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Violeta Villar Liste

El suicidio de Cheslie Kryst, quien fuera Miss Estados Unidos en 2019, ha generado un impacto global en la agenda de la salud mental y establece la necesidad, como familia y amigos, de detectar las señales de alerta y actuar.

La magíster Becky Malca, psicoterapeuta y coordinadora del Programa Sanamente de la Fundación Relaciones Sanas de Panamá, explica que estas señales de alerta no se manifiestan todas a la vez pero existen situaciones que deben alertar:

“Si nuestro ser querido está más aislado o callado, y no es una conducta frecuente, o comienza a demostrar signos de irritabilidad sin razón aparente, es necesario indagar”.

Cambios en los hábitos de sueño, en el deseo sexual, dejar de practicar actividades que se disfrutaban o comenzar a regalar pertenencias queridas como una manera de desligarse de la vida, son gestos a considerar.

Advierte que cuando una persona comienza a  verbalizar frases del tipo “No aguanto la vida”, “no quiero estar aquí”… también son señales preocupantes porque “reflejan mucho dolor, frustración y deseos de ya no estar”, señala la especialista.

La coordinadora del Programa Sanamente de la Fundación Relaciones Sanas de Panamá, describe que hay momentos que pueden parecer manifestaciones evidentes de una conducta proclive al suicidio: Llorar todo el tiempo o de manera desconsolada.

“Sin embargo, hay algunas personas que llegaron a quitarse la vida y los veían contando chistes. Por eso es tan importante la comunicación, abrir espacios y ver cómo la persona sobrelleva las situaciones del diario vivir: en el trabajo, en el colegio o en sus relaciones interpersonales”.

El estudio, Factores de riesgo psicosocial para suicidio (Volumen 129, Suplemento No 1, mayo 2021, Gaceta Médica de Caracas), de los investigadores mexicanos Karla Patricia Valdés-García, Luis Miguel Sánchez-Loyo, Iris Rubí Monroy Velasco y Claudia Jocabed Carreón Márquez, determinó que entre los factores más relevantes se encontraron “las dificultades en la infancia y la adolescencia, dificultades de pareja, uso de sustancias y comportamientos adictivos, una historia de suicidio en un caso, y afectos negativos.

Aunque un trastorno psicológico no podría determinarse, se reportaron algunos síntomas que sugeriría diagnósticos probables, como trastornos de personalidad de grupo, trastornos del estado de ánimo, y trastornos por uso de sustancias”. 

Este estudio indica que a pesar de estas situaciones, los familiares y seres queridos de las personas no sospecharon que podrían decidir quitarse la vida.

La psicólogo clínico Karina Monsalve, en el artículo Ponerle fin a la historia. El suicidio en Venezuela, analiza que “no todas las personas somos susceptibles a cometer un acto suicida, la probabilidad de hacerlo o no va a depender de nuestra salud mental, es decir, nuestra estructura de personalidad, el equilibrio emocional y la capacidad de afrontamiento que tengamos ante situaciones adversas”. 

“Existen dos grandes causales de suicidios. Uno, las enfermedades orgánicas y psicológicas prexistentes y no tratadas (por ejemplo: Epilepsias, trastornos de personalidad, esquizofrenia, depresión mayor) y el segundo, los estresores psicosociales (abuso de drogas o alcohol, enfermedades graves, desempleo, problemas financieros, problema país etc.)”.

También describe que “algunas señales que pueden mostrar las personas ante un intento de suicidio son: hablar o escribir acerca de marcharse, puede haber cambios repentinos en su comportamiento, dificultad para pensar con claridad, impulsividad, alejarse de su entorno o pérdida de interés en actividades que solía disfrutar”. 

Los duelos no resueltos

Malca observa que una persona puede estar pasando por una situación crítica, duelos no resueltos o eventos que impulsan su decisión.

“Es importante saber que el suicidio no es una situación que ocurre de la noche a a mañana: la persona ha tenido un dolor profundo e intenso y se vuelve más duradero, al punto de sentir que no hay escapatoria.

Si estamos pendientes de las señales de alarma y establecemos una conversación, incluso nos atrevemos a preguntarle si ha pensado en quitarse la vida, es posible abrir un canal de comunicación”.

La especialista recuerda que durante un tiempo hubo un mito: que hablar del suicidio podía conducir a la persona a tomar la decisión.

En realidad, “los estudios demuestran que al hablar del tema la persona siente la confianza hacia ese otro que está preguntando”.

Lo importante es abrir un diálogo franco, sin juzgar ni criticar.

Aclara que ante un evento de suicidio, los medios de comunicación, y en general quienes tengan el poder de difundir historias, no deben detallar la forma en la cual la persona procedió con su decisión ni menos justificar el hecho.

El apoyo, desde los medios, debe venir en otra vía: ofrecer datos de cómo buscar ayuda.

La Organización Mundial de la Salud (OMS)/Organización Panamericana de Salud (OPS), definen el suicidio como “un problema de salud pública importante pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes”.

De acuerdo con las cifras de la OMS/OPS, “cada año, más de 700.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos”.

Buscar ayuda y crear vínculos sociales

La OMS/OPS exhorta a “crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza”, como parte de la estrategia para prevenir el suicidio.

“Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida”.

La coordinadora del Programa Sanamente también afirma que lo más importante es buscar ayuda.

Es importante conocer que son los hombres quienes presentan más riesgo de conductas suicidas debido a una razón cultural: no se les permite hablar de emociones ni estar en una posición que les permita sentirse más vulnerables o tener autocompasión.

“Las mujeres reflejan más intentos de suicidio, pero el hombre es más preciso y los ejecuta”, señala.

Por edades, tanto en adultos mayores como en niños puede existir el riesgo de suicidio. En los adolescentes la complejidad reside “en los cambios de su cuerpo e identidad y son más impulsivos”.

Datos compartidos por  la OMS/OPS describen estadísticas específicas para las Américas:

  • Alrededor del 79% de los suicidios en la Región ocurren en hombres. La tasa de suicidio ajustada por edad entre los varones es más de tres veces superior a la de las mujeres.

  • El suicidio es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 20 a 24 años en las Américas. Las personas de 45 a 59 años tienen la tasa de suicidio más alta de la Región, seguidas por las de 70 años o más.

La especialista advierte que la posición social, los estudios o el físico de una persona no son indicativos de mayor o menor riesgo de suicidio y son parte de los mitos: creer que una persona exitosa no está en riesgo, no es verdad.

La OMS/OPS señala que “más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés” luego de la declaratoria de pandemia a causa de la covid-19, en marzo de 2020.

Malca recomienda a los padres, en el caso de los chicos, conversar para que exista empatía y negociación, porque si bien la situación en 2022 es diferente a las estrictas cuarentenas del inicio de la pandemia, todavía hay códigos (uso de la mascarilla, distancia social…) que se deben respetar.

Propone generar espacios de diálogo en la cena, en momentos de juego “y tratar que la comunicación sea de una manera cálida; que no se sientan juzgados y sí valorados”.

En relación con el adulto mayor, es preciso que la familia esté muy presente, con llamadas o mensajes de voz, “porque el deterioro en ellos es muy rápido y ha sido la población más vulnerable”. 

Karina Monsalve advierte que muchas personas en riesgo de conductas suicidas, por lo general no buscan tratamiento: “Creen que nada los ayudará”.

“Sin embargo, hoy más que en cualquier otra época el ciudadano común cuenta con herramientas informativas y tecnológicas para ayudar a una persona que este sufriendo de ideación suicida o que haya tenido un  intento fallido. Y es que además cada suicidio o intento de suicidio también impactará gravemente a sus seres cercanos”.

Algunas de las recomendaciones de Monsalve para hacer frente a esta situación y así poder ayudar a la persona que sufre son las siguientes: 

  • No deje sola a la persona.  
  • Escuche atentamente y descubra lo que siente y piensa la persona afectada. 
  • Reduzca el acceso a los plaguicidas que se utilizan para la intoxicación voluntaria. 
  • Mantenga bajo resguardo medicamentos, bebidas alcohólicas y armas de fuego. 
  • Nunca ignore una amenaza, pensamiento o intento de suicidio. 
  • Si usted es amigo, familiar o conoce a alguien que cree pueda atentar contra su vida, busque ayuda.  

Manos que ayudan

Señalar que la Fundación Relaciones Sanas, fundada en el año 2002, trabaja en la parte de prevención. El programa Sanamente está dirigido a niños y adolescentes entre los 9 y hasta los 17 años de edad.

El próximo 3 de abril se realizará una evaluación masiva, y gratuita, con un acompañamiento de 12 sesiones de terapia en los casos que así lo requieran y en particular dirigido a personas de menos recursos.  Síganlos en @Fundrelsa.

Psicólogos sin fronteras en Venezuela tiene una línea de atención psicológica para apoyar a las personas que manifiestan soledad o pensamientos negativos. Atienden de lunes a viernes de 8:00 am a 4:00 pm por llamadas al teléfono +58 412 5507600. De igual modo, visitan zonas populares para ayudar de manera cercana.

Las personas deben saber que No están solas. Una acción a tiempo puede salvar y sanar.