Dra. Karen Courville, FACP
Por: Dra. Karen Courville, FACP
Egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e Hipertensión.
El sodio es un nutriente esencial necesario para mantener el volumen plasmático, el equilibrio acidobásico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células.
El sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos, como la leche, la carne y los crustáceos. Suele estar presente en grandes cantidades en los alimentos elaborados, como el pan, los productos cárnicos secos, los embutidos, los enlatados, así como en algunos condimentos (salsa de soja, salsa china, salsa inglesa, por ejemplo).
Los principales factores que determinan el mayor o menor consumo de sal están asociados al marco cultural y los hábitos alimentarios de cada población, pero lo cierto es que un consumo de sal inferior a 5 gramos diarios en el adulto contribuye a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio.
El principal beneficio de reducir la ingesta de sal es la correspondiente disminución de la hipertensión arterial.
Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han acordado reducir en un 30% el consumo de sal de la población mundial de aquí a 2025. Sin embargo, los estudios nos indican que por ejemplo, en España, la mayoría de las personas consumen demasiada sal: de 9 a 12 gramos por día en promedio, es decir, dos veces la ingesta máxima recomendada.
¿Cantidad recomendada de sal que debemos utilizar al día?
El exceso de sodio tiene consecuencias negativas para la salud, en particular en la hipertensión arterial, y produce un mayor riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y enfermedad renal crónica.
La producción creciente de alimentos elaborados cada vez más numerosos, la rápida urbanización y la evolución de los modos de vida están modificando los hábitos alimentarios.
Las poblaciones del mundo entero consumen alimentos más ricos en energía que contienen muchas grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcar y sal, en alimentos preparados y de preferencia de “solo calentar”, con un decreciente consumo de frutas y vegetales.
La sal realza e integra los sabores de los alimentos, pero debemos hacer un equilibrio para mantener una alimentación saludable en beneficio de la salud. La cantidad de sal recomendada para los adultos por día es máximo 5g. Esto representa una cantidad equivalente al contenido de una cucharadita.
El problema es que esto representa la cantidad de sal que le ponemos a la comida al cocinar o en la mesa, pero no incluye el contenido de sodio que se encuentra en el resto de los alimentos procesados que comemos a diario, que realmente constituyen aproximadamente el 80% de la ingesta de sal.
Existen diferentes tipos de sal, y el concepto importante es que no importa cuál sea o de donde provenga, la cantidad debe limitarse a 5g por día.
Si realizamos una disminución en el contenido diario de sal, el ajuste de las papilas gustativas logrará en unas dos semanas, adaptarse al sabor, y al hacerlo, es probable que se aprecien los alimentos y que se reconozca una gama más amplia de sabores.
¿Cómo reducir la sal en la alimentación?
El hecho de consumir demasiada sal aumenta la presión arterial a cualquier edad. Debemos iniciar en casa educando a los niños sobre una alimentación más saludable:
- Disminuir la cantidad de sal durante la preparación de los alimentos en casa de manera progresiva, de esta manera todos se adaptarán al nuevo sabor.
- No utilizar salero en la mesa
- Evitar el consumo de meriendas elaboradas con alto contenido en sal; introducir a los niños frutas y vegetales de manera paulatina. Es importante que aprendan a comer bien de manera temprana
- Escoger productos con menor cantidad de sodio en el supermercado
- Preferir los productos naturales para condimentar (como el ajo, cebolla, recao, y especies) en lugar de salsa y preparados de cubitos, debido a que estos tienen altos contenidos de sodio como preservantes
- Disminuir el consumo de embutidos y enlatados: su preservante principal es la sal. Preferir los productos frescos
La reducción de la ingesta de sal se considera una de las medidas más costoeficaces que los países pueden tomar para mejorar la situación sanitaria de la población en términos de prevención de enfermedades cardiovasculares y enfermedad renal a causa de la hipertensión arterial. Se estima que cada año se podría evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a nivel mundial se redujera al nivel recomendado.
¡Es importante hacer modificaciones progresivas en nuestra alimentación para que sean duraderas y permitan a las personas disfrutar el beneficio de una vida más saludable!
Dra. Karen Courville, FACP