fbpx
Imagen de Freepik

Aunque los diuréticos son herramientas valiosas en el tratamiento de diversas enfermedades, su uso inadecuado puede acarrear riesgos significativos

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

La hipertensión arterial, comúnmente conocida como presión arterial alta, es una condición de salud que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Para el tratamiento, los profesionales de la salud consideran diversos enfoques para controlarla, y los diuréticos han demostrado ser una opción efectiva.

Los diuréticos son medicamentos que actúan aumentando la eliminación de sodio y agua a través de la orina, lo que contribuye a la reducción de la presión arterial. Su eficacia se ha respaldado con estudios clínicos que han demostrado la capacidad de los diuréticos para disminuir la resistencia vascular periférica y reducir el volumen sanguíneo, factores clave en el control de la hipertensión.

Al disminuir la presión arterial, se minimiza el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y otras complicaciones asociadas con la hipertensión no controlada, como la enfermedad renal crónica. Además, los diuréticos son a menudo una opción más asequible en comparación con otros medicamentos antihipertensivos, lo que facilita el acceso a un mayor número de personas y siguen siendo primera línea de tratamiento en las guías internacionales.

Diferencias entre los diuréticos

Existen diferentes clases de diuréticos, cada uno con mecanismos de acción únicos y que actúan en sitios diferentes en el riñón. Los diuréticos tiazídicos, como la hidroclorotiazida, actúan en los túbulos renales para aumentar la excreción de sodio y agua, por lo que son muy efectivos para tratar la hipertensión.

Por otro lado, los diuréticos de asa, como la furosemida, actúan en la parte ascendente del asa de Henle, eliminando grandes cantidades de sodio y agua, por lo que son más potentes para la retención de líquidos asociada a la insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal y no como antihipertensivos.

Los diuréticos ahorradores de potasio, como la espironolactona, reducen la excreción de potasio, y son útiles para disminuir la fibrosis y remodelado en algunos órganos, como el corazón y el riñón.

Como en cualquier tratamiento médico, es esencial que los pacientes sigan las indicaciones de sus profesionales de la salud y realicen controles periódicos para evaluar la respuesta al tratamiento. Además, la adopción de un estilo de vida saludable, que incluya una dieta balanceada, ejercicio regular y la gestión del estrés, puede potenciar los beneficios de los diuréticos en el control de la hipertensión.

Riesgos asociados y uso responsable de los diuréticos

Aunque los diuréticos son herramientas valiosas en el tratamiento de diversas enfermedades, su uso inadecuado puede acarrear riesgos significativos.

Uno de los principales peligros es la deshidratación, ya que el aumento en la producción de orina puede llevar a una pérdida excesiva de líquidos.

Además, el desequilibrio electrolítico, especialmente la pérdida de potasio, puede causar debilidad muscular, irregularidades en el ritmo cardíaco e incluso problemas renales. 

Estos medicamentos deben ser prescritos por el médico y no deben ser utilizados para “bajar de peso”, ya que es de conocimiento general que, si se pierde agua, se pierde peso, pero el peso importante que se busca perder en la obesidad, es la grasa, no el contenido de agua. Tomar más diuréticos de lo recetado no acelerará el proceso de eliminación de líquidos, pero aumentará los riesgos de efectos secundarios.

Remedios naturales con propiedades diuréticas y sus efectos secundarios

Los remedios naturales con propiedades diuréticas han sido utilizados a lo largo de la historia como una opción para estimular la eliminación de líquidos del cuerpo y apoyar la función renal. Estas alternativas, provenientes de la naturaleza, pueden proporcionar beneficios diuréticos sin la necesidad de recurrir a medicamentos sintéticos.

Sin embargo, no pueden reemplazar la función de control de hipertensión y también tienen efectos secundarios, por lo que es importante tener claro los riesgos.

Algunas bebidas elaboradas en infusión de las hojas o raíces son utilizadas como tés. El té de diente de león, el perejil, el té de ortiga, la piña, por mencionar algunos, han sido utilizados tradicionalmente para estimular la función renal y promover la eliminación de líquidos.

Como cualquier bebida que favorezca la diuresis, es importante mencionar que el uso excesivo de diuréticos naturales podría llevar a la pérdida de electrolitos, especialmente potasio. Esto podría causar debilidad muscular, calambres y, en casos extremos, problemas cardíacos.   Algunos diuréticos naturales pueden interactuar con medicamentos, afectando su eficacia o potenciando ciertos efectos secundarios si se mezclan con otros diuréticos.

Algunas personas podrían ser susceptibles a algún compuesto y podrían experimentar reacciones adversas, especialmente con plantas como el diente de león o la ortiga. Es importante estar atento a posibles signos de alergia, como erupciones cutáneas o dificultad para respirar. Otros pueden afectar los niveles de azúcar en sangre y las personas con diabetes deben tener precaución y monitorizar sus niveles de glucosa. Algunos pacientes que ingieren exceso de tés, pueden aumentar su riesgo de producción de litiasis o cálculos renales.

Recomendaciones finales

Se deben tomar diuréticos bajo la supervisión de un profesional de la salud. Este decidirá el tipo de diurético adecuado según la condición médica del paciente y ajustará la dosis según sea necesario. 

Mantener una dieta equilibrada que incluya alimentos ricos en potasio, como plátanos, espinacas y aguacates, puede ayudar a contrarrestar la pérdida de este mineral causada por algunos diuréticos.

Estar atento a los síntomas de deshidratación, debilidad muscular o cambios en la frecuencia cardíaca y comunicarse con el médico si se experimentan.

Si bien los remedios naturales con propiedades diuréticas pueden ser una opción para muchas personas, es esencial ejercer moderación y buscar orientación médica, especialmente en casos de condiciones médicas preexistentes o si se están tomando otros medicamentos. Incorporar estos remedios de manera equilibrada y consciente, junto con una dieta saludable y estilo de vida activo, puede ofrecer beneficios diuréticos sin comprometer la salud general.

Como siempre, la individualidad de cada persona debe ser considerada al explorar este tipo de tratamientos naturales.

Los diuréticos representan una opción valiosa y eficaz en el tratamiento de la hipertensión arterial. Su capacidad para reducir la presión arterial, mejorar la función cardiovascular y su relativa accesibilidad los convierten en una herramienta importante en la gestión de esta condición. No obstante, es crucial que cualquier decisión sobre el tratamiento antihipertensivo se tome en consulta con un profesional de la salud, quien evaluará las necesidades individuales de cada paciente y determinará la estrategia más adecuada para lograr un control óptimo de la presión arterial y, en consecuencia, mejorar la salud cardiovascular a largo plazo.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI