El covid-19 ha hecho evidente cómo los esfuerzos colaborativos son necesarios para salir adelante.
En materia científica los investigadores lo saben antes de la pandemia, pero en la actualidad se ha hecho notorio que cuanto más conozcamos el virus, más sencillo será ganarle esta batalla.
Este espíritu que hermana a la ciencia explica el alcance de la iniciativa #loquenosune, que promovida por la Asociación de Estudiantes de Medicina de la Universidad de Panamá (UP), hizo posible compartir la visión, en exposición virtual desde Panamá y España, de La inmunofarmacología en tiempos de covid-19.
Por Panamá intervino la investigadora Ivonne Torres Atencio, profesora titular II, directora del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (UP) e investigadora asociada del Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat AIP), quien hizo referencia a varios tratamientos que se están evaluando de manera controlada.
Por Barcelona (España), el investigador Jordi Sintes Castro, conversó acerca de los test serológicos y de cómo, ciertamente, un diagnóstico masivo de la población permite conocer a tiempo real el grado de afectación
Por cierto, hizo una referencia histórica de mucho valor: el doctor Santiago Pi i Sunyer (Barcelona, 1893-1981), fue uno de los primeros docentes catalanes en impartir clases en la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá.
Lo hizo en 1952, a cargo de la cátedra de Química Médica Fisiológica y Fisiología.
Del diálogo entre ambos investigadores derivaron interrogantes periodísticas que a continuación se ocupan de responder, como aporte al conocimiento de este virus que nos acompañará quizás por siempre.
-Observamos, de acuerdo con la exposición, “que la rápida replicación viral y el daño celular”, entre otros factores, explican “la agresiva inflamación causada por SARS-CoV-2”. ¿Esta tendencia se replica por igual en todos los pacientes o existen variaciones según continente o regiones?
-(IT): Según las estadísticas, hasta ahora, el 20% de los pacientes necesitan atención médica y de ese porcentaje el 5% es el paciente severo o grave.
Se ha observado ese perfil de manera global. Desde luego, los pacientes que presentan comorbilidades tienen una probabilidad mayor de presentar una inflamación más agresiva, es decir aquella que el organismo no puede controlar y que lesiona los órganos.
-¿Podría detallar el efecto de la llamada “tormenta de citoquinas” en la condición pulmonar del paciente covid-19?
-(IT): El virus una vez activa el sistema inmune con su presencia, genera una respuesta a partir de la cual se liberan sustancias que envían señales a otras células, como si fueran soldados, y las recluta. Estas sustancias son las “citocinas”, pero en una parte del covid-19, esta respuesta es mucho mayor, y otras sustancias se unen a las respuestas y en mayor cantidad, generando más daño que beneficio, y por eso se llama tormenta.
-¿Los tratamientos enumerados en la presentación (TNF alfa, IL-6, IL-1, inhibidores de JAk, citorsoción…) son solo para pacientes con inflamación agresiva en los pulmones o pueden servir para casos leves?
-(IT): Los tratamientos explicados son justo para modular la acción de esas citocinas que se encuentren muy elevadas en sangre y evitar que causen más daño en el pulmón, pero también para que no vayan a lesionar otros órganos vitales.
Algunos de ellos son usados hace varios años como terapia para enfermedades autoinmunes como Artritis Reumatoidea (AR) o algunos tipos de cánceres.
-¿Cuáles son las características más relevantes de estos tratamientos? ¿ya se han aplicado en Panamá o en otros países o todavía se encuentran solo en fase de experimentación?
-(IT): Estos tratamientos son solo utilizados por los especialistas en situaciones puntuales, de acuerdo a la condición de cada paciente.
Se debe tener información de cómo están los niveles sanguíneos de esas citocinas y si la condición del paciente admite el uso de estos fármacos, que también son muy costosos.
En Panamá hay guías de tratamientos que sugieren su uso; en otros países se han utilizado, y de hecho la información científica generada se debe a la experiencia en países como China, Italia, Alemania, España, Estados Unidos o Reino Unido. Gracias a las publicaciones científicas es posible que todos los que estamos interesados podamos tener sus experiencias documentadas. Otro aspecto importante es que estos tratamientos requieren el consentimiento informado del paciente o de sus familiares.
Test e inmunoensayo
-¿Qué diferencia un test molecular del inmunoensayo?
-(JS): El test molecular confirma con una certeza cercana al 100% si hay presencia de SARS-CoV-2 en el momento de la extracción de la muestra, ya que este tipo de test detecta el ARN viral, es decir, el material genético del virus.
Sin embargo, los test serológicos se basan en un inmunoensayo para evaluar la respuesta de nuestro sistema inmunológico frente al virus.
Los test serológicos nos revelan si el sujeto ha producido anticuerpos (IgG, IgM y en algunos test IgA) con capacidad de reconocer al virus y potencialmente neutralizarlo.
Hay que remarcar que con los test serológicos no podemos diagnosticar si el paciente está infectado en el momento de la toma de muestra, pero sí evaluar si ha respondido o está respondiendo frente a infección.
-¿La mayor cantidad de test aplicados en la población realmente nos pueden ayudar a bajar el nivel de contagio?
-(JS): Un diagnóstico masivo de la población nos permite conocer a tiempo real el grado de afectación (test molecular) e inmunidad (inmunoensayo) en la población. Corea del Sur aplicó un sistema de diagnóstico masivo en grupos poblacionales que permitió localizar los principales brotes de la epidemia en su territorio, para luego aplicar diferentes medidas de aislamiento y contención que ayudaron a frenar la famosa curva de infección.
Así mismo, los test serológicos, como hemos comentado, permiten conocer el estado de protección o inmunidad grupal de la población y estos datos han sido usados por algunos gobiernos y empresas para reactivar el sector laboral.
-Entiendo que hasta ahora las cifras indican que no existe inmunidad y debemos esperar la vacuna…
-(JS): Así es. Los epidemiólogos y virólogos estiman que para alcanzar la inmunidad grupal y, por tanto, reducir las cadenas de contagios, se requiere que 60% de la población tenga anticuerpos frente al virus.
Lamentablemente, los estudios publicados hasta la fecha revelan que solo alrededor de 10% de la población en grandes ciudades como Londres, Barcelona, Boston, Madrid… tiene anticuerpos reactivos frente SARS-CoV-2 que nos puedan servir de factor protector para segundas oleadas y detener la diseminación del virus.
La única excepción, con casi 20% de la población con anticuerpos, es la ciudad de New York, donde, lamentablemente, el SARS-CoV-2 también se ha cobrado un elevado número de vidas humanas.
-¿Nos podría detallar los alcances de los ensayos para detectar anticuerpos anti SARS-coV2? ¿ha funcionado la investigación previa con virus similares?
-(JS): Los estudios previos realizados durante las epidemias de SARS y MERS han sido de extrema ayuda durante el diseño de tests diagnósticos para el SARS-CoV-2.
Comparativas estructurales a nivel genético y proteómico han proporcionado información clave para la selección de las dianas moleculares (genes a detectar en PCR) y proteicas (proteínas a detectar en los inmunoensayos).
-¿Estos ensayos los están aplicando las comunidades científicas de los distintos países o existen variaciones de un grupo a otro?
-(JS): Hay cierto grado de variación en el diseño de los estudios y en cómo se han presentado los resultados.
En referencia al diseño, hemos visto estudios donde la población analizada no ha sido escogida de forma aleatoria, ya que han analizado muestras de gente solo en grandes ciudades y no en zonas rurales, o bien solo aquellos que iban al hospital bajo sospecha de estar infectados, entre otras desviaciones.
Referente a cómo se han presentado los resultados, hay que mencionar que muchos estudios nos hablan de presencia de anticuerpos, cuando solo contabilizan aquellos individuos que tienen anticuerpos del tipo IgG, excluyendo los dobles positivos para IgG e IgM.
Estamos a la espera de nuevos datos de seguimiento en los mismos individuos para evaluar el alcance y duración de la inmunidad frente al coronavirus, en otras palabras, hasta cuándo estaremos potencialmente protegidos con anticuerpos hasta que llegue una vacuna o tratamiento profiláctico.
-Son interesante las reflexiones con respecto a los factores que han influido en la inconsistencia en los resultados. ¿Cómo esta debilidad puede propiciar un esfuerzo mayor de los gobiernos por desarrollar test propios y no depender de terceros países?
-(JS): Es una buena reflexión con difícil respuesta. En una feroz guerra comercial por conseguir los test diagnósticos, muchos gobiernos se han visto obligados a adquirir test en terceros países sin haber podido analizar bien la especificidad y sensibilidad de los mismos.
Soy de la opinión que esto debería servir de referencia a muchos países, o a la Comunidad Europea, para gestionar y liderar grupos de trabajo con diferentes centros de I+D y empresas para el diseño y comercialización de test validados bajo estándares de calidad y que puedan servir de gold-standard a toda la comunidad médica y científica.
Violeta Villar Liste. La autora de este reportaje es Comunicadora Social, egresada de la Universidad de los Andes (ULA), magíster en Literatura Latinoamericana por la ULA, con suficiencia investigadora del Doctorado en Comunicación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC). Egresada del Diplomado en Periodismo Digital del Tecnológico de Monterrrey. Con más de 25 años de ejercicio periodístico, es autora y coautora de libros periodísticos. Fundadora de La Web de la Salud.