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En una sociedad cada vez más compleja, todos necesitamos desarrollar estrategias de autocuidado emocional, basándonos en la valoración que le damos a nuestra salud integral

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga. Egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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Tomando en cuenta la importancia y beneficios del enfoque de autocuidado emocional para el bienestar y prevención de mayores trastornos psico emocionales, en Venezuela surgieron algunas iniciativas a raíz de la pandemia por COVID-19, enmarcado también en el contexto de emergencia compleja humanitaria  que vive el país; las cuales han sido lideradas por psicólogos y organizaciones no gubernamentales, impulsando programas para atender, en distintas regiones del país, a personas afectadas por crisis emocionales, duelos o eventos traumáticos.

 A continuación menciono algunas de estas experiencias y sus resultados.

A partir del año 2014, a nivel nacional, Psicólogos sin Frontera (PSF), el Grupo Social Cesap y la ONG Rehabilitarte (estado Zulia, a partir del 2016), han estado trabajando en crear un nivel de conciencia en la sociedad, en sus contextos más vulnerables, basados en la premisa de acompañar y sembrar la idea del “autocuidado” en la ciudadanía; promoviendo de distintas formas la salud mental y la atención digna a personas con discapacidad psicosocial.

Entre los temas prioritarios de atención a nivel de la población se consideraron: los duelos traumáticos y migratorios, el manejo de las crisis, los primeros auxilios psicológicos y el acompañamiento en estos procesos dolorosos.

Según reseña la web:

  • Se inicia con la creación de un programa de formación para capacitar a líderes comunitarios en materia de autocuidados emocionales.
  • Hubo un gran crecimiento y aceptación  del proyecto de soporte psicológico gratuito y con el valor agregado de atención vía digital por medio de llamadas y mensajes.
  • Atendieron más de 20.000 citas, equivalente a unos 9.000 pacientes a nivel nacional.
  • Crearon programas de formación y atención especiales para gremios como los periodistas que a diario afrontan situaciones difíciles que le generan estrés y ansiedad.

Estas exitosas experiencias comprueban la necesidad de la población de ser atendida y formada en procesos de autoapoyo y autocuidado como herramientas aplicables y que les permite  tener una mayor conciencia de sí mismo y la valoración de las propias necesidades, promoviendo la toma de decisiones positivas hacia sí mismos y hacia los demás, basadas en la empatía, solidaridad y responsabilidad.

Como cierre de esta serie de publicaciones sobre el autocuidado emocional, voy a enfocar en la necesidad de que las personas que asumen roles de cuidadores a nivel familiar, tengan apoyo y seguimiento en sus procesos para evitar o disminuir el desgaste emocional que implica este tipo de responsabilidades.

Necesitamos recordar que el cuidador  no necesariamente es profesional del área o experto en ese rol, sino familiares que ejercen esta labor por amor; por ello están sujetos a riesgos tanto a nivel físico como mental o emocional. Para garantizar un mejor desempeño de este rol y, por lo tanto, mayor bienestar del cuidador y del sujeto del cuidado, es necesario reconocer que en ocasiones se requiere pedir ayuda, por lo cual te damos algunas recomendaciones a tomar en cuenta:

  • Pide y acepta la ayuda de otros.

En ocasiones los cuidadores familiares asumen una actitud de “poder con todo”, a costa de su propio bienestar.

  • Desglosa y elabora una lista de tareas para delegar e otras personas del grupo familiar o de la comunidad.

Entre ellas: hacer las compras, buscar los resultados de exámenes de laboratorio o citas médicas, hacer llamadas para información de medicamentos o retirarlos, acompañar al paciente en casa o en un paseo eventualmente, preparar alimentos, ayudar en la limpieza o lavada de ropa, acompañar al paciente con actividades recreativas o lecturas de su preferencia.

  • Darse cuenta de sus limitaciones y capacidades.

Es frecuente que los cuidadores piensen que nadie cuidará al paciente igual o mejor que ellos y les cuesta delegar funciones, pero hay que tomar en cuenta que pueden tener ciertas limitaciones por su salud, edad, fuerza, entre otras a considerar.

  • Reconoce que necesitas descanso y recreación.

Para el equilibrio integral, el cuidador debe tomar espacio de la situación cotidiana y darse tiempo de descanso, recreación y socialización sin el paciente a su cargo; para ellos es recomendable incluir actividades que permitan tener un balance a nivel de la energía que permitan centrar la atención y relajar la mente.

  • Poner atención a las rutinas de alimentación y sueño, ya que tienden a descuidarse.
  • Buscar información de una fuente válida acerca de los cuidados que necesita el paciente.
  • Vincularse a grupos de apoyo para cuidadores y realizar actividades de capacitación que le garantice herramientas para el manejo adecuado del caso sin sobrepasar sus capacidades. 
  • Mantener algún tipo de actividad física.
  • Expresa tus emociones para evitar la acumulación.
  • Utiliza la respiración para canalizar y gestionar las emociones.
  • Pon límites.

En una sociedad cada vez más compleja, todos necesitamos desarrollar estrategias de autocuidado emocional, basándonos en la valoración que le damos a nuestra salud integral, y a nuestra importancia como personas; mas allá de las opciones de atención a nivel gubernamental, se requiere de una mayor conciencia de nosotros mismos y tener la suficiente motivación para cuidarnos, protegernos y generar bienestar para, no solo lidiar con trastornos o enfermedades sino prevenirlas.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)