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Envejecer bien implica adoptar hábitos de vida saludables que pueden ayudar a mitigar los efectos del envejecimiento y promover el bienestar general

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI

La Dra. Karen Courville es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá. Realizó estudios en Medicina Interna y Nefrología en el Complejo Hospitalario Dr. Arnulfo A. Madrid.  Tiene un Fellow en Investigación Renal del Instituto Mario Negri en Bérgamo, Italia.  Investigadora del Instituto de Ciencias Médicas de Las TablasMiembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI)

A medida que envejecemos, nuestros cuerpos experimentan varios cambios. Estos cambios incluyen disminución de la masa muscular, reducción de la densidad ósea, cambios en la visión y la audición y una disminución en la función de los órganos. Estos cambios son parte del proceso normal de envejecimiento y están influenciados por la genética, factores del estilo de vida y factores ambientales.

Envejecer bien implica adoptar hábitos de vida saludables que pueden ayudar a mitigar los efectos del envejecimiento y promover el bienestar general. Esto incluye mantener una dieta equilibrada, mantenerse físicamente activo, participar en actividades sociales y de estimulación mental, controlar el estrés de forma eficaz, hacerse chequeos médicos periódicos y evitar hábitos nocivos como fumar y el consumo excesivo de alcohol.

Sin embargo, el envejecimiento va acompañado de ciertas condiciones de salud y enfermedades. Estas pueden incluir enfermedades cardiovasculares, diabetes, artritis, osteoporosis, deterioro cognitivo, enfermedad renal crónica y otras. Si bien algunas de estas afecciones pueden estar influenciadas por la genética, muchas pueden prevenirse o controlarse mediante estilos de vida saludables y una intervención médica temprana.

Comprensión del proceso normal de envejecimiento del riñón

Los riñones desempeñan un papel crucial en la filtración de productos de desecho y el exceso de líquido de la sangre, regulando el equilibrio electrolítico y produciendo hormonas que regulan la presión arterial y la producción de glóbulos rojos. 

A medida que envejecemos, los riñones experimentan cambios estructurales y funcionales.

Estos cambios incluyen una disminución en la cantidad de nefronas funcionales (las unidades o células especializadas de filtrado de los riñones), una reducción del flujo sanguíneo a los riñones y una disminución en la eficiencia de la filtración de desechos y la regulación de electrolitos.

¿Qué conocemos del proceso de envejecimiento de las células del cuerpo?

Las células pueden entrar en un estado de senescencia, donde dejan de dividirse, pero permanecen metabólicamente activas.

Con el tiempo, estas células senescentes se acumulan en los tejidos y pueden contribuir a la inflamación crónica y al deterioro de la función tisular. Luego, las células acumulan daño en su ADN (ácido desoxirribonucleico) debido a factores internos (como errores en la replicación del ADN) y factores externos (como la radiación ultravioleta y los productos químicos).

Este daño es causa del envejecimiento celular y puede aumentar el riesgo de mutaciones y enfermedades. Se han descubierto que los telómeros, que son estructuras protectoras en los extremos de los cromosomas, se acortan con cada división celular.

A medida que los telómeros se acortan, las células pueden volverse menos capaces de dividirse y regenerarse. Además, las mitocondrias, estructuras celulares responsables de producir energía, pueden volverse menos eficientes con el tiempo. La disfunción mitocondrial puede llevar a una producción aumentada de radicales libres y al estrés oxidativo, que a su vez daña las células y acelera el envejecimiento.

La función de muchos órganos y sistemas del cuerpo también disminuye en el envejecimiento.

Por ejemplo, el corazón puede experimentar una disminución en la capacidad de bombear sangre, los pulmones volverse menos eficientes en el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, y los riñones experimentar una reducción en la tasa de filtración glomerular.

Es común experimentar un aumento en la acumulación de tejido graso y una pérdida de masa muscular. Esto puede afectar la función metabólica, la movilidad y la salud general. En este proceso, existe un incremento en la susceptibilidad a enfermedades crónicas con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes, osteoartritis, osteoporosis, neurodegenerativas y enfermedad renal.

Investigación en envejecimiento

Existen muchas investigaciones sobre algunas intervenciones que pudieran tener efectos sobre el envejecimiento celular, como la restricción calórica, la terapia génica, la terapia celular y la modulación de vías metabólicas para mejorar la calidad de vida en la vejez y reducir la carga de enfermedades asociadas con el envejecimiento.

La restricción calórica implica reducir la ingesta calórica total sin causar malnutrición. Ha demostrado varios beneficios en modelos animales como reducción en la inflamación y el estrés oxidativo en los riñones de animales sometidos a restricción calórica, y en algunos estudios en humanos, incluyendo retraso del envejecimiento por la disminución de la acumulación de daño oxidativo y el estrés en las células y tejidos; puede mejorar la sensibilidad a la insulina, reduciendo la inflamación sistémica y el riesgo de desarrollo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares; y reducción en la incidencia de enfermedades crónicas como cáncer, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas.

La terapia génica implica la introducción, modificación o corrección de genes en las células para tratar o prevenir enfermedades. La terapia génica podría tener el potencial de corregir defectos genéticos asociados con enfermedades renales hereditarias o de modular vías genéticas relacionadas con la función renal y el envejecimiento

La terapia celular implica el uso de células o tejidos para tratar enfermedades o lesiones. Algunas aplicaciones en el contexto del envejecimiento incluyen reemplazo de células dañadas, en donde células madre o células progenitoras se utilizan para reemplazar células dañadas o envejecidas en tejidos y órganos, promoviendo la regeneración y mejorando la función tisular. La terapia celular ha generado interés como una posible estrategia para regenerar tejido renal dañado y mejorar la función renal en un riñón dañado.

La modulación de vías metabólicas implica la manipulación de procesos metabólicos clave en las células y tejidos. Se pueden identificar compuestos que activen vías metabólicas asociadas con la longevidad, como la vía del factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1) y la vía de la sirtuina (enzimas moduladoras del metabolismo energético), para promover la salud y la longevidad. Algunos compuestos pueden tener propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayudan a reducir el estrés oxidativo y la inflamación, lo que puede ralentizar el proceso de envejecimiento y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad.

Estrategias de prevención del envejecimiento renal

Es muy importante entender que se puede realizar un envejecimiento “saludable”, cuidando nuestro cuerpo y mente. Esto es necesario realizarlo desde temprano en la vida, ya que los buenos hábitos deben practicarse para que duren por siempre. 

Para poder realizar un envejecimiento renal adecuado es importante mantenerse hidratado para mantener la función renal. Beber mucha agua durante el día para ayudar a eliminar las toxinas y los productos de desecho del cuerpo.

Es importante una dieta saludable y equilibrada, baja en sodio, alimentos procesados ​​y grasas saturadas, y rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Esto ayuda a reducir el riesgo de hipertensión y enfermedad renal.

Es importante atender las condiciones crónicas, como la diabetes y la hipertensión, ya que pueden acelerar el daño renal. Siga las recomendaciones de su médico al respecto de medidas de control y/o el uso de medicación de manera adecuada para controlar estas afecciones de manera efectiva.

Evite las sustancias nefrotóxicas, ya que ciertos medicamentos, fármacos de venta libre y sustancias pueden ser perjudiciales para los riñones si se usan en exceso. Utilice siempre los medicamentos según las indicaciones, por el tiempo indicado.

La actividad física es necesaria y debe realizarse con regularidad para mantener un peso saludable, promover una buena circulación y reducir el riesgo de enfermedades crónicas que pueden afectar la salud renal. Fumar y el consumo excesivo de alcohol pueden afectar la función renal y aumentar el riesgo de enfermedad renal. Deje de fumar y beba alcohol con moderación, si es que lo hace.

Al adoptar estas medidas preventivas y llevar un estilo de vida saludable, puede ayudar a disminuir el proceso de envejecimiento de sus riñones y promover la salud renal general para una vida más saludable. Aún faltan más estudios e investigaciones para comprender completamente otras intervenciones a nivel celular y cómo realizarlas, pero en el futuro cercano probablemente se contarán con terapias novedosas para disminuir el envejecimiento celular y de nuestros órganos.

Por: Dra. Karen Courville, FACP, SNI