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El riesgo de las bacterias multirresistentes a los medicamentos antimicrobianos, también llamadas superbacterias, ha crecido en pandemia debido al uso indiscriminado de antibióticos.

De hecho, “un estudio multicéntrico de Estados Unidos informó que el 72% de los pacientes con COVID-19 recibieron antibióticos incluso cuando no estaban clínicamente indicados” (https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(20)32063-8/fulltext), advirtió un artículo de The Lancet, publicado el 10 de octubre de 2020.

El Dr. Fernando Pasteran (Argentina), bioquímico, microbiólogo, investigador principal del laboratorio nacional de referencia en antimicrobianos de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud Dr. Carlos Malbrán (Anlis/Malbrán) de Argentina, ofreció un completo panorama de una realidad que amenaza los sistemas sanitarios globales (1)

Pasteran, quien también es asesor de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud OPS/OMS en resistencia a los antimicrobianos (RAM), explicó que antes de la pandemia, esperaban 10 millones de muertes para 2050 a causa de la resistencia a los antibióticos, al superar al cáncer y convertirse en la principal causa de fallecimientos.

Pero hay una mala noticia: 2050 ya no queda tan lejos. El Dr. Pasteran confirma que la pandemia aceleró diez años el impacto de las superbacterias así que este horizonte de 2050 es en realidad el de 2040.

El estudio de The Lancet advertía que la RAM “podría empeorar bajo COVID-19 debido al uso excesivo de antibióticos en humanos, el uso indebido continuo en la agricultura y la escasez de antimicrobianos en la línea de desarrollo”.

La OMS explica que la resistencia a los antimicrobianos ocurre cuando “las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos cambian a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos, lo que hace más difícil el tratamiento de las infecciones e incrementa el riesgo de propagación de enfermedades, de aparición de formas graves de enfermedades y de muerte”.

Estos patógenos desarrollan mecanismos de resistencia tan poderosos a los medicamentos antimicrobianos tipo antibióticos que se les denomina superbacterias.

El Dr. Pasteran reflexiona que es preciso cambiar el destino de la resistencia a los antimicrobianos, entre otras razones porque podrían causar una crisis sanitaria de igual magnitud a la del cambio climático.

Uso y abuso del antibiótico en humanos

Una de las razones por las cuales las bacterias se vuelven resistentes, es por el uso indiscriminado de los antibióticos.

Al respecto, recuerda que el antibiótico no sirve para el resfriado común o la covid-19. De hecho, no son efectivos y alimentarán la resistencia antibiótica.

“Es parte de la evolución natural de las bacterias. Normalmente su información genética se modifica por eventos al azar y si uno de esos eventos genera cambios en la información genética que le permite defenderse sin generar ningún estrés,  conserva esa información y ya tenemos una bacteria lista contra los antibióticos”.

Parte de la dificultad para vencer esta capacidad de adaptación de las bacterias es su “solidaridad”: una bacteria que adquiere un mecanismo de defensa lo puede transmitir y compartir.

“La única variable para evitar la evolución bacteriana y la resistencia es disminuir el consumo de antibióticos”, afirma el Dr. Pasteran.

Al describir los patrones y tendencias globales de uso de antimicrobianos, refleja que el 20% se consume en hospitales y 80% en la comunidad, en este caso porque se le prescribe o lo compra el consumidor.

Pero un dato igual de revelador: el 50% del consumo en la comunidad es inapropiado y ocurre cuando las personas lo emplean en tratar virus, parásitos y hongos.

Estudios sobre consumo de antibióticos revelan, por ejemplo, que en Argentina, cada uno de los 45 millones de habitantes ha tomado 10 comprimidos al año.

La cifra no solo es elevada. Al científico le resulta difícil pensar que todos los habitantes tuvieron una infección bacteriana en un año, es decir, hay mucho consumo innecesario.

La estimación: un incremento del 65% del consumo en la próxima década, en el ámbito regional.

Su uso en la producción de alimentos

El investigador  observa que el consumo de antibióticos en humanos es la mitad del problema.

La otra mitad se asocia a una realidad: parte de los antibióticos se destinan a los animales que luego pasan como alimentos a la mesa humana.

El antibiótico en animales se usa como promotor del crecimiento; profiláctico (prevención en animales sanos) o metafiláctico (animales sanos expuestos o animales enfermos).

La OMS describe otras razones asociadas a la resistencia a los antimicrobianos. Además del uso excesivo, la falta de acceso a agua limpia, saneamiento e higiene, “medidas deficientes de prevención y control de las enfermedades y las infecciones en los centros de atención de salud y las explotaciones agrícolas; el acceso deficiente a medicamentos, vacunas y medios de diagnóstico asequibles y de calidad; la falta de sensibilización y conocimientos y el incumplimiento de la legislación”.  

Impacto en la salud y en la economía

El Dr. Pasteran advierte que la proyección hacia 2050, antes de la pandemia, es que la RAM sea la causa de diez millones de decesos anuales, superando al cáncer, a los accidentes cardiovasculares y de tránsito como principal motivo de mortalidad en la humanidad.

Por otra parte, luego de una infección por una superbacteria, a la persona le resulta complejo insertarse en el mercado laboral, además de demandar recursos en el sistema de salud.

Estas superbacterias tienen el poder de causar una discapacidad como el VIH o la tuberculosis.

Es decir, alta mortalidad y alta discapacidad impactan en las personas, víctimas de las superbacterias.

Cita estudios de acuerdo con los cuales en 4% puede disminuir el Producto Interno Bruto (PIB) de los países por las consecuencias económicas y sociales de las superbacterias, en particular en los países de medianos y bajos recursos.

Las temidas superbacterias

El especialista indica que las superbacterias son la consecuencia de generar distintos mecanismos de resistencia.

Son tres las superbacterias de mayor impacto global por su resistencia a la mayoría de los antibióticos y consideradas críticas:

  • La KPC (Klebsiella Pneumoniae Carbapenemasa). Con mayor prevalencia en Latinoamérica.
  • La NDM-1 (New Delhi metallo-beta-lactamase)
  • La Oxa 48/163. Predomina en Asia.

El experto señaló que Latinoamérica lidera la curva de crecimiento y diseminación de las superbacterias (5.5%). “Algo no estamos haciendo bien”; afirmó.

En Europa crecen a una tasa del 2.8%  y en Asia-Pacífico a 1.9%. En América del Norte, 1.5%

Prevención e investigación

La OMS ha insistido en la necesidad de prevenir con acciones que frenen el consumo indiscriminado de antibióticos, además de generar respuestas farmacéuticas.

Al respecto, impulsó la creación de la Alianza Mundial para la Investigación y Desarrollo de Antibióticos “iniciativa conjunta de la OMS y la Iniciativa Medicamentos para las Enfermedades Desatendidas” que fomenta la investigación y el desarrollo mediante alianzas público-privadas.

El Dr. Pasteran observa que este camino es largo: para desarrollar un antibiótico es preciso estudiar más de 150 moléculas, confiando en que “dos o tres vean la luz”.

Para que una investigación sea exitosa, el medicamento debe estar activo al menos 20 años, porque si a los seis meses ya aparece una bacteria resistente, se pierde la inversión.

Destacó los alcances del Plan de Acción Global contra la Resistencia Antimicrobiana, liderado por la OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, siglas en inglés) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Entre otros pilares del plan destacan:

  • Mejorar la concienciación y comprensión con respecto a la RAM
  • Reforzar los conocimientos a través de la vigilancia y la investigación
  • Reducir la incidencia de las infecciones mediante medidas eficaces de saneamiento, higiene y prevención
  • Utilizar de forma óptima los agentes antimicrobianos en salud humana y animal
  • Y una inversión sostenible “que tenga en cuenta las necesidades de todos los países, nuevos medicamentos, medios de diagnóstico, vacunas y otras intervenciones”.

Por fortuna, la mayoría de los países de Latinoamérica han asumido un plan y cada uno “debe determinar el estado de avance y las metas para el plan de acción”.

En el artículo de The Lancet se informa de progresos en esta lucha contra la RAM:

“En enero de 2020, el gobierno de la India presentó un proyecto de ley para poner límites a los residuos de antibióticos liberados al medio ambiente en los sitios de fabricación de productos farmacéuticos. 

En Noruega, la implementación de una vacuna para prevenir la furunculosis en las granjas de salmón redujo el uso de antibióticos en un 99,8%, mientras que la industria del salmón de Chile se comprometió a reducir su uso de antibióticos en un 50% para 2025”.

Son pasos colectivos en la dirección correcta. Como se expresa en el artículo de The Lancet, “la pandemia de COVID-19 es una llamada de atención a que la colaboración global es la forma más eficaz de abordar las amenazas a la salud global”.

(1) La conferencia del Dr. Fernando Pasteran se desarrolló de manera virtual, a propósito del módulo ¿Qué es la resistencia antimicrobiana y cuál es su impacto en la salud pública? del ciclo Prensa y Ciencia promovido por Pfizer para los medios de la región