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La segunda edición de Club de Mujeres abordó las múltiples perspectivas de la conciliación de roles

Por: Violeta Villar Liste

La segunda edición del Club de Mujeres de Panamá fue un intercambio sobre la multiplicidad de roles en la vida diaria de la mujer. Crucial en este debate fue el aporte de la investigación Pioneras de la ciencia en Panamá y de tres mujeres líderes: Yolanda Marco, Esilda de Camacho y Gabriela Villamizar

La primera edición del Club de Mujeres de Panamá se consiguió con una preocupación compartida por el grupo que asistió.

Preguntaron:

¿Cómo conciliar el rol de madres, profesionales, esposas, amigas…?

Manejo de redes sociales, educación financiera, cómo hablar bien en público o Inteligencia Artificial, son otros temas que anotaron en el cuestionario compartido por la organización, con la misión de lograr encuentros siguientes que aporten y hagan la diferencia en quienes asisten.

Sin embargo, lideró esta interrogante que fue evidente en tiempos de pandemia cuando las mujeres se agotaron por la multiplicidad injusta de roles sobre sus vidas: cuidadoras, maestras, atender casa y trabajo.

Club de Mujeres, espacio emocional, creativo, de acercamiento, relacionamiento, crecimiento personal y colectivo,  que también promueve pensar y actuar en función de mujeres con menos posibilidades de acceso a formación para convertir la educación en instrumento de ascenso social, dedicó esta segunda edición a dar respuesta a este planteamiento desde la visión de tres mujeres: Yolanda Marco, Esilda de Camacho y Gabriela Villamizar.

De pie: Peggy Fuguet, Magda Serrano y Violeta Villar. Sentadas. De izquierda a derecha: Esilda de Camacho, Yolanda Marco y Gabriela Villamizar

Momento especial de la jornada cuando la Dra. Marta Illueca, presente como asistente del CM, hizo pregunta que generó una segunda ronda de intervenciones, con énfasis en las más jóvenes.

Cierre original y didáctico con la Dra. Magda Serrano, a cargo de la relatoría de un Club de Mujeres que es espacio colectivo.

Pioneras que son ejemplo para el cambio social

La Dra.Yolanda Marco, profesora titular del departamento de Historia de la Universidad de Panamá, magíster en Género y Desarrollo de la Universidad de Panamá y doctora en Educación de la Universidad La Salle de Costa Rica, formó parte del equipo que hizo posible la investigación “Pioneras de la Ciencia en Panamá”, un libro que reúne la trayectoria de 24 panameñas, quienes fueron precursoras de la vida científica de Panamá.

La obra, editada por el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS AIP) y la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), se ha convertido en un referente y, en el caso del Club de Mujeres, aportó claves poderosas para saber qué hizo la diferencia en sus vidas y cómo sus ejemplos pueden ayudar a transformar los destinos de las mujeres del ahora y el mañana.

Esilda González de Camacho, con más de 30 años de experiencia en el sector asegurador, fue superintendente de Seguros y Reaseguros y desde hace seis años ocupa la Dirección Ejecutiva de la Asociación Panameña de Aseguradoras (Apadea). Forma parte de la Asociación de Directoras de Panamá y de la Fundación Oír es Vivir. Compartió su experiencia desde la mirada profesional y también familiar.

Gabriela Villamizar, máster trainer en neurocoaching con un master en Moda y Estilo en Milán (Italia), empresaria de restauración y propietaria de conocidas franquicias en la ciudad de Panamá, además de dirigir una empresa de asesoría de imagen personal, hizo énfasis en la sororidad y el autoconocimiento.

Esilda de Camacho comenzó por recordar el tiempo de su infancia, cuando sus padres deciden la mudanza desde Las Tablas hacia ciudad de Panamá, porque estudiar en la universidad no era posible en el interior, realidad que luego cambió con los años.

Su paisaje feliz en el campo cambia por la geografía urbana.

“Sin embargo, nunca me desconecto de mi niñez. Cuando tengo un problema, siempre voy hacia la muchachita llena de sueños y a la pregunta que me hacía mi mamá: ¿qué harías tu Chichí María con este problema? No te vas a dejar”.

Y no se ha dejado: “Mi primer mensaje es que no les roben los sueños porque todos los días alguien se deja vencer”.

Reconoció la doble y triple dificultad de la mujer profesional por escalar a los puestos directivos, “pero si nos gustan los retos, debemos ser más profesionales y demostrar capacidad desde adentro”.

De día trabajaba en el sector seguros para pagar su carrera de Psicología que cursaba en la noche, así que cuando se graduó ejerció su carrera, pero se “mudó” a la pasión de los seguros.

Reflexionó que el éxito se mide en lo que resulta importante en la vida de una persona, y en su caso es su familia, “38 años de casada, con dos hijos gemelos y una nieta… ha sido un esfuerzo y una lucha porque también me dediqué a la banca y los seguros”.
Manejo de las emociones es parte de las estrategias que compartió para poder conciliar.

La Dra. Yolanda Marco, segunda en intervenir, contó que nació en España, en un tiempo complicado, “pero de esa experiencia recuerdo que lo más importante fue crecer en un hogar donde había mucha solidaridad, se diluían las diferencias y las dificultades se superaban juntos”.

Destaca que el apoyo familiar fue fundamental para poder estudiar y lograr resolver “un problema que es central en la vida de las mujeres: la autonomía económica, con la cual llegan las otras autonomías, desde la del pensamiento hasta la de tomar decisiones más íntimas como si quieres ser madre o no”.

La historia la conecta con lo desconocido del mundo y, en ese hurgar, descubre que las mujeres no estaban en esos capítulos gruesos… “y allí comencé a investigar”.

En Panamá descubre una mujer que será una revelación en su vida: Clara González, la primera abogada panameña, creadora además del Tribunal Tutelar de Menores de Panamá.

Esta vida la reflejará luego en la biografía, La protectora de la niñez, en el libro Pioneras de la ciencia en Panamá, proyecto que nace bajo el liderazgo de la antropóloga Eugenia Rodríguez y del equipo integrado por la propia Yolanda Marco Serra, Vannie Arrocha Morán, Patricia Rogers Marciaga y Katherine Marino.

Con la investigación de Pioneras, “queríamos saber, con criterios científicos, cómo estas 24 mujeres escogidas habían logrado ser científicas y reconocidas, además de hacer aportes”.

“Muchas de ellas debían enfrentar la oposición de sus padres o familiares a estudiar ciertas carreras como Medicina”.

“Que no era una carrera para mujeres”, era alguno de los argumentos de la época, de quienes pedían para las mujeres profesiones “más recatadas”.

Las mujeres que lograron vencer estos obstáculos tuvieron el apoyo de algún mentor que podía ser una maestra, padre, madre o familiar cercano como la abuela.

“Estas mujeres siguieron su vocación, lograron culminar su carrera y muchas de ellas obtienen becas para estudiar fuera del país”.

Otro aspecto que destaca en estas mujeres, era su activismo social a favor de otras mujeres y el hecho de ser polifacéticas (científicas, artistas…)

La Dra. Marco indica que algunas se plantearon la maternidad o el matrimonio, pero también otras optaron por ser madres solteras.

“Observamos que en estas mujeres el problema no era que resultara ser difícil ser profesional y ser madre, el problema era el apoyo de las parejas”.

Quienes se casaron y lograron la conciliación, es porque tuvieron “parejas responsables, maridos que formaban un equipo democrático, una situación de igualdad y corresponsabilidad en las tareas domésticas. También tenían alguien que ayudaba en casa o acceso a centros infantiles. Esta cadena de cuidados es uno de los instrumentos fundamentales para liberarnos de la multiplicidad de roles”.

Gabriela Villamizar destacó el valor de una iniciativa como Club de Mujeres por su carácter sororo:

“Desde tiempos ancestrales las mujeres se han reunido en círculos. Antes eran las cuidadoras del fuego, ese fuego que mantenía o amalgama a la tribu. Cuidaban, mientras los hombres salían a cazar.

Entre las mujeres siempre hubo mucha sororidad y se ayudaban y reunirnos aquí, entre todas, aportando desde su esquina, área o especialidad, nos ayuda porque nadie sabe todo y de todas podemos aprender en algún momento”.

Al hablar de la multiplicidad de roles, reflexionó “que a veces somos la mamá, la esposa, la hija y hasta perdemos nuestro nombre. Se me olvida quién soy yo y cuando llega esa pregunta, quién eres tú, te debes detener y preguntarlo”.

Tiene un ejercicio: coloca a ese “yo” en tercera persona y le pregunta qué quiere esa persona, cómo se siente…

“Debemos entender que somos un ser único, individual y esa individualidad que  sea tu bandera, por encima de todo, porque de lo contrario nos pasa la factura a nuestro equilibrio y bienestar”.

Llevar una agenda, manejo del tiempo, ser resiliente, aprender a meditar y respirar, así como buscar espacios y ocuparse de otras tareas (puso como ejemplo a las versátiles pioneras panameñas), son algunas claves para el equilibrio.

¿Cómo ayudamos a las más jóvenes?

La Dra. Marta Illueca, “médica, pediatra, pastora e investigadora”, definida en sus propias palabras, ante la audiencia joven, pidió a las tres ponentes, con mundos distintos y dueñas de los secretos del éxito, darle claves a la generación que vendrá.

Dra. Marta Illueca (derecha) junto a Marisela Párraga de Esparza

Yolanda Marco las alentó “a que se formen y tengan una visión crítica del mundo para mejorar. Es el único instrumento”.

Esilda de Camacho señaló que “no debemos creer que esta generación está equivocada y nosotros en lo correcto. La inteligencia se mide en la capacidad de adaptación que tenga el ser humano y el mundo de los jóvenes es eso: capacidad de adaptarse”.

Gabriela Villamizar insistió en buscar espacios de autoconocimiento para lograr avanzar en equilibrio.

Cerró el encuentro la Dra. Magda Serrano, directora del Colegio Thomas Jefferson School y experta en liderazgo, planificación estratégica, diagnóstico y cultura organizacional, con un resumen de cada intervención, palabras desde la reflexión y un hasta muy pronto para estas mujeres que hacen el cambio todos los días.

Aliados que lo hacen posible

Violeta Villar Liste, fundadora de La Web de la Salud, y Peggy Fuguet, directora general de la consultora de marketing PPF Consulting, están al frente de esta iniciativa que contó en esta oportunidad con el apoyo de Petit París y su acogedor espacio; SONY,  pioneros en creer y apoyar al CM; Hairarchy salón y Dorina junto a su fenomenal equipo; The Pilates Studio que se suma y The Brand Society como agencia digital aliada, con el talento creativo de Leo Torres. Rebeca Basalo apoyó por La Web de la Salud y el equipo de PPF Consulting hizo posible cada detalle.