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Se recomienda la regla 20-20-20, que sugiere descansar la vista mirando algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos cada 20 minutos

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena

La Dra. Liliana (Lily) Arosemena es egresada de Medicina en la Universidad Latina de Panamá. Con especialización en Oftalmología en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, en la Fundación Oftalmológica de Santander, Clínica Carlos Ardila Lulle (Bucaramanga, Colombia). Estudios de retina y vítreo en la Universidad Del Rosario, Fundación Oftalmológica Nacional (Bogotá, Colombia). Es miembro adjunto de la Academia Americana de Especialistas en Retina (ASRS), la Asociación Americana de Oftalmología  (AAO), la Sociedad Colombiana de Oftalmología (SCO), la Asociación Panamericana de Oftalmología (PAAO) y la Sociedad Panameña de Oftalmología  (SPO). En instagram: @retinapanama

En la era digital actual, las pantallas son omnipresentes. Desde computadoras y tabletas hasta teléfonos inteligentes, la vida moderna gira en torno a la interacción con dispositivos digitales. Sin embargo, esta constante exposición puede traer consigo efectos adversos en nuestra salud visual.

Uno de los problemas más comunes asociados con el uso prolongado de pantallas es el síndrome de visión por computadora (SVC), una serie de síntomas que afectan la comodidad visual y la funcionalidad. En estas líneas exploraremos el impacto de las pantallas en nuestra visión y finalmente, discutiremos algunas formas de mitigar este problema.

Identificación del problema: el Síndrome de Visión por Computadora

El SVC se define como un conjunto de síntomas que se presentan en personas que pasan muchas horas frente a pantallas. Se estima que entre el 50 y el 90% de quienes utilizan computadoras experimentan algunos de los síntomas asociados con este síndrome. Estos síntomas incluyen fatiga ocular, visión borrosa, sequedad en los ojos, dolor de cabeza y, a veces, dolor en el cuello y los hombros. La causa principal detrás de estos síntomas es la reducción de la frecuencia de parpadeo, el esfuerzo visual y las posturas inadecuadas al usar dispositivos.

Es innegable que nuestro estilo de vida moderno está diseñado en torno al uso de pantallas. Sin embargo, esto no debe diluir la conciencia sobre el impacto que tiene en nuestra salud visual. La identificación del problema es el primer paso hacia una solución efectiva.

A menudo, muchas personas subestiman la importancia del SVC, creyendo que es una molestia menor que no requiere atención. Esta trivialización puede llevar a la falta de acción y a la normalización de los síntomas visuales. La idea de que “es solo un poco de fatiga ocular” puede parecer inofensiva, pero a la larga puede conducir a problemas más serios.

Negar la importancia del SVC puede resultar en una disminución de la calidad de vida, afectando la productividad y el bienestar general. Por lo tanto, es crucial reconocer que el SVC es una cuestión de salud que vale la pena abordar en la agenda pública.

Una de las razones más comunes por las que las personas no toman en serio el SVC es la falta de información. Muchos no están conscientes de que el SVC es un diagnóstico legítimo y compuesto por una variedad de síntomas que, aunque comunes, pueden afectar significativamente la calidad de vida. Esta falta de conocimiento puede perpetuar el ciclo de ignorar los síntomas hasta que se conviertan en problemas más graves. Las campañas de concienciación sobre el SVC y la educación sobre su prevención son esenciales para combatir esta desinformación.

Algunas personas dudan de que las soluciones propuestas para mitigar el SVC sean efectivas. Entre estas soluciones se incluyen pausas regulares para descansar la vista, ejercicios oculares y ajustes en la ergonomía laboral.

Sin embargo, muchos podrían pensar que estas son soluciones temporales o que no funcionarán en su caso particular. La evidencia científica respalda la efectividad de muchas de estas estrategias, y es esencial ofrecer estudios y datos que respalden su implementación para disipar estas dudas.

Finalmente, la resistencia al cambio es un obstáculo inevitable. Cambiar los hábitos que hemos desarrollado, como mantener una postura inadecuada o pasar horas ininterrumpidas frente a la pantalla, puede resultar incómodo. Las personas a menudo creen que corregir estos hábitos requiere un esfuerzo innecesario, y esta mentalidad puede ser perjudicial para su salud ocular.

Para mitigar el impacto del SVC, es fundamental adoptar un enfoque proactivo.

Se recomienda la regla 20-20-20, que sugiere descansar la vista mirando algo a 20 pies de distancia durante 20 segundos cada 20 minutos. También es importante mantener una buena ergonomía en el lugar de trabajo y utilizar gafas diseñadas para la lectura de pantallas. La concienciación y la educación son claves para combatir el SVC y fomentar un entorno laboral y de ocio más saludable.

En conclusión, el Síndrome de Visión por Computadora representa un desafío importante en la era digital. Al abordar esta información básica, podemos fomentar una mayor conciencia sobre este problema y sus efectos. La implementación de soluciones efectivas y la educación continua acerca del SVC son pasos esenciales para mitigar su impacto y mejorar nuestra calidad de vida visual en un mundo cada vez más dominado por las pantallas.

Referencias:

  • Randolph S.A. Computer Vision Syndrome. Workplace Health Saf. 2017.
  • AlHarkan D.H. Parent´s Awareness of Preventive Measures for Digital Eye Strain Syndrome among Saudi Students after 1 year of online studies. Middle East Afr J Ophthalmol.2024.
  • Cantó-Sancho N. et al. The Chinese version of the Computer Vision syndrome Questinnaire: translation and crosss-cultural adaptation. BMC Ophthalmol. 2023.
  • Rosenfield M. Computer vision syndrome: a review of ocular causes and potential treatments. Ophthalmic Physiol Opt. 2011.

Por: Dra. Liliana (Lily) Arosemena