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Para llevar un diario hace falta tener el tiempo, por lo cual es importante ver en qué momento del día o de la noche, encaja mejor su realización.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)

La licenciada María Mercedes Armas Barrios es psicóloga. Egresada de la Universidad Central de Venezuela. Es integrante del Observatorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres y del Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer.
@psico.mm.armas
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Una de las formas en que se ha dado a conocer la escritura con fines terapéuticos son los conocidos “Diarios”. Entre ellos hay varias modalidades narrativas, según lo que se desee enfocar. Podemos mencionar estos tipos:

  • El Diario tradicional: que consiste en llevar un registro libre y a diario de las experiencias, vivencias, aprendizajes, o sea todo lo que se desea reflejar en la cotidianidad.
  • El Diario matutino: que consiste en plasmar los primeros pensamientos, expectativas e intenciones del día, a primera hora de la mañana, como una manera de prepararse para afrontar el día.
  • El Diario de gratitud: que consiste en reflejar todos los elementos que apreciamos y queremos agradecer a lo largo del día, con el objetivo de no dejar pasar esos pequeños o grandes detalles y eventos que nos proporcionan bienestar y felicidad, ayuda a equilibrar lo negativo con lo positivo.
  • El Diario auto reflexivo: que consiste en el registro de los sentimientos o emociones vinculadas a algún sufrimiento o problema que se esté afrontando con el objetivo de hacer catarsis delo que se está experimentando,  y abrirse a otra perspectiva más objetiva o centrada al despejar esos sentimientos; incluso puede servir para ver los avances en la resolución de estas situaciones externas o internas.

Lo que tienen en común es que se hacen de manera narrativa, cotidiana y metódicamente; por lo cual pasan a ser parte importante de nuestros hábitos y herramientas. También puede ser una combinación libre de todos los anteriores y allí entra en juego la creatividad de cada quien, ya que se le pueden anexar detalles como fotos, recuerdos…

Para llevar un diario hace falta tener el tiempo, por lo cual es importante ver en qué momento del día o de la noche, encaja mejor su realización. La idea no es que se transforme en una obligación, en otra carga más de trabajo, sino que su resultado sea tan beneficioso que nos motive a continuar haciéndolo.

Quizás inicialmente resulte algo extraño sentarnos a escribir toda esas cosas, pero lo importante es tener la apertura para iniciar y mantenerse haciéndolo de manera comprometida durante un tiempo a fin de comprobar su efectividad.  Hacerlo así podría sorprendernos.

Revisando algunos beneficios que nos aporta la escritura a nivel psicológico, hay un estudio interesante que mencionar:

  • Estudio sobre el efecto de la escritura expresiva en la cicatrización de heridas en personas mayores de 60 años (Koschwanez y sus colaboradores. Universidad de Auckland, 2013)

Usaron el siguiente método: la persona debía escribir durante 20 minutos sobre la experiencia más traumática que hubiese sufrido, haciendo especial hincapié en los sentimientos, emociones y pensamientos durante este evento estresante, durante tres días consecutivos. Se encontró que 76% de las personas que participaron, habían curado sus heridas completamente frente a un 42% de aquellos que habían escrito sobre sus planes diarios y no sobre sus emociones.

En esencia, este estudio concluye que la escritura expresiva reduce el nivel de estrés lo cual favorece al sistema inmunológico que impacta directamente en procesos como la cicatrización de heridas.

  • Otros estudios coinciden con estos resultados, al encontrar que altos niveles de cortisol, hormona liberada como respuesta al estrés, juega un papel negativo en la velocidad de cicatrización.
  • Dicho beneficio de la escritura expresiva también ha sido reportado en patologías diferentes como el asma, el SIDA y en personas diagnosticadas con Trastorno Depresivo Mayor; encontrándose una reducción de síntomas depresivos significativamente mayor en aquellos que habían escrito sobre sus sentimientos, emociones y pensamientos en comparación con pacientes que no lo hicieron o que escribieron sobre otros temas.

Según los autores Park, Ayduk, y Kross (2016), la escritura expresiva ayuda a cambiar la perspectiva desde la cual se percibe el problema o la experiencia traumática, tomando distancia del evento, lo que permite una análisis y razonamiento interno acerca del mismo. Esto es un proceso de resignificación de la experiencia que protege la salud mental e impacta en la salud física. Por lo cual recomiendan tomar en cuenta esta actividad como una herramienta accesible a la hora de afrontar sucesos que nos afectan emocionalmente, tales como los duelos, de los cuales hablaremos en la próxima parte y como la escritura expresiva puede ayudar en esos procesos.

Por: María Mercedes Armas (Psicóloga)