El regreso de la Feria del Libro de Madrid, que en esta oportunidad celebra su edición número 80, nos viene a decir que el futuro se acompaña de esperanzas.
“Hoy queremos mirar hacia adelante, y lo hacemos con el orgullo de poder contar con la complicidad incondicional de toda esa sociedad civil que, durante todo este tiempo, ha mantenido firme su apoyo a la lectura y las librerías de proximidad en las condiciones más adversas”, han dicho los organizadores de un evento que ha sumado a miles en El Parque de El Retiro de la capital española, desde el 10 de septiembre, día de su inicio, con el lema la #laferiadelreencuentro
Culmina esta fiesta el 26 de septiembre, con Colombia como país invitado (Colombia, Diversa y Vital), y una amplia proyección de su literatura y de otras manifestaciones culturales.
Colombia exalta un legado y así lo expone a los visitantes: «El 2020 marcó el centenario de algunos de los más emblemáticos exponentes del arte y la cultura en Colombia. La Feria del Libro de Madrid será una oportunidad para celebrar la vida y obra de Manuel Zapata Olivella, Alejandro Obregón, Enrique Grau, Edgar Negret, Manuel Humberto Rodríguez, Nereo López, Lucy Tejada y Cecilia Porras».
Juan Carlos Méndez, escritor venezolano residente en Madrid “Cada vez amo más la pequeña penumbra que puede producir la literatura” ha vivido la Feria del Libro de Madrid con ese gusto del reencuentro y cuenta desde su mirada.
-¿Cuál tipo de escritura se está leyendo más?
-Por lo que leo y escucho, los tiempos de la pandemia significaron un impulso a la lectura, pero que la Feria de Madrid esté de nuevo en marcha es una gran noticia.
Tengo la idea de que la novela negra sigue manteniendo un lugar de privilegio entre los lectores.
Es curioso, porque de ser un género poco apreciado en nuestra lengua, en estos años ha vivido un gran crecimiento.
Del mismo modo, hay autores que tienen seguidores muy fieles como Fernando Aramburu, Julia Navarro, Muñoz Molina, María Dueñas, Irene Vallejo o David Trueba, que seguro confirmarán en la feria su conexión con los lectores.
-¿Impacto de los autores latinoamericanos?
-Existe en este momento una inmensa curiosidad por escritoras como Claudia Piñeiro (Argentina), Mónica Ojeda (Ecuador), María Fernanda Ampuero (Ecuador) y Pilar Quintana (Colombia), por solo mencionar algunas.
Si bien la literatura latinoamericana ya no tiene en España el impacto que pudo tener en los años setenta, los lectores de este país siguen siendo muy curiosos, muy ávidos.
Leonardo Padura (Cuba), Juan Gabriel Vásquez (Colombia), Andrés Neuman (Argentina) y Fernando Iwasaki (Perú), son narradores que despiertan mucha simpatía en el público, tengan o no tengan novedades.
-¿Cómo le ha ido a los autores venezolanos y cuáles podríamos decir que son los preferidos de los lectores?
-La Feria todavía está en marcha, y esos resultados los conocerán los editores. Pero debo destacar un hecho notable: Quizá esta es la feria con más títulos de autores venezolanos en los muchos años que tengo viviendo aquí.
Mencionaré algunos, pero son más: Rodrigo Blanco Calderón, Juan Carlos Chirinos, Karina Sáinz Borgo, Alberto Barrera Tyszka, Yolanda Pantin, Eugenio Montejo, José Balza, Federico Vegas, Leonardo Padrón, Guillermo Sucre, López Ortega, Slavko Zupcic y Lena Yau.
Además, en la feria se puede conseguir la antología del cuento venezolano: Escribir afuera, que tiene una muestra significativa de narradores de nuestro país.
Y en cuanto a las preferencias de los lectores, si bien la feria no ha concluido imagino que autores con libros recién publicados como Karina Sáinz Borgo y Rodrigo Blanco Calderón estarán ahora en muchas casas de la ciudad.
En este momento, Méndez Guédez no tiene novedades en España, sin embargo, en la Feria del Libro de Madrid se encuentran sus libros de otros años: Cuatro de cuentos y varias novelas.
En el stand de Colombia, el país invitado, se puede ver su libro más reciente: Round 15, «una novela corta que se acaba de publicar en Bogotá por la editorial Caballito de Acero. Se trata de una editorial que muy pronto comenzará a circular también en España».
Puedo decir que recién llegado a España, paseaba por la feria y soñaba con que algún día allí estuviesen mis libros. Ahora, cuando camino por El Retiro y adivino mis historias en algún stand, no puedo evitar sonreír con la timidez y el temor con que vemos el modo en que se cumplen los anhelos.