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La embajadora Bouchra Boudchiche mantiene una presencia activa en la vida panameña. Su historia demuestra que la determinación ayuda a cumplir las metas, sea en la diplomacia o en cualquier carrera escogida
Violeta Villar Liste

Embajadora del reino de Marruecos en Panamá, su vida está forjada a fuerza de desafíos, convencida de la importancia del estudio y la preparación como el camino para cumplir los objetivos. Su ejemplo, abre paso a otras mujeres en el competido mundo diplomático. Hoy cuenta su historia

A los 15 años, Bouchra Boudchiche hizo una declaratoria que la acompañaría con firme determinación y se haría realidad a la vuelta de la vida: “Quiero ser diplomática”.

Y lo fue y lo es. Embajadora del reino de Su Majestad el Rey de Marruecos (norte de África) en la República de Panamá, alcanzar esta posición fue el resultado de un camino forjado desde la constancia, el estudio, la preparación y la firme determinación de tener un nombre propio más allá del concedido por ser la esposa del embajador Abdelhadi Boucetta, ahora jubilado, a quien acompañó en sus funciones en Austria, Paquistán y Chile.

“Siempre he tenido curiosidad e interés por otras culturas. Me fascina el ser humano y me gusta conocer a la gente: entenderla, intercambiar y aprender de todo el mundo”.

Esta fascinación por conocer y entender al ser humano, explica que la embajadora Bouchra Boudchiche, quien ingresó al servicio diplomático de su país en 1990 y se ha formado entre universidades de Marruecos, España y Chile, además de hablar árabe (su lengua materna), español, inglés, francés y alemán, sea una presencia conocida y afable en Panamá.

En su despacho en ciudad de Panamá

Sea en un acto diplomático, político, cultural, académico o social, su estilo no es indiferente y celebra cada oportunidad de aprender.

Su oficina se despliega sobre el horizonte de la ciudad de Panamá en un verano a medio camino entre la lluvia sorpresiva y los destellos de la mañana en tránsito.

“Estoy encantada de ser embajadora en Panamá y es un honor representar a Su Majestad, Mohammed VI, nuestro jefe de Estado”, declara.

Objetos de la cultura marroquí acompañan fotografías y momentos que celebra de su presencia en Panamá, al lado de su esposo quien es ahora el esposo de la embajadora como en algún momento ella lo fue. Tres hijos en países diferentes: están lejos pero no ausentes.

“Soy esposa de diplomático y madre de tres varones de quienes me siento muy orgullosa. Celebro haber tenido la experiencia de ser madre y esposa, pero como toda mujer, dentro de mí existía una pasión y la necesidad de desarrollar un espacio personal que logré gracias a los estudios y a ser una mujer de desafíos”.

Su primer desafío fue conciliar su papel de esposa de diplomático y madre con su propio deseo de escalar posiciones en “el Ministerio de Asuntos Extranjeros de la Cooperación Africana de los Marroquíes Residentes en el Extranjero (Maecamre)” de su país.

Ocurre que en ese momento la legislación de Marruecos, luego modificada, no permitía a las parejas en funciones diplomáticas que ambos ejercieran funciones de Estado fuera del país.

“Uno debe entender, y lo hice desde pequeña, que se deben tener objetivos que irán cambiando según las circunstancias y las edades”.

Estudió y se graduó en la Escuela Nacional de Administración Pública de Marruecos  con especialización en Diplomacia e ingresó  a la  Maecamre cuando la vida, al casarse con diplomático, la pone en la coyuntura de ejercer su profesión o formar familia.

Decidió entonces que los sueños no se dejan a un lado y menos los desafíos. Así, mientras acompañaba a su esposo en su ejercicio y periplo diplomático, tuvo a sus hijos a la par que adquiría las herramientas para ejercer como la diplomática que siempre quiso ser: estudio de idiomas y especialización en cada lugar al cual debió viajar.

Con su esposo y sus tres hijos. De izquierda a derecha: Ghali, Abdelhadi Boucetta, Youssef y Othman

Boudchiche, como esposa de diplomático, aprendía el arte práctico de la profesión, experiencia que también sumaba a su hoja de vida.

La experiencia chilena

En Chile vivirá entre los años 2002 y 2008.

“Ahora es mi momento”, se dijo, cuando, con los hijos en el colegio,  consiguió tiempo para formarse en un conocimiento que le apasiona: el de América Latina.

“El equilibrio es una cosa de desafío cotidiano”, argumenta al explicar cómo manejaba sus distintos roles hasta conseguir tiempo para especializarse en Latinoamérica.

“El carácter, el estilo de vida y el manejo de lo emocional hace muy similar a Marruecos con los países de América Latina. Ya antes de llegar a Chile era mi sueño vivir en la región y los sueños, si te lo propones se hacen realidad”.

El primer desafío asociado con la experiencia chilena fue dominar el idioma español. En tres meses y medio, a fuerza de aprendizaje del idioma en centro especializado, de lecturas, de ver televisión, cine y escuchar música, logró ganar el concurso para entrar al Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile y así estudiar la Ciencia Política desde una nueva perspectiva, la de América Latina.

Estudios sobre la historia política de cada país del continente, debates y conversaciones le permitieron conocer de otro modo América Latina y aportar a la discusión global con sus compañeros de clases: “Englobaban el mundo árabe en un conjunto, pero había que desafiar el conocimiento para hacerles entender esta diversidad que hay entre los países, que viene de su historia política pero también de la cultura y de su desarrollo”.

“La experiencia chilena fue muy enriquecedora ya que me ha permitido conocer más cerca, y poder intercambiar en varias ocasiones, con Michelle Bachelet y otras mujeres políticas chilenas  destacadas  en particular sobre el tema de la mujer y los desafíos de la mujer profesional.  

Tuvo el honor de recibir a Michelle Bachelet,  durante su segundo mandato como presidenta de Chile, en su viaje a la ciudad de Marrakech, para participar del segmento de Alto Nivel de la 22ª reunión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22).

En ese noviembre de 2016, era Bouchra Boudchiche la jefa de la División de Privilegios e Inmunidades de la Dirección de Protocolo de la Cancillería de Marruecos y pidió atenderla de manera personal porque además de conocerla en Chile, también se habían reencontrado en Madrid.

Meses después, Boudchiche fue condecorada en Chile como esposa de embajador, por haber contribuido a consolidar las relaciones entre Marruecos y Chile, dignidad inusual porque este tipo de distinción la reciben solo los embajadores. Sin embargo, ella se supo ganar su reconocimiento.

Llamarse con nombre propio

Trabajar en la embajada de Marruecos en Madrid (España) fue un importante desafío y privilegio en su carrera porque en este periodo, ya con su esposo jubilado, inicia su camino en la carrera diplomática con nombre propio.

Corría el año 2009 cuando llega por la puerta grande con el cargo de consejera de Comunicación y una experiencia acumulada en libros y la vida misma.

“Todo el tiempo que serví al lado de mi esposo, como primer secretario, consejero, consejero encargado de negocios y luego embajador, era como una alumna en práctica, aprendiendo en el terreno”.

“Creo mucho en la lucha y la perseverancia. Y se gana por perseverancia. A las jóvenes las invito a soñar y hacer la diferencia y para ello se debe estudiar y prepararse. Como diplomática quería estar a la altura y por eso me esforcé”.

En sus desafíos y objetivos pone por delante la ayuda de Dios y su formación en valores.

“La espiritualidad es una parte importante en mi vida. Es mi fuerza y mi arma pacífica ante la adversidad”.

Durante la experiencia española también fue consejera política y se ocupaba del análisis de la política interior de España.

Este periodo, de retos políticos y conciliaciones, la consiguió con amigos y amistades de diplomáticos españoles que hicieron más sencilla su gestión.

Madrid fue el despegue de su carrera diplomática con nombre propio.

“Otro desafío era lograr un nombre disociado del apellido de mi marido. Él me ayudó mucho porque actuaba de manera muy discreta excepto cuando yo se lo pedía”.

“Te tienen que ver a ti como la diplomática de Marruecos”, la animaba su esposo en esta transición a un nombre propio.

Al retornar a Marruecos procedentes de España, volvió a establecer otro objetivo en su vida: retornar a América Latina como embajadora en algún país.

“Debo decir que las circunstancias me han ayudado porque el rey Mohamed VI tiene entre sus prioridades la promoción del empoderamiento de la mujer y otras, antes que yo, habían demostrado sus capacidades”.

Con este escenario, decide postular al puesto de directora de Las Américas, cargo que obtiene en el año 2017 luego de un arduo proceso de evaluación y candidatos de altísimo nivel.

La embajadora de Marruecos en Panamá

Ocuparse de un continente, desde el gran norte americano hasta la Tierra del Fuego, con la gestión de todas las embajadas de Marruecos en la región, fue otro desafío cumplido que dio paso al sueño anhelado de ser embajadora en Latam.

En julio de 2020 será nombrada embajadora de Marruecos en Panamá. Gestión y COVID-19 por delante, logra desembarcar en enero de 2021 para reencontrarse con un país que ya conocía luego de unas vacaciones.

“Siempre he creído en la relación entre Panamá y Marruecos. Es un país muy importante para nosotros y queremos fortalecerla”. 

La comunidad marroquí en Panamá es pequeña, por lo cual los servicios consulares los presta la propia embajada cuya presencia en el Istmo “es más con una visión estratégica y política, con el fin de que  Panamá y Marruecos se conozcan mejor, y tomen conciencia de todo el potencial de cooperación que existe entre los dos países”, comenta.

Decía el filósofo y teólogo San Augustín: “No se puede amar lo que no se conoce”, cita.

La diplomacia le queda bien a la mujer

La embajadora Boudchiche, quien profundizó su conocimiento en Relaciones Internacionales, y en temas relevantes actuales como los de seguridad y gestión de crisis y gestión de crisis, además de autora de textos que analizan las relaciones entre Marruecos y España, así como los vínculos entre Europa y el Mediterráneo musulmán, analiza que el número de mujeres en la carrera diplomática ha ido incrementando.

Esta presencia de la mujer en la Diplomacia ha cambiado en Marruecos y el resto del mundo: solo pide mirar el ejemplo de los países representados en Panamá, que suman mujeres al frente de sus embajadas, consulados y muchas representaciones de organismos internacionales.

“Es una carrera que se está feminizando. La diplomacia le queda muy bien a la mujer porque tenemos una sensibilidad especial y una inteligencia emocional que se traduce en empatía y ayuda mucho en la profesión”.

Inversión para la equidad

Que le pregunten por qué no lleva velo o es tan moderna, son interrogantes que aprovecha la embajadora de Marruecos en Panamá para describir avances notorios en su país, entre otros, la decisión de destinar el 6% del Producto Interno Bruto (PIB) al fomento de la equidad y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el periodo 2015-2030.

“Los avances en la materia han sido pensadas y elaboradas en conformidad con las Convenciones Internacionales, con primacía sobre el derecho interno. Marruecos es parte de los principales instrumentos que se refieren directamente o indirectamente a los derechos de la mujer, es decir nueve  instrumentos que constituyen el núcleo duro del sistema internacional de los DDHH”, precisó.

Creó una autoridad para impulsar la paridad de género y luchar contra la discriminación y se ha adherido a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a la Agenda 2063 de la Unión Africana

Documentó que “este proceso ha empezado en 2000, tras la intronización de Su Majestad el Rey, se reforzó con la Constitución de 2011, y sigue un campo abierto ya que este año se volvió a abrir el tema  de la reforma del Código de la Familia”.

El proceso tiene pilares en el refuerzo del marco normativo y jurídico, mejora de la educación, lucha contra el trabajo informal y la morbilidad de la mano de obra femenina y posibilidad de la mujer de alzar su voz, entre otros aspectos.

Enfatizó en la Iniciativa Nacional de Desarrollo Humano  que ha impulsado programas de emprendimiento de la mujer en general, pero más en el rural.

“Lo que la mujer hacía en la sombra se convirtió en una pequeña empresa que le permitió adquirir autonomía financiera, independencia y sobre todo dignidad”.

También, afirmó, “la gran revolución que vive la mujer pasa también por el campo religioso y el rol que desempeña en este ámbito que siempre ha sido bajo dominio de los hombres. Así, consagrando  el derecho a la igualdad, se puso en marcha  la formación de las murchidat, profesoras encargadas de impartir clases de religión a otras mujeres en las mezquitas, cosa inédita a través de los siglos en el mundo arabo-musulmán.

Este paso que despertó en sus momentos reacciones vehementes por parte de algunos sectores conservadores, ha tenido consecuencias muy positivas en el estatuto de la mujer”, ya que ahora en las interpretaciones del mensaje sagrado, “aparecen versículos y mensajes mucho más favorables y otorgando más derechos a las mujeres”.

Resaltó que la embajadora ante el Vaticano de su país es una de las primeras murchidats.

La embajadora destaca en este camino que quiere cerrar brechas, la mayor presencia de ministras en el gobierno: de 16.7% de participación de mujeres en el año 2019, en el 2021 representan el 24% de la cartera y en posiciones relevantes: Finanzas, Vivienda, Turismo, Transporte, Transición Energética y Desarrollo Sostenible y Solidaridad y Familia.

El 41% del personal en las embajadas y consulados son mujeres.

En la lucha contra la pandemia destacó el protagonismo de la mujer: 57% eran médicas y la mayoría del personal sanitario (67%) integrado por mujeres.

Están generando políticas en ciencia e innovación de particular atención a las científicas.

Marruecos tiene un Ministerio que era inicialmente Ministerio de la Mujer: ahora se convirtió en el Ministerio de la Solidaridad, Inserción Social y de la Familia y, desde esta experiencia, se ha comunicado con la Dra. Juana Herrera, titular del recién creado Ministerio de la Mujer en Panamá, para compartir las historias de éxito que aporten desde el Ministerio de la Mujer de Marruecos a Panamá, además de trabajar por consolidar la relación sobre principios de solidaridad y conocimiento mutuo.

Es otro de sus retos. El de ella, la mujer con nombre propio: Bouchra Boudchiche, la diplomática de los desafíos.

Violeta Villar Liste
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