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Al conocer sobre las causas de infección, las medidas de prevención, el acceso a tratamiento, se podrá disminuir el estigma, aumentar la cantidad de pacientes tratados y en el futuro, lograr el control de esta infección y evitar la progresión de VIH a SIDA

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

El Día Mundial del SIDA, que se celebra cada 1 de diciembre, es una fecha conmemorativa establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1988. Su objetivo principal es aumentar la conciencia pública sobre el VIH/SIDA, eliminar el estigma y la discriminación asociados a esta enfermedad, y movilizar recursos para la prevención, tratamiento, cuidado y apoyo a las personas que viven con el VIH.

¿Qué es el VIH y el SIDA?

El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) es un virus que ataca al sistema inmunitario, debilitándolo progresivamente. Si no se trata, la infección por VIH puede avanzar a SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), una etapa avanzada en la que el sistema inmunitario está gravemente dañado y el cuerpo se vuelve vulnerable a una variedad de infecciones oportunistas.

El VIH fue identificado por primera vez a principios de la década de 1980. Sin embargo, se cree que circuló en poblaciones humanas durante varias décadas antes de ser reconocido como un nuevo virus.

Prevalencia mundial del VIH

Treinta y nueve (39) millones de personas en todo el mundo viven con el VIH. La prevalencia varía significativamente entre regiones y grupos de población.

Las poblaciones más afectadas suelen ser hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, trabajadores sexuales, personas transgénero y usuarios de drogas inyectables. África subsahariana sigue siendo la región más afectada por la epidemia.

En Panamá existen registradas 28,838 personas infectadas con el VIH, pero solo el 71% recibe tratamiento. En el 2023 hubo más de 1,500 nuevos casos reportados, ya que esta es una enfermedad de notificación obligatoria, y el grupo más afectado es el de 25 a 44 años de edad.

Factores de riesgo

Los principales factores de riesgo para la transmisión del VIH incluyen las relaciones sexuales sin protección con conocimiento o desconocimiento de que la otra persona está infectada; compartir agujas o jeringas, las cuales se contaminan con sangre infectada; la transmisión de madre a hijo, durante el embarazo, parto o lactancia. Hace muchos años, las transfusiones de sangre eran un factor de riesgo, pero esta es cada vez menos común o muy rara, debido a las medidas de seguridad que se tienen en los bancos de sangre.

VIH y enfermedad renal

Aproximadamente del 1% al 2% de la población global infectada con VIH presenta enfermedad renal crónica terminal, requiriendo terapia de reemplazo renal o diálisis.

El VIH puede causar daño renal a través de varios mecanismos. El más conocido es la nefropatía asociada al VIH o HIVAN (por sus siglas en inglés).

Esta afección se caracteriza por un daño progresivo en los glomérulos, que son los pequeños filtros en los riñones encargados de limpiar la sangre, debido a una respuesta exagerada del sistema inmunitario en el riñón frente al virus, lo que produce esta inflamación. Puede producirse al inicio del diagnóstico de la enfermedad, cuando el virus se está replicando activamente, o al suspender o tomar de manera inadecuada los medicamentos antirretrovirales.

Además, existen las glomerulonefritis asociadas a otras infecciones, estos pacientes pueden cursar con co-infecciones virales como la hepatitis B y C, que también se contagian a través de contacto de fluidos corporales de una persona infectada, y se produce una inflamación de los glomérulos, que provoca la pérdida de proteínas y glóbulos rojos en la orina, secundario a la proliferación de células y el engrosamiento de las membranas basales glomerulares.

Importancia del tratamiento

El tratamiento del VIH se llama terapia antirretroviral (TAR) y consiste en tomar una combinación de medicamentos todos los días. 

El objetivo es reducir la carga viral del VIH a una concentración indetectable, lo que significa que no se puede detectar en una prueba. 

Para que el tratamiento sea efectivo, es importante comenzar el tratamiento lo antes posible después del diagnóstico, tomar los medicamentos de forma correcta y a diario, y cumplir con el régimen de tratamiento de la manera indicada por el médico infectólogo o encargado de la clínica de TAR.

El tratamiento antirretroviral es importante porque ayuda a las personas con VIH a vivir más tiempo y de forma más saludable. Los antirretrovirales suprimen la replicación del virus, fortaleciendo el sistema inmunitario. Esto reduce el riesgo de transmitir el virus a otras personas, mejora su calidad de vida, y disminuye la posibilidad de desarrollar infecciones oportunistas y otras complicaciones relacionadas con el VIH, como el riesgo de desarrollar SIDA

La adherencia al tratamiento antirretroviral es fundamental para controlar la infección por VIH, y prevenir la resistencia a los medicamentos, es decir, evitar que el virus se haga más fuerte y no le haga efecto el medicamento.

La resistencia a los medicamentos antirretrovirales puede complicar el tratamiento y reducir su eficacia.  Los pacientes con glomerulopatía con progresión a enfermedad renal terminal, pueden recibir hemodiálisis, realizar diálisis peritoneal domiciliaria e incluso se pueden realizar trasplante renal, si cumple con los criterios y no presenta historia de algunas infecciones severas que podrían ser mortales en caso de la inmunosupresión (no tener antecedentes de leucoencefalopatía multifocal, criptosporidiosis crónica, linfoma primario del sistema nervioso central, sarcoma de Kaposi visceral, infección fúngica multirresistente o aspergilosis pulmonar)

Prevención del VIH

La prevención del VIH se basa en la realización de las pruebas regulares, para conocer el estado serológico y tomar medidas preventivas.

La educación sobre prevención de contagio y la importancia de una vida sexual saludable (uso de condones o preservativos durante las relaciones sexuales), realización de la prueba al inicio del embarazo, así como evitar otras conductas de riesgo, como el uso de agujas o jeringas compartidas en los pacientes drogadictos son fundamentales.

El tratamiento temprano en personas infectadas, es lo más importante para reducir la carga viral y la transmisibilidad.

El Ministerio de Salud (Minsa) ofrece tratamientos gratuitos para el VIH, incluyendo los laboratorios, atención de salud mental, trabajo social y el seguimiento. 

Además, se ha mejorado el acceso al diagnóstico, lo que ha permitido encontrar más casos. 

Panamá tiene una ley específica para el tratamiento y prevención del VIH/Sida, la Ley No. 40 de 2018 es la que establece el marco jurídico para el abordaje integral del VIH y las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS). 

Esta ley promueve y protege los derechos humanos de las personas con VIH o ITS, y establece obligaciones y prohibiciones para los empleadores. Entre ellas, se prohíbe cualquier tipo de discriminación, estigmatización o segregación hacia las personas afectadas, sus familiares y allegados.

La lucha contra el VIH es una responsabilidad de todos. Al conocer sobre las causas de infección, las medidas de prevención, el acceso a tratamiento, se podrá disminuir el estigma, aumentar la cantidad de pacientes tratados y en el futuro, lograr el control de esta infección y evitar la progresión de VIH a SIDA.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI