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Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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Continuamos hoy la conversación sobre los cuatro aspectos fundamentales para crear una buena relación con los hijos(as), tocando los dos temas restantes: el respeto mutuo y  la dedicación de tiempo para diversión.

3)  Como enfocar el respeto: Lo primero para establecer el respeto mutuo es mostrar respeto hacia nuestros hijos e hijas.

Siguiendo con el enfoque de democratizar los procesos de crianza, los cuales están basados en los principios de igualdad y respeto mutuo, hoy conversaremos sobre el respeto. En las estructuras familiares  autoritarias el respeto se refiere, más bien, al miedo.

Miedo porque esas figuras son las que castigan y muchas veces maltratan, disfrazando el maltrato como disciplina.

Y es que la disciplina, en las estructuras familiares autocráticas, es concebida básicamente como castigos. Necesitamos replantear lo que significa esta bella palabra: Disciplina. La misma tiene que ver con dedicación, compromiso, amor a lo que se hace; más que con imposición o castigo.

Se les exige respeto a los niños y niñas, hacia sus figuras de autoridad. Pero el verdadero respeto no se exige, por el contrario, la manera de ganar respeto es a través de respetar a los demás. Muchas veces nos cuesta entender que nuestros hijos e hijas son personas, con identidad y vida propia; que no nos pertenecen por el hecho de haber venido de nosotros o de haberles dado el apoyo para su vida. Incluso el hecho de ser las figuras responsables de ellos ante la ley y la sociedad, no nos da el permiso para anularlas como personas o pretender hacer “lo que nos dé la gana” con ellos(as).

El gritar, golpear, imponer las cosas de manera abusiva, invadir los espacios personales, actuar con una doble moralidad, la inconsistencia al actuar, las críticas negativas constantes, entre otros comportamientos, son ejemplos de falta de respeto hacia nuestros niños(as).

4) Jugar y divertirse juntos es fundamental para las buenas relaciones.

La familia requiere tiempo para la recreación. No solo los niños(as) necesitan jugar y divertirse. A pesar de las múltiples ocupaciones y limitaciones de tiempo y espacio, es necesario destinar un tiempo para las actividades recreativas en familia que pueden ser de muchas formas, dependiendo de los intereses de cada quien.  Algunas familias prefieren juegos tranquilos de mesa, a otras les gustan las actividades deportivas fuera de la casa, comparten cocinar, hacer jardinería, bailar, visitar parques, museos, acampar, realizar actividades artísticas… la lista de posibilidades es infinita.

¿Qué se te ocurre hacer para divertirte con tus hijos(as)? Comienza haciendo una lista con ellos de las cosas que pueden hacer juntos.

En todo caso el juego y la recreación sirven como desahogo de la continua presión o estrés cotidiano y para que la familia se relacione desde otros ángulos de cada persona; descubran mutuamente sus habilidades y disfruten de su potencial creativo.

Muchos niños (as) quedan sorprendidos al ver a su madre o padre realizando una actividad recreativa porque están acostumbrados a verlos en el rol serio de la responsabilidad. Para ellos es importante que los adultos de la casa permitan que aflore su niño interior y se abran a soltar la rigidez del rol parental para compartir de manera más relajada.  Esto fortalece los lazos familiares, crea confianza entre los hijos(as) y los padres y madres. A través de la recreación también se aprende y de la manera más feliz y efectiva.

Definitivamente la recreación en familia mejora la calidad de vida y de las relaciones; solo hace falta la disposición y la creatividad para aprovechar un tiempo para reír juntos.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)