de calidad es una exigencia fundamental para un sistema educativo equitativo, pertinente y sostenible.

En Panamá , la inversión en educación (3,3% del PIB) es menor al promedio regional 3,7%  y muy por debajo del vecino Costa Rica 6,3%.

Otto Wolfschoon III, presidente de CADE 2024, opina que  Panamá necesita modernizar el Estado, innovar, pero “ si nosotros no formamos a nuestros jóvenes  que  están en primaria,  secundaria,  en la universidad… con estas capacidades de innovación y tecnología no vamos a poderlo hacer. Hay que buscar esta Innovación a largo plazo, mantener esos sistemas vigentes por los próximos 15 años”.

Otto Wolfschoon III

“Hay que invertir en el sector educativo… apostar por nuestra gente, hay que formar a nuestra gente, pero hay un trabajo que hacer de formación docente, porque en la vida de un joven, después de los papás, la persona más influente es el profesor, el maestro. Entonces si no tenemos un maestro bien formado es difícil. Hay que apostarle también a la educación en las provincias y no dejarlos a un lado”, destacó Wolfschoon III.

Por otro lado, 8,6% de las empresas panameñas invierten en la formación técnico-profesional y capacitación de sus trabajadores. En México, Costa Rica y Brasil lo hacen más del 40%.

El BID recomendó diseñar un sistema de evaluación de aprendizajes docentes y estudiantiles, poner en marcha el Sistema de Medición de la Calidad Educativa (SIMECE), que está regulado por ley, pero no opera.

Es importante sofisticar los procesos de selección y certificación del profesorado. Además, revisar la estructura de incentivos de los maestros en áreas rurales, de difícil acceso y en condiciones complejas fortalecería la carrera docente.

Implementar una política de apoyos tecnológicos sería útil para alumnos y profesores. Los recursos digitales en distintas áreas curriculares, y como instrumento pedagógico para la formación, mejoran aprendizajes.

Baja recaudación

El país registra la recaudación más baja de América Latina y el Caribe, advirtió Tomás Bermúdez, representante del BID en Panamá.

El informe del BID destaca que 7% del IVA promedio en Panamá es la tasa más baja de 18 economías analizadas. Además, Panamá tiene una evasión del IVA del 40%, la más alta de los países estudiados.

Bermúdez dijo que en Panamá hay más de 30 leyes que otorgan incentivos tributarios a empresas, para promover la inversión y el empleo, pero a expensas del recaudo.

Por ello, se debe actualizar el código tributario, para fortalecer el sistema impositivo en materia de simplicidad, eficiencia, equidad y facilidad de administración. Debe reducirse el gasto tributario inocuo: exenciones fiscales, deducciones y beneficios poco útiles que afectan el recaudo.

Optimizar la base de datos de la Caja del Seguro Social y mejorar su interoperabilidad con la Dirección General de Ingresos permitiría un monitoreo más riguroso, tanto de los impuestos que deben pagar personas naturales, como de los aportes prestacionales de empleados y empleadores.

Modernizar los procesos en el Estado

El BID recomienda modernizar la gestión de las compras públicas: reduciría ineficiencias por sobrecostos y retrasos en una proporción equivalente al 1% del PIB.

Además, poner en marcha el Consejo Fiscal que promovería la transparencia y generaría confianza en la gestión de las finanzas públicas por parte de la ciudadanía, sector privado y calificadoras de riesgo crediticio.

Por: Orlando Rivera