fbpx
Imagen de Freepik

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
[email protected]

Para prevenir el burnout es clave establecer algunos criterios saludables en cuanto a la actividad laboral, entre ellos los horarios regulares y la realización de actividades físicas, sociales y recreativas que compensen.

La idea es mantener un estilo de vida balanceado ante las demandas laborales, utilizando estrategias de manera continua para el manejo del estrés que conlleva; aunque hay algunas ocupaciones que generan un mayor nivel de estrés, entre ellas, de manera genérica podemos mencionar: las que implican un factor de riesgo para la integridad personal, el contacto y enfrentamiento con situaciones violentas y la atención de personas mediante profesiones de ayuda.

Es importante considerar el factor de generación de estrés a la hora de escoger una profesión, oficio o empleo; lo cual en general no se toma en cuenta, sino que se evidencia cuando se manifiestan los efectos de manera directa.

Muchas veces se tiende a romantizar las ocupaciones basándose en lo que se observa en películas y series, lo que viene a constituir un duro golpe al enfrentar la realidad y el nivel de estrés que se maneja en esa ocupación.

Estos aspectos están relacionados con lo que sería la escogencia vocacional de los jóvenes estudiantes, lo cual es un factor importante a la hora de decidir de manera informada y preventiva.

Este síndrome, al ser producto del desgaste, implica que se va desarrollando en un espacio de tiempo más o menos extendido, no es algo que se presente de manera inmediata, por esto hay la oportunidad de prevenirlo y atenderlo a tiempo para que no se profundicen sus efectos. Para ello es necesario estar atentos a los indicadores del estrés laboral, tomando en cuenta que no todas las personas reaccionan de la misma manera; esto se debe a que hay factores tanto internos como externos que influyen para que se produzca un menor o mayor desgaste laboral.

Entre los factores internos, correspondientes a la persona, tenemos: el nivel de motivación, algunos rasgos de personalidad, satisfacción laboral, expectativas inadecuadas hacia el trabajo, su condición física y nivel de salud integral, si tiene alguna discapacidad o condición especial física o mental, un estilo de vida desorganizado o estresante en sí mismo, circunstancias difíciles que se podría estar atravesando, entre otros.

Los factores externos, correspondientes a la actividad laboral en sí, tienen que ver con los riesgos que implica, si se aplican estrategias de protección o no, los niveles de ingreso que ofrece en relación a las exigencias, los horarios establecidos, la exigencia de actividades extras excesivas y demandantes, el ambiente laboral entre compañeros, dinámicas disfuncionales en el trabajo, falta de control en las decisiones importantes, el estilo de liderazgo de los jefes, la accesibilidad al sitio de trabajo (distancia y medios de transporte); los beneficios adicionales.

¿Cómo reconocerlo? en la publicación anterior se establecieron algunos indicadores importantes a tener en cuenta. Básicamente hay que hacer una auto revisión de cómo nos sentimos con la actividad laboral que desempeñamos y chequear la aparición de cambios negativos a nivel físico y emocional.

Es recomendable acudir a la entrevista con un especialista, para establecer claramente si se trata del Síndrome de Burnout u otra situación lo que le está afectando y discutir los aspectos en pro y en contra de dicha ocupación.

Dependiendo del nivel de afectación y revisando todos los elementos en conjunto, la persona podrá tomar la decisión de hacer algunos cambios que le ayuden a manejar más adecuadamente el estrés que le genera su trabajo o tomar decisiones mas definitivas, como por ejemplo, cambiar de trabajo, ya que de persistir la situación esto podría generarle otro tipo de trastornos ya que el agotamiento laboral no atendido conlleva un factor de riesgo para la salud tanto física, como mental y emocional.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)