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La concientización sobre la donación de órganos es fundamental para aumentar el número de donantes. Toda la información que se pueda brindar para conocimiento es importante

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

Con el aumento de enfermedades crónicas no transmisibles, cada vez es mayor la cantidad de personas esperando por un órgano. En el 2016, más de 182.000 personas se encontraban en lista de espera para un trasplante de riñón en la región de Latinoamérica.

Los datos más recientes, de 2022, del  Observatorio Mundial de Donación y Trasplante  indican que anualmente se realizan más de 150 000 trasplantes de órganos sólidos en todo el mundo, cifra que supone un aumento del 52% con respecto a 2010.   Sin embargo, esta cantidad de trasplante solamente cubre el 10% o menos de las necesidades mundiales.

Conociendo sobre la donación

La donación es un acto voluntario por el cual una persona en vida o su familia después de la muerte, autorizan la extracción de órganos y tejidos para trasplante, con el fin de ayudar a otras personas. Por cada donante de órganos y tejidos se pueden beneficiar más de 55 personas. 

Se consideran órganos para donación el corazón, los pulmones, el hígado, los riñones, intestino y páncreas. Se consideran tejidos para donación las córneas, la piel, el tejido óseo o los huesos, las células de la médula ósea, vasos sanguíneos, válvulas cardiacas, cartílagos, tendones, esclera, membrana amniótica o cordón umbilical.

Algunos órganos y tejidos se pueden donar en vida. Por ejemplo, se puede donar un órgano par como un riñón, a un familiar o persona relacionada (conyugue o cuñados), siempre y cuando se cumplan con los requisitos establecidos en la normatividad vigente.

También se puede realizar donación de un tejido como médula ósea para una persona relacionada, una parte del hígado por un familiar cercano, una parte del páncreas y las células hematopoyéticas, como sangre completa o plaquetas al banco de sangre, o células de la médula ósea, que se utilizan para tratar diversas enfermedades de la sangre.

La donación de pacientes de órganos fallecidos se puede realizar en dos situaciones:

Cuando la persona fallece por muerte encefálica en el hospital, usualmente en unidades de cuidados críticos. Estos son pacientes que tienen una condición neurológica irreversible y a quienes se le realizan pruebas cerebrales que determinan que no hay actividad cerebral, como un electroencefalograma y pruebas de reflejos cerebrales y cerebelosos. Este protocolo incluye dos pruebas con mínimo 6 horas de diferencia, y debe ser realizada por especialistas certificados, como Neurología, Neurocirugía o el Médico Intensivista, que determinarían la ausencia de actividad cerebral, con lo que se diagnostica la muerte encefálica.  Una vez comunicado el diagnóstico de muerte cerebral a los familiares, se les pregunta si conocían las voluntades anticipadas del donante, o si aceptarían a que este paciente fuera donante. En caso de obtener una respuesta afirmativa, se realizan algunos estudios para evaluar la histocompatibilidad genética y el tipo de sangre del paciente, además de otras pruebas virales como hepatitis B, C y VIH.

La otra situación en países como España: cuando un paciente fallece por paro cardiorrespiratorio, luego de una reanimación de mínimo 30 minutos sin éxito, de una condición no traumática o violenta (que no involucre una investigación policial, como accidente u homicidio), se puede utilizar como donante una persona que tiene un paro cardíaco o por “corazón parado». Para esta donación se utilizan pacientes entre 18 a 55 años, y hay un tiempo máximo para poder utilizar los órganos, con un tiempo de asistolia conocido, no mayor a 30 min, y en la que luego del paro deben mantenerse algunas condiciones mínimas de ventilación para procurar la perfusión de los órganos, ya que, si no se oxigenan, no se pudieran utilizar debido a que se produce coagulación dentro de los órganos e isquemia, lo que produce daño celular.

En el caso de un donante fallecido, se pueden donar una variedad más amplia de órganos y tejidos, que incluyen corazón, para pacientes con insuficiencia cardíaca; pulmones, para pacientes con enfermedades pulmonares crónicas; hígado, todo el hígado puede ser donado para pacientes en lista de espera por cirrosis o falla hepática urgente; riñones, ambos riñones pueden ser donados para dos pacientes diferentes, para pacientes con enfermedad renal crónica en diálisis; páncreas, todo el páncreas puede ser donado; intestinos, para pacientes con insuficiencia intestinal; córneas, para restaurar la visión en personas ciegas; válvulas cardíacas, para reemplazar válvulas cardíacas dañadas; huesos y tendones, para reconstruir huesos y articulaciones; piel, para cubrir grandes quemaduras.

¿Cómo mejorar la concientización?

La concientización sobre la donación de órganos es fundamental para aumentar el número de donantes. Toda la información que se pueda brindar para conocimiento es importante. En el momento de un fallecimiento, es más difícil obtener el apoyo de familiares muy afectados si nunca han escuchado de la donación de órganos.

Por eso las campañas informativas en escuelas, universidades, centros de trabajo y comunidades, utilizando diversos medios como carteles, folletos, videos y redes sociales, son importantes como método de difusión. Es importante simplificar los trámites y procedimientos para convertirse en donante; realizar educación en las escuelas e incluir la donación de órganos como tema en el currículo escolar para fomentar la conciencia desde temprana edad para facilitar el proceso de donación en el futuro.

Actualmente existen 1.5 millones de personas en el mundo con enfermedad renal crónica avanzada, que se encuentran en terapia de diálisis o en trasplante. La donación de órganos es un acto de amor y solidaridad que puede transformar la vida de muchas personas. Si decides ser donante, asegúrate de compartir la decisión con tu familia cercana. ¡Todos podemos ser donantes!

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI