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Por: Dr. Oscar Aldrey Palacios

El doctor Oscar Aldrey Palacios es pediatra inmunólogo clínico, profesor asociado (ad honorem) del Instituto de Inmunología Dr. Nicolás Bianco de la Universidad Central de Venezuela (UCV), expresidente de la Sociedad Venezolana de Asma, Alergia e Inmunología (Svaai), epónimo del XXVII Congreso Nacional de la Svaai 2019, presidente actual del grupo Aria Internacional para Venezuela (encargado de dictar pautas para el manejo del asma y la rinitis alérgica) y fellow de la American Academy of Asthma Allergy and Inmunology (Faaaai), miembro de la Academia Europea de Alergia e Inmunología (Eaai) con más de 140 trabajos publicados, tanto de manera nacional como internacional.

La alergia alimentaria y la intolerancia a los alimentos son similares pero diferentes.

La intolerancia alimentaria o una reacción a alguna otra sustancia que hayas comido pueden causar los mismos signos y síntomas que la alergia alimentaria, como náuseas, vómitos, calambres y diarrea.

Según el tipo de intolerancia alimentaria que tengas, tal vez puedas comer pequeñas cantidades de los alimentos problemáticos sin tener una reacción. Por el contrario, si tienes una verdadera alergia alimentaria, incluso una cantidad diminuta del alimento en cuestión puede desencadenar una reacción alérgica.

Uno de los aspectos engañosos del diagnóstico de la intolerancia alimentaria es que algunas personas no son sensibles al alimento en sí, sino a una sustancia o ingrediente utilizado para su preparación.

Algunas afecciones frecuentes que pueden ocasionar síntomas que se confunden con una alergia alimentaria son las siguientes:

  • Ausencia de una enzima en particular necesaria para digerir un alimento por completo. Es posible que no tengas las cantidades adecuadas de algunas enzimas necesarias para digerir ciertos alimentos. Una cantidad insuficiente de la enzima lactasa, por ejemplo, reduce la capacidad para digerir la lactosa, el azúcar principal de los productos lácteos. La intolerancia a la lactosa puede causar inflamación, calambres, diarrea y gases en exceso.
  • Intoxicación alimentaria. A veces, la intoxicación alimentaria puede ser similar a una reacción alérgica. Las bacterias del atún y de otros pescados en mal estado también pueden tener una toxina que desencadena reacciones dañinas.
  • Sensibilidad a ciertos aditivos alimentarios. Algunas personas tienen reacciones digestivas y otros síntomas después de comer ciertos aditivos alimentarios. Por ejemplo, los sulfitos utilizados para preservar las frutas secas, los alimentos enlatados y el vino pueden desencadenar ataques de asma en personas sensibles a los aditivos alimentarios.
  • Intoxicación por histamina. Ciertos pescados, como el atún o la caballa, cuando no se refrigeran de forma adecuada y contienen grandes cantidades de bacterias podrían también contener altos niveles de histamina que desencadenan síntomas similares a los de la alergia alimentaria. En lugar de una reacción alérgica, esto se conoce como intoxicación por histamina o intoxicación escombroide.
  • Enfermedad celíaca. Si bien, a veces, se hace referencia a la enfermedad celíaca como una alergia al gluten, esta no resulta en anafilaxia. Al igual que la alergia alimentaria, la enfermedad celíaca supone una respuesta del sistema inmunitario, pero esta es una reacción única que es más compleja que una simple alergia alimentaria.

Esta afección crónica del sistema digestivo se dispara con la ingesta de gluten, una proteína presente en el pan, los fideos, las galletas dulces y muchos otros alimentos que contienen trigo, cebada o centeno.

Si eres celíaco y comes alimentos que contienen gluten, ocurre una reacción del sistema inmunitario que ocasiona daños en la superficie del intestino delgado, lo que produce una incapacidad para absorber ciertos nutrientes

¿Cuáles son las intolerancias más comunes?

Algunas de las intolerancias más comunes son:

  • Intolerancia a la fructosa
  • Intolerancia a la sacarosa
  • Celiaquía o intolerancia al gluten
  • Intolerancia a los sulfitos
  • Intolerancia a la lactosa
  • Intolerancia a la histamina
  • Intolerancia al huevo

Factores de riesgo en alergia alimentaria

Algunos factores de riesgo de alergia alimentaria incluyen los siguientes:

  • Antecedentes familiares. Si en tu familia son frecuentes el asma, el eccema, la urticaria o las alergias como la rinitis alérgica, tendrás un mayor riesgo de alergia alimentaria.
  • Otras alergias. Si ya eres alérgico a algún alimento en particular, es posible que tengas un mayor riesgo de ser alérgico a otro. Asimismo, si ya tienes otros tipos de reacciones alérgicas, como rinitis alérgica o eccema, tu riesgo de padecer alergia alimentaria será mayo
  •  Edad. Las alergias alimentarias son más comunes en niños, especialmente en bebés y niños de uno a dos años. A medida que los niños crecen, sus aparatos digestivos maduran y es menos probable que sus cuerpos absorban alimentos o ingredientes que desencadenen alergias
  • Asma. El asma y las alergias alimentarias generalmente se manifiestan juntas. En estos casos, es probable que los síntomas de ambas, tanto de las alergias alimentarias como del asma, sean graves

¿Cuáles son los factores que pueden aumentar el riesgo a desarrollar una reacción anafiláctica?

Algunos factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar una reacción anafiláctica incluyen los siguientes:

  • Tener antecedentes de asma
  • Ser adolescente o más joven
  • Demorar el uso de la epinefrina para tratar los síntomas de alergia alimentaria

Complicaciones en la alergia alimentaria

Las complicaciones de una alergia alimentaria pueden comprender:

  • Anafilaxia. Es una reacción alérgica que puede poner en riesgo la vida.
  • Dermatitis atópica (eccema). La alergia alimentaria puede causar una reacción en la piel, como eccema

¿Cómo se diagnostica la alergia alimentaria?

 -Prueba cutánea

Una prueba de punción epidérmica puede determinar tu reacción a un alimento en particular. Para esta prueba, se coloca sobre la piel del antebrazo o la espalda una pequeña cantidad del alimento del que se sospecha que podría causar una reacción alérgica.

Test de provocación o exposición

Consisten en exponer al paciente a una sustancia, ya sea alimento o medicamento o sustancia inhalada, para estudiar su tolerancia. Se realizan para confirmar la causa-efecto en relación a una sustancia sospechosa de alergia.

La confirmación ideal, es la prueba de exposición frente al alérgeno implicado, realizada en condiciones de doble ciego y controlada con placebo, tipo de metodología que consume tiempo, recursos y no está exenta de reacciones que pueden ser graves, por lo que se convierten en estudios difíciles de realizar en la práctica clínica (1)

Diagnóstico molecular

Las técnicas de diagnóstico fundamentadas en la identificación de los alérgenos moleculares de los alimentos, comúnmente denominada como diagnóstico por componentes, ha permitido la identificación de fenotipos clínicos en cuanto a la gravedad de la respuesta clínica y la detección de las moléculas alergénicas responsables de la reactividad cruzada entre los alimentos.  En la última década se ha avanzado en la identificación de los alérgenos mayores, sin embargo, el valor diagnóstico y la utilidad clínica del diagnóstico por componentes aún no está establecido. (1)

Tratamiento en alergia alimentaria

  • En la alergia a alimentos es fundamental disponer de un diagnóstico correcto y actualizado, para evitar restricciones innecesarias en la dieta que puedan afectar a la calidad de vida de cada persona y, en el caso de los niños, también a su estado nutricional.
  • El tratamiento de la alergia a un alimento consiste en su eliminación de la dieta y en la educación del paciente alérgico y de su familia (en el caso de los niños) para minimizar posibles ingestiones accidentales.
  • Es muy importante que el paciente alérgico y su familia sepan reconocer los síntomas de una reacción alérgica y valorar su gravedad, con el fin de instaurar de forma precoz el tratamiento más adecuado.
  • En los niños con alergia a la leche o al huevo, que no alcanzan la tolerancia espontánea, la inmunoterapia oral (ITO) es una opción terapéutica, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida del niño y disminuir el riesgo de reacciones por ingestas accidentales.
  • La ITO con alimentos consiste en la administración por vía oral de cantidades progresivamente crecientes del alimento al que se es alérgico, hasta alcanzar la tolerancia de una cantidad estipulada y adecuada para la edad del niño, cuya ingesta deberá mantenerse de forma regular con el fin de mantener la tolerancia adquirida.

Recomendaciones y prevención

La ingesta temprana de productos que contienen maní se ha asociado con un menor riesgo de alergia a este alimento. En un estudio reciente, se seleccionó a bebés de alto riesgo (como aquellos con dermatitis atópica o con alergia al huevo, o ambas) para que ingirieran o evitaran los productos con maní a partir de los 4 a 6 meses de edad, hasta los 5 años.

Los investigadores descubrieron que los niños de alto riesgo que consumían regularmente proteína de maní, como mantequilla de maní o refrigerios con sabor a maní, tenían un 80 % menos de probabilidades de desarrollar una alergia al maní.

Antes de introducir alimentos alergénicos, debe hablar con el médico de su hijo sobre cuál sería el mejor momento para dárselos.

Reiteramos que la mejor manera de prevenir una reacción alérgica es conocer y evitar los alimentos que causen signos y síntomas.

Cita:

  1. Diagnostic accuracy, risk assessment, and cost-effectiveness of component-resolved diagnostics for food allergy: A systematic review. Flores Kim J, McCleary N, Nwaru BI, Stoddart A, Sheikh.  Allergy. 2018 Jan 10. doi: 10.1111/all.13399).

Por: Dr. Oscar Aldrey Palacios