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Dr. Jesús Caamaño Varela

Nos guste o no, el coronavirus (covid-19) formará parte de la familia de virus que siempre nos acompañará y deberemos atacar,en este caso específico con prevención y tratamientos alternativos; luego con la esperada vacuna.

Como una buena manera de repasar las dudas más frecuentes con respecto al covid-19, el doctor Jesús Caamaño Varela, experto en Salud Pública y Epidemiología, responde.

-¿Cuáles son las características fundamentales de este nuevo coronavirus?

     -Tres son los conceptos que destacaría en este coronavirus:  su desconocimiento por nuevo, su facilidad de propagación y su comportamiento irregular para enfermar.

Este coronavirus, conocido por SARS-CoV-2, si lo conocemos estructuralmente,  del tipo ARN, posiblemente sea una evolución del SARS-CoV-1, virus causante de la pandemia del 2003 con parecida virulencia y con menos capacidad de propagación. Son virus muy similares pero con genomas distintos.

Si hablamos de genomas, nos referimos a la carga genética de la cual están formados,  rodeada por una doble capa lipídica con unas proteínas S que le sirven para unirse a las células epiteliales del aparato respiratorio. Estos microorganismos (virus), según su material genético, son de dos tipos: ARN Y ADN.

No son seres vivos unicelulares como las bacterias; necesitan de nuestras células para estar activos y multiplicarse; carecen de metabolismo propio como los seres vivos; son como parásitos de nuestras células o de algún reservorio animal. Sin estas condiciones se desactivan o desintegran.

      La Covid-19 puede afectar a cualquier grupo de edad, pero es con los mayores de 65-70 años, con quienes el virus se comporta más virulento.

Con quienes tienen enfermedades crónicas previas (diabetes, HTA, cardiopatías, insuficiencia renal, inmunodeprimidos… ) el pronóstico empeora.

Esta no es una gripe como algunos dirigentes políticos nos hicieron creer; estamos llegando a los 400,000 muertos en el mundo por el covid-19, declarados oficialmente, sin contar los que se ocultaron o no se diagnosticaron, que seguro, son muchos .

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de mortalidad es diez veces superior a la de la gripe.

La letalidad en función de la edad varía mucho: En mayores de 80 años es próxima al 8%.

Entre 20 y 30 años la probabilidad es de 25 a 30 veces superior a la gripe común.

Esto nos da una idea de la magnitud de la pandemia. Reitero: nada tiene que ver con la gripe común.

   -¿Cuáles son los síntomas y cómo se comporta la enfermedad?

– En el inicio, puede discurrir como una gripe, con síntomas generales, fiebre, astenia, dolores musculares, tos… que nos puede afectar con distinta intensidad.

  • 10% de los infectados son asintomáticos.
  • 70% presentan síntomas leves: tos seca, fiebre, dolor de garganta, pérdida del gusto y olfato (más frecuente en mujeres) y diarrea.
  • 14% a 18 % con síntomas graves: Neumonía, insuficiencia respiratoria y disfunciones de otros órganos (riñón, corazón, sistema nervioso central, aparato digestivo, piel…). Estos casos graves necesitan ingreso hospitalario.
  • Casos muy graves, alrededor del 6% al 8% de los infectados que necesitan ser ingresados en UCI de hospital, por disfunción pulmonar, insuficiencia respiratoria, infección renal, alteraciones hematológicas, disfunción cardiaca, tromboembolismo pulmonar, ictus cerebral y fallo multiorgánico.

-¿Tiene un comportamiento distinto según la estacionalidad? Se había dicho que en ciertos ambientes cálidos podía ceder el contagio…

-Como el coronavirus del resfriado común, se pensó que el virus de la covid-19 tendría un comportamiento similar, estacional; en ambiente cálido y soleado habría menos enfermedad y se apreciaría más en los países templados o con climas extremos, donde las estaciones están más marcadas.

Desde el inicio de la pandemia hay una gran inquietud científica por conocer el comportamiento de este nuevo virus.

En la Universidad de Toronto (Canadá), un epidemiólogo hace pocos días publicó un estudio sobre el comportamiento de este SARS-CoV-2 en distintos climas y ambientes. Llego a la conclusión que este virus no desaparecerá con las altas temperaturas y no necesita de condiciones favorables.

En países con temperaturas medias muy altas de hasta 30-31ºC, y comparando con otros países con temperaturas de 10º bajo cero, no hubo diferencias en la transmisión de la enfermedad. Otros sí hablan de la estacionalidad.

Tendremos que esperar un tiempo para analizar su comportamiento en distintos ambientes; no hay nada definitivo y concluyente.

-¿Por qué su capacidad de contagio global?

-Este virus se expandió por todo el mundo (pandemia) con gran rapidez por su alta capacidad de transmisión; la transmiten los enfermos diagnosticados con síntomas y los que padecen la infección de forma asintomática o en el periodo de incubación, también sin síntomas, periodo que puede ser de hasta 14 días y facilita más el contagio silencioso.

Estudios de la Universidad de Princeton (EEUU) también analizaron las estrategias evolutivas que utiliza el virus para propagarse con rapidez a toda la población. Tampoco podemos olvidarnos de los factores de la globalización, con los rápidos movimientos sociales.

Hoy todos sabemos que se transmite por contacto directo social y de superficies, el aire transporta gotículas o aerosoles de secreciones (saliva) al toser, estornudar o incluso al hablar; por eso la importancia de la distancia social mínima de dos metros como recomienda la OMS, aunque en el caso de aerosoles, tendría que ser de 4 o 5 metros o incluso más.

La contaminación de superficies también juega un papel importante en la propagación del virus, de ahí la importancia de la higiene y la desinfección.

Igualmente, tendremos que ser muy disciplinados en la higiene de las manos, con lavados frecuentes con agua y jabón o soluciones hidroalcohólicas y evitar tocarse los ojos, nariz y boca (el virus penetra a través de sus mucosas).

No se transmite con alimentos por vía digestiva como ocurre con el virus de la hepatitis A (alimentos o aguas contaminadas).

-¿Realmente es el aislamiento la fórmula más efectiva o son necesarias ciertas medidas adicionales?

En el siglo XIX, en Venecia,  por una epidemia de peste que afectó a todo Europa, se comenzó a utilizar el aislamiento para impedir su transmisión (cuarentena= 40 días) a todos  los barcos que llegaban, impidiendo el desembarco durante esos días .

Hoy, después del paso de los siglos, sigue siendo un principio básico, fundamental e imprescindible para tratar una epidemia o pandemia producidas por una enfermedad infecto-contagiosa.

Varias son las formas de aislamiento: el confinamiento en el domicilio o en instituciones, con salidas para lo imprescindible (aislamiento parcial); la cuarentena, que es un aislamiento total, aplicable a todos los enfermos, hasta la curación total y a todas aquellas personas  sospechosas, aparentemente sanas que han estado expuestas al contagio del coronavirus, en estos casos, durante 14 días que son los que dura el periodo de incubación.

 Otras formas de aislamiento son el distanciamiento social, no menos de dos metros, y la protección física con la utilización de mascarilla, especialmente si hay contacto con enfermos o sospechosos y en locales o sitios cerrados.

-Del covid-19 se dicen mitos y verdades: Que dura una hora en telas, más de seis en superficies metálicas, que puede estar en agua… ¿qué es lo real e importante de este virus?

-En diversos estudios de laboratorio se ha demostrado que el virus de la covid-19 puede estar activo hasta 72 horas en superficies de acero y plástico; 4 horas en cobre y menos de 24 en cartón.

Pero lo realmente importante es saber cómo y cuándo desinfectar estas superficies; lo otro nos puede llevar a confusión; además esos estudios fueron realizados en laboratorios, no en ambientes normales. Otros conocimientos y actitudes son más relevantes para evitar el contagio como estamos comentando. El virus en el agua sí puede estar presente, por ejemplo, aguas residuales, pero no en agua potable, tratada e higienizada; no son un vehículo de transmisión, que se sepa, no hay casos; sería algo muy remoto.

Como comenté, el virus no se transmite por alimentos; ni por las moscas o picaduras de insectos.

Desinfectantes como la lejía u otros, no se deben utilizar en la piel o introducirlos en nuestro organismo por las lesiones graves que pueden producir.

La lejía solo se utilizará diluida para limpiar superficies o desinfectar objetos, al igual que las soluciones alcohólicas.

También tener presente que el virus es muy sensible a los jabones. Desintegra fácilmente su capa lipídica, perdiendo su capacidad de contagio.

El ingerir bebidas alcohólicas destiladas (ron, coñac…) no es un método preventivo para infectarse.

Aunque el coronavirus es sensible a los rayos ultravioleta del sol, la larga exposición puede ocasionar graves quemaduras de la piel; lo mismo ocurre con las lámparas que utilizan los centros de belleza.

Los antibióticos no curan la covid-19, ni ninguna otra producida por virus. En la actualidad no hay ningún tratamiento específico ni vacuna; sí los hay en ensayos clínicos.

-¿Ha variado el nivel de letalidad conforme avanza la epidemia?

  –Hoy de este virus SARS-CoV-2 conocemos su estructura, orígenes genéticos, peso molecular e incluso sus mutaciones y donde se produjeron e incluso la patología que origina esta infección; lo que no sabemos tanto, es de su comportamiento epidemiológico; cuánto duran o se mantienen los anticuerpos específicos que nos defienden de otra infección.

– ¿Habrá rebrotes y otras oleadas; será estacional?

-Se necesita tiempo y más estudios para saber más de su comportamiento. En los hospitales españoles, desde hace semanas, se está apreciando un descenso en la virulencia de los enfermos que llegan al hospital; con menor afectación respiratoria (neumonía); menos ingresos en hospital y UCI y un mayor número de infectados con curso leve.

Son varias las hipótesis: que la enfermedad se  está diagnosticando de forma más precoz; con los primeros síntomas (pruebas PCR).

En los inicios de la pandemia, los enfermos tardaban más en acudir a los hospitales, se comparaba frecuentemente con una gripe, ahora los enfermos acuden antes. También se relaciona con el aislamiento social, la pérdida de la virulencia, así como la menor carga viral en los contagios.

Otros comentan que podría deberse a las mutaciones del virus; en nuestra área, los científicos creen que el virus no ha mutado.

Se podría pensar que al virus no le interesa ser muy agresivo durante largo tiempo, si acaba con nosotros, también desaparece; depende totalmente de nuestras células para estar activo.

-¿Cuáles tratamientos han resultado más efectivos?

   –Tratamiento efectivo y definitivo no hay ninguno; los que se están utilizando para tratar la covid-19 , son moléculas en fase experimental y otras conocidas e indicadas para otros procesos.

Hay muchos ensayos con nuevas moléculas, tanto en laboratorio, como en ensayos clínicos; por ahora no hay nada definitivo que demuestren su eficacia de forma total.

Entre estos tenemos los antivirales como el rendesevir, lopinavir, retinovir y otros.

Los inmunodepresores, sarilumab (autorizado en la artritis reumatoide) para controlar la fase grave de la exagerada respuesta inflamatoria del sistema inmunitario por el aumento de citoquinas en sangre (estas últimas son reguladoras de los procesos inflamatorios).

También se está utilizando la controvertida cloriquina e hidroxocloroquina (se utiliza para la malaria y enfermedades reumáticas autoinmunes) últimamente se utiliza en todo el mundo con resultados aceptables, pero no definitivos.

La OMS, hace pocos días, prohibió continuar con los ensayos clínicos por el alto riesgo de muertes por los efectos secundarios, entre otros, arritmias que se agravan por las dosis altas y la prolongación del tratamiento; la OMS se basa más en estos hechos que en su ineficacia.

En España se utilizó en el 85% de enfermos sobre todo en los inicios de la enfermedad, donde demuestra más eficacia; al igual que en otros muchos países del mundo.

Últimamente se está comenzando un ensayo con la administración de suero de enfermos curados; aun no tenemos un número suficiente de enfermos tratados, que nos indiqun resultados concluyentes; en los pocos ensayos sí hubo éxito.

También en ensayos clínicos se está utilizando el Interferon, de momento sin demostrar ninguna evidencia.

A todos estos tratamientos, tendremos que añadir los tratamientos sintomáticos y preventivos, como el paracetamol antiinflamatorios (corticoides) y anticoagulantes (heparina o derivados)

-¿Cuándo podemos esperar que la pandemia disminuya y se pueda volver a la normalidad?

   -No es fácil predecir el comportamiento de este virus en la pandemia. El virus hizo mutaciones varias en distintos continentes; hay muchas hipótesis sobre su comportamiento, aunque clínicamente es muy similar en todo el mundo: La pandemia se está comportando de forma diferente; no se desarrolla igual en Asia, Europa, América o en África, donde se pensó que la pandemia podría ser catastrófica al carecer de infraestructuras y organización sanitaria adecuada; quizás sean otros los factores, como el distanciamiento social, el aislamiento y la menor movilidad de la población.

Un ejemplo de control eficaz de la pademia fue Japón, con limitación de la movilidad y el aislamiento social (culturalmente se tocan poco ) la utilización de barreras físicas (mascarillas), el diagnóstico precoz de enfermos y sospechosos con PCR, y lo que es muy importante: El control y seguimiento riguroso de infectados y de todos sus contactos, contando siempre con una exquisita colaboración ciudadana; sin estos condicionantes, es muy difícil controlar una pandemia como la del covid-19.

 La pandemia sí la podemos controlar, y volver casi a la normalidad, pero no de forma absoluta y segura; mientras no tengamos un tratamiento eficaz o una vacuna, no volveremos a la normalidad definitiva y más si este virus se comporta de forma estacional.

En una nueva ola de pandemia, sí tendremos más experiencia y estaremos mejor preparados para su control.

Habrá que estar en alerta para adoptar medidas epidemiológicas con prontitud, contando siempre con la importante colaboración ciudadana.

Estamos comenzando a ver la luz al final del túnel: hay diez proyectos de vacunas en ensayos clínicos y de estos, hay tres que están dando resultados positivos con la aparición de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 .

El doctor Jesús Caamaño Varela es licenciado en Medicina por la Universidad de Santiago de Compostela (USC), Galicia, España. Médico de familia, con diplomado en Salud Pública y Epidemiología.