Alimentarse bien es muy importante porque el cuerpo necesita muchas vitaminas y muchos minerales para crecer, desarrollarse y mantenerse sano, sobre todo durante la adolescencia
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI | Miembro de CENCAM y ISNi3C
La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid. Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia. Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las Tablas. Miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)
Hay algunos elementos o suplementos que tienen las frutas, vegetales, carnes y otras sustancias que son importantes para la salud. Las vitaminas son sustancias orgánicas, es decir, su origen es animal o vegetal; los minerales son sustancias inorgánicas procedentes de la tierra o del agua, que absorben las plantas o que ingieren los animales.
Las vitaminas se dividen en liposolubles, que significa que se disuelven en grasas y se almacenan en el cuerpo, como las vitaminas A, D, E, y K; y las vitaminas hidrosolubles, que se disuelven en agua, no se almacenan y el exceso se elimina por la orina, como las vitaminas C, las vitaminas del complejo B, como la B6, la B12, la niacina, la riboflavina y el ácido fólico.
Ingerir vitaminas puede ayudar a llenar las deficiencias nutricionales, especialmente si una persona tiene restricciones dietéticas o condiciones de salud específicas; sin embargo, el cuerpo necesita una cantidad diaria específica de cada uno de estos para mantenerse sano. Algunas sustancias incluso se necesitan en pequeñas cantidades, estas son conocidas como los oligoelementos, y su dosis diaria requerida es todavía menor; entre estas tenemos el hierro, el yodo, el zinc, el cobre, el selenio y el cromo.
Los pacientes con enfermedad renal crónica, pueden presentar un estado conocido como malnutrición calórico-proteica, que se produce por la disminución de la función renal, y por el aumento de producción de factores neuroendocrinos y de citoquinas inflamatorias. El aumento de productos nitrogenados, el cambio en el pH y las alteraciones metabólicas produce trastornos gastrointestinales que reducen la ingesta, y producen náuseas y pérdida de peso producto de la hiporexia o disminución del apetito.
Funciones y cantidad mínima necesaria
La vitamina D es importante para la salud ósea y el sistema inmunológico. La dosis recomendada varía según factores como la edad, la exposición al sol y el estado de salud, pero generalmente se sitúa entre 600-800 UI al día. Los efectos secundarios son raros en dosis normales, pero en exceso puede causar toxicidad. En pacientes con enfermedad renal crónica, se debe tener precaución, ya que pueden tener dificultades para regular los niveles de vitamina D en el cuerpo, debido a la función renal alterada, por lo que se suplementa dependiendo del déficit que presente el paciente, que puede conocerse al medir los valores en sangre.
La vitamina C es un antioxidante importante para la salud inmunológica y la piel. La dosis recomendada es de 75-90 mg al día para adultos. Los efectos secundarios son poco comunes en dosis normales, pero en exceso puede causar malestar estomacal y diarrea. En pacientes con enfermedad renal crónica, se debe tener precaución, ya que altas dosis de vitamina C pueden empeorar la función renal y una ingesta mayor de 1 g al día puede aumentar la excreción de oxalato de calcio, con lo que aumentaría el riesgo de formar litiasis renal.
El calcio es esencial para la salud ósea y muscular. La dosis recomendada varía, pero generalmente se sitúa entre 1000-1200 mg al día para adultos. Los efectos secundarios pueden incluir estreñimiento y problemas de absorción en dosis altas. En pacientes con enfermedad renal crónica, se debe controlar la ingesta de calcio, ya que niveles elevados en sangre pueden quelarse junto al fósforo libre en sangre, lo que produce calcificaciones extraóseas, peligrosas para la circulación de los pacientes.
Las Vitaminas B (B6, B12, folato) desempeñan funciones en el metabolismo energético, la función nerviosa y son cofactores en la formación de glóbulos rojos. Los pacientes con enfermedad renal crónica pueden necesitar ajustes debido a la función renal alterada. Se recomienda una dosis de ácido fólico de 1mg/día, vitamina B6 de 5 mg a 10 mg/ día, y de vitamina B12, 6 mcg por día.
¿Suplementos o alimentos?
Alimentarse bien es muy importante porque el cuerpo necesita muchas vitaminas y muchos minerales para crecer, desarrollarse y mantenerse sano, sobre todo durante la adolescencia.
Mantener una dieta variada es la mejor manera de obtener todas las vitaminas y minerales que se necesitan cada día. Las frutas y las verduras frescas, los cereales integrales, los productos lácteos semidesnatados, la carne magra, el pescado y las aves de corral son las mejores opciones para que tu cuerpo ingiera los nutrientes que necesita.
Si eres vegetariano, deberás planificar atentamente tu dieta para que incluya las vitaminas y los minerales que necesitas. Las mejores fuentes de los minerales zinc y hierro son la carne, el pescado y las aves de corral. Pero también puedes encontrar zinc y hierro en las judías secas, las semillas, los frutos secos y las verduras de hoja verde, como la col rizada.
La vitamina B12 solo se encuentra en alimentos de origen animal. Si existe una restricción de ingesta de carne, podemos ingerir huevos, leche y otros productos lácteos, así como en los cereales para el desayuno enriquecidos con vitamina B12. Los veganos (aquellos vegetarianos que no ingieren ningún producto de origen animal, incluyendo todos los lácteos) pueden necesitar tomar suplementos de vitamina B12.
Si tenemos una enfermedad con una restricción dietética o la enfermedad nos produce disminución del apetito y poca ingesta, es importante tomar un suplemento diario que ayude al cuerpo a completar su requerimiento diario para obtener el beneficio de la función y evitar efectos secundarios de la sobredosificación.
Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI