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El covid-19 trae consigo otra pandemia: La del duelo, asociada a sentimientos como sufrir y penar.

La doctora Juana Herrera Araúz, médico psiquiatra, observa que en este periodo de enfermedad global es común ver a las personas sufrir por depresión o ansiedad “y muchos entran en duelo por la incertidumbre que representa pensar qué pasará con nosotros, con nuestra vida diaria o puestos de trabajo” y el temor cierto por la salud propia o de un familiar.

Invitada por el Capítulo de Panamá de 500 Científicas, la especialista compartió sus experiencias a partir del diálogo virtual Duelo: Afrontando la pérdida de un ser querido.

Hay cuatro conceptos similares pero que expresan emociones distintas.

El duelo lo define la especialista como “respuesta emocional de una persona ante la experiencia de una pérdida” y produce una serie de cambios desde el punto de vista cognitivo.

El luto implica, por su parte, el “proceso de adaptarse a la vida después de una pérdida”.

“En nuestra cultura el luto se asocia a ciertos rituales, luego de la pérdida, como vestirse de negro, no pintarse o no escuchar música”, de allí que el luto esté influenciado por la sociedad, la cultura o la religión de la persona.

El pesar es “el estado de haber experimentado una pérdida” y el dolor, “un sentimiento intenso de pena, tristeza o lástima que se experimenta por motivos emocionales o anímicos”.

El proceso de pérdida (ver lámina adjunta), es justo un proceso e implica varias etapas, destaca Herrera Araúz.

De la negación la persona pasa a la ira. A la interrogante de por qué le ocurrió a su  familiar o la persona cercana, en particular en los casos de muerte.

Luego se genera un proceso de negociación, sentimientos como tristeza, nostalgia e incluso depresión hasta lograr la etapa de la superación.

Importante es qué ocurre si la persona se “queda” en la etapa de la depresión y no logra alcanzar la fase de superación.

Al respecto, la especialista señaló que la depresión es una enfermedad; un cuadro clínico “y si esa tristeza dura más de 14 días o dos semanas, con pérdida de interés, insomnio o falta de apetito o, en el caso de quien tiene pareja, falta de deseo sexual, podemos estar ante un cuadro de depresión”.

Advirtió que los cuadros depresivos se deben tratar por sus características patológicas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “más de 300 millones de personas viven con depresión” y solo en las Américas, según cifras del organismo global, cerca de 50 millones (5% de la población) la padecían en 2015.

Del duelo y el crecimiento

El duelo, como ya se definió, en tanto “respuesta emocional de una persona ante la experiencia de una pérdida”, tiene tres características básicas que destaca la especialista:

  • Es inevitable
  • Implica dolor y sufrimiento
  • Brinda la oportunidad de crecimiento

Es inevitable porque el hecho de estar en la vida confronta a las personas con el dolor, asociado a pérdidas, sea de seres queridos, del trabajo o bienes materiales.

Ayuda a superar este proceso, rituales como las misas, los velorios, ir al cementerio o el apoyo de la comunidad.

Como bien subraya la especialista, el tema cultural o religioso determinará cómo cada persona vivirá este proceso.

Doctora Juana Herrera

“En el duelo y en la pérdida muchas veces la persona se cuestiona sus creencias o la manera de ver el mundo. Si se trata de la muerte de un niño o alguien muy allegado, se comienza a preguntar por qué ocurrió, pero también se puede reforzar el tema de la fe para brindar nuevas oportunidades y dar sentido a la vida”, observa.

Incluso hay fechas como las navidades o cumpleaños, que recuerdan a la persona que ya no está.

Otros sentimientos se generan de la relación de pareja. “El sobreviviente puede sentir la presencia de esa persona que ha partido y eso es normal y aceptable”.

Alucinaciones, reproches y anhelos también están asociados a estos momentos de duelo.

Herrera Araúz, de igual modo, subraya que hay factores de riesgo para un duelo patológico, por ejemplo, las pérdidas múltiples (si a un niño le muere su padre y su hermano), si hay problemas económicos o falta de apoyo familiar.

Nada es para siempre

La especialista recuerda que hay un proceso de adaptación, con principio y fin, “pero no borro los vínculos, aprendo a caminar, sabiendo que partió y tengo que seguir mi vida”.

¿Qué tanto puede tardar en llegar ese fin? Dependerá de cada persona y sus circunstancias.

Validar, respetar, acompañar

La doctora Herrera Araúz enumera recomendaciones valiosas para ayudar a acompañar al otro en su dolor.

Validar su duelo. “A veces no respetamos el dolor de esa persona. Pensamos que exagera y en realidad es su manera de expresar dolor o la pérdida de ese ser querido”.

Brindar apoyo emocional. De manera habitual, sostuvo, tendemos a hablar más y escuchar menor. Debemos escuchar más y hablar menos. Debe hablar el doliente, que exprese su dolor, su miedo y su condición.

Fomentar el respeto y la tolerancia. A las personas hay que respetarlas y tolerarlas.

La especialista recomienda que ante el doliente no se ponga de ejemplo ni compare situaciones.

Tampoco son saludables frases como “pon de tu parte”.

Hay que respetar, afirmó, las maneras de las personas de aliviar su duelo y su dolor.

Reforzar la autoestima es otro aspecto valioso. Hacerle ver sus aspectos positivos y que cuenta con apoyo familiar, incluso con redes de apoyo de amigos.

En síntesis:

  • Una escucha del 80% de la persona afectada.
  • Tomar la iniciativa de llamar o visitar.
  • Permitirle que hable de su dolor y respetar su manera de expresarlo.
  • Aprender a sentirse cómodo en el silencio. A veces el deudo puede estar en silencio y hay que respetar esta condición.
  • Facilitar el proceso de aceptación y entender el tiempo particular de cada persona porque las decisiones requieren tiempo.

Pandemia y cambio

En relación con el cambio y cómo sobrellevarlo, muy a propósito en tiempos de pandemia, la especialista recomienda “tomar tiempo antes de asumir decisiones importantes, compartir nuevas responsabilidades, pedir y aceptar ayuda, obtener ayuda para manejar cuestiones financieras y legales, obtener asesoramiento antes de retomar el trabajo, llevar un diario y analizar unirse a un grupo de ayuda”.

En Panamá funciona el Instituto Nacional de Salud Mental y, en caso de emergencia, puede llamar al 523-6800 y solicitar ayuda.

Recuerde que la vida siempre ofrece una segunda oportunidad.

Violeta Villar Liste. La autora es Comunicadora Social, egresada de la Universidad de los Andes (ULA, Venezuela), magíster en Literatura Latinoamericana por la ULA, con suficiencia investigadora del Doctorado en Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Egresada del Diplomado en Periodismo Digital del Tecnológico de Monterrrey. Con más de 25 años de ejercicio periodístico. Es autora y coautora de libros periodísticos.