fbpx
Imagen de Freepik

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas, es presidenta de la Sociedad Panameña de Nefrología e HipertensiónMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Aproximadamente existen 62 millones de personas en América que sufren de diabetes mellitus y 422 millones de personas a nivel mundial. La mayoría de estas personas viven en países de ingreso bajo y mediano. Un millón y medio de personas fallecen anualmente a causa de la diabetes y esta enfermedad es la mayor causante de complicaciones vasculares, como retinopatía diabética (ceguera), infarto cerebral, infarto del corazón, insuficiencias vasculares periféricas y nefropatía diabética con enfermedad renal crónica.

La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando nuestro páncreas presenta problemas en la producción de insulina o el cuerpo no puede utilizarla de manera eficiente porque hay resistencia, y por ende aumentan los niveles de glucosa en sangre.

¿Qué enfermedades pueden aumentar el riesgo de sufrir de diabetes?

Existen algunas condiciones que pueden aumentar las probabilidades. En los pacientes con antecedentes familiares de diabetes, hay un riesgo elevado, sobre todo en la población afroamericana, indígena estadounidense, asiática y la hispana o latina. Además, en las mujeres con antecedentes familiares de diabetes, existe mayor probabilidad de desarrollar diabetes gestacional.

A veces hay algunas mutaciones específicas que se han identificado, como la diabetes neonatal y la diabetes del adulto de inicio juvenil (MODY, por sus siglas en inglés). La diabetes neonatal se presenta en los primeros 6 meses de vida.

Estas mutaciones genéticas causan diabetes porque hacen que el páncreas pierda su capacidad de producir insulina.

La fibrosis quística, un trastorno hereditario que causa afectación en los pulmones, el sistema digestivo y otros órganos del cuerpo, produce un exceso de mucosidad que causa cicatrización en estos órganos, y en el caso del páncreas, estas cicatrices pueden impedir que produzca suficiente insulina. La hemocromatosis hace que el cuerpo almacene demasiado hierro en algunos órganos como el hígado, y si se acumula en el páncreas, puede afectarlo.

Algunas trastornos hormonales pueden producir una cantidad excesiva de ciertas hormonas, lo cual algunas veces causa resistencia a la insulina y esto puede producir diabetes, como el síndrome de Cushing, que se presenta cuando el cuerpo produce demasiado cortisol, que con frecuencia se conoce con el nombre de “hormona del estrés”; la acromegalia, que se presenta cuando el cuerpo produce demasiada hormona del crecimiento; y el hipertiroidismo, que se presenta cuando la glándula tiroides produce demasiada hormona tiroidea.

La pancreatitis (inflamación del páncreas), el cáncer de páncreas y los traumas, pueden dañar las células beta o hacer que pierdan parte de su capacidad de producir insulina, lo cual puede dar lugar a la diabetes.

¿Cómo se hace una vigilancia temprana?

Las pruebas de tamizaje de diabetes se deben realizar a todas las personas mayores de 35 años, con sobrepeso u obesidad, mujer que haya presentado diabetes gestacional y si hay antecedentes familiares de diabetes. Existen diferentes pruebas que se utilizan para medir la glucosa en sangre.

La prueba de glucosa en plasma en ayunas mide la concentración de glucosa en sangre y para obtener los resultados más confiables, se debe realizar por la mañana después de que la persona haya ayunado durante al menos 8 horas (es decir que haya comido ni bebido nada excepto agua). 

El valor normal se encuentra por debajo de 110 mg/dL. Entre 111 a 126 mg/dL se considera pre diabetes y mayor de 127 mg/dL se considera diabetes.

La prueba de Hemoglobina glicosilada o HbA1c es un análisis de sangre que muestra las concentraciones promedio de glucosa en la sangre durante los últimos 3 meses. Hay algunos factores tales como el embarazo en segundo o tercer trimestre y la anemia que pueden hacer que el resultado de la prueba no sea tan preciso en esos casos. Lo normal es un valor por debajo de 5.7% y un valor entre 5.8% a 6.4% se consideran pre diabetes y más de 6.5% se considera diabetes.

La prueba aleatoria de glucosa en plasma es utilizada para diagnosticar la diabetes cuando la persona tiene síntomas de diabetes y no quieren esperar hasta que haya ayunado durante 8 horas. La persona se podría hacer este análisis de sangre en cualquier momento. Los valores normales antes de comer deben estar entre 80 a 130 mg/dL y dos horas después de comer deben ser menos de 180 mg/dL.  Valores por arriba de estos, ameritan realizar la prueba de glucosa en ayuna porque se consideran alterados y por arriba de 200 mg/dL se diagnostica como diabetes.

La prueba de tolerancia oral a la glucosa ayuda a los médicos a detectar la diabetes tipo 2, prediabetes y diabetes gestacional. Antes de la prueba, la persona deberá ayunar durante por lo menos 8 horas. Luego la persona beberá un líquido con alto contenido de azúcar. Se toma una muestra de sangre en ayuno y 2 horas después de la ingesta y se evaluaran los valores.  Por arriba de 200 mg/dL se diagnostica como diabetes.

¿Cómo podemos prevenir la diabetes?

Hacer ejercicio regularmente ayuda a perder peso, los músculos utilizan azúcar o glucosa como fuente de energía, y aumenta la sensibilidad de la insulina lo que ayuda a disminuir los valores de glucosa en sangre.

Es importante regular los niveles de carbohidratos en la dieta (pan, pasta, tubérculos como la papa, y los granos, como el arroz) debido a que estos son transformados en glucosa.  Cuando se ingieren muchos carbohidratos, los niveles de glucosa aumentan y se altera la función de insulina, permitiendo que los valores en sangre se eleven.

Debemos aumentar la ingesta de fibra en la dieta (vegetales, frutas, granos integrales), debido a que esta reduce la digestión de carbohidratos y la absorción de azúcar, por lo que ayudan al control de la glucosa en sangre.

Como siempre, una buena hidratación es importante.  Nuestros riñones necesitan una cantidad de líquidos diarios suficientes para mantener sus funciones adecuadamente.  Al hidratarnos, debemos utilizar mayormente agua y evitar las bebidas azucaradas.

Es importante controlar las porciones de comida cuando vamos a comer.  La dieta balanceada nos permite que nuestro cuerpo no obtenga calorías que no va a utilizar y que deba almacenar.  Disminuir la ingesta ayuda a controlar el peso y disminuir el riesgo de picos de glucosa en sangre.

Debes realizar un control anual de glucosa en sangre y un examen de orina.  La prevención y el diagnóstico temprano son las mejores herramientas para prevenir un diagnóstico tardío y evitar complicaciones por un mal control de glucosa.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI