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En el año 1980, el investigador Reuben Andresen “observó que en determinados individuos la obesidad no aumentaba la mortalidad”.

De esta forma, se introduce un fenotipo atípico denominado “obeso sano”. 

Por otra parte, otros estudios “informaron que del 7%-15% de los individuos delgados presentaban resistencia a la insulina, hiperglucemia y dislipidemia”, es decir, dos fenotipos contradictorios con los dictados tradicionales de la buena salud.

Al respecto, investigadores venezolanos llevaron a cabo el estudio Caracterización bioquímica y clínica de fenotipos metabólicos: un estudio transversal de la ciudad de Maracaibo, Venezuela.

Fue publicado por primera vez en febrero 2018 y, en tercera versión de los revisores, el 24 de marzo de 2021, en la plataforma f1000research (https://f1000research.com/articles/7-230/v3).

Este estudio de manera general concluyó que los individuos con fenotipos metabólicos atípicos son comunes en la ciudad de Maracaibo (Venezuela). 

“Los factores relacionados pueden incluir resistencia a la insulina, glucosa en ayuno elevada y niveles de triglicéridos” y los sujetos obesos “muestran un mayor riesgo de eventos coronarios, incluso aquellos con un estado metabólico o bioquímico normal”, que desestimaría la “normalidad” de la obesidad y, por el contrario, se recomienda vigilar a este tipo de paciente y no confiarse en los valores de laboratorio.

En este estudio participaron los investigadores que se citan a continuación, con sus instituciones correspondientes:

Valmore Bermúdez1,2,  Joselyn Rojas 2,3 Juan Salazar 2María Sofía Martínez Luis Carlos Olivar2María Jose Calvo2Andrés Mindiola4Roberto Añez 2Sandra Wilches-Durán Marcos Cerda1Modesto Graterol Rosemily Graterol Juan Diego Hernández1Carlos Garicano1Manuel Velasco5

Instituciones participantes:

1 Grupo de Investigación Altos Estudios de Frontera (ALEF), Universidad Simón Bolívar, Cúcuta, Colombia
Centro de Investigaciones Endocrino-Metabólicas de la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela
Departamento de Medicina Pulmonar y Cuidados Críticos, Hospital Brigham and Women’s, Harvard Medical Escuela, Boston, MA, EE. UU.
Centro Clínico y de Educación en Investigación Geriátrica (GRECC), Departamento de Asuntos de Veteranos de EE. UU., Miami, FL, EE. UU.
Departamento de Farmacología, Facultad de Medicina “JM Vargas”, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela


Algunas consideraciones

El objetivo general de este estudio consistió en “evaluar las características bioquímicas y clínicas de fenotipos metabólicos en la ciudad de Maracaibo”.

Al respecto, “se realizó un subanálisis del Estudio de Prevalencia del Síndrome Metabólico de la Ciudad de Maracaibo, con un muestreo aleatorizado de múltiples etapas que incluyó a 1,226 individuos no diabéticos de ambos sexos”. 

Para la selección de los diferentes fenotipos, “los sujetos se clasificaron primero según su Índice de Masa Corporal (IMC) en peso normal, sobrepeso y obesidad; luego divididos en metabólicamente saludables y no saludables usando un análisis de clúster en los que las mejores variables predictivas resultaron ser: el HOMA2-IR, el HOMA2-βcell y los  triglicéridos. 

Luego, para evaluar la relación con el riesgo coronario se realizó un modelo de regresión logística múltiple”.

Los resultados expuestos en la investigación conducen a los siguientes hallazgos: “El 43,9% de la muestra estudiada (n = 538) presentaron un peso normal sano, el 5,2% (n = 64) un peso normal no saludable (fenotipo atípico), el 17,4% (n = 217) obesos sanos (fenotipo atípico) y el 33,5% (n = 411) obesos no sanos. 

En relación con los fenotipos atípicos, las personas con peso normal metabólicamente enfermos (MUNW) fue más frecuente en los hombres (56,3%), mientras que las personas obesas metabólicamente enfermas (MUO) fue más frecuente en las mujeres (51,3%)”.

Los investigadores evidenciaron que “estos fenotipos tuvieron un mayor riesgo de eventos coronarios, especialmente para los individuos obesos (obesos sanos: OR = 1,85 IC95%: 1,11-3,09; p = 0,02 y obesos enfermos: OR = 2,09 IC95%: 1,34-3,28; p <0,01)”.

Hay otras consideraciones de interés que derivan de esta investigación, asociadas a los comentarios del revisor, y que los autores responden:

-“La definición de “obesidad metabólicamente saludable” es arbitraria, por lo que nuestra línea de investigación trató de identificar las principales variables metabólicas que pudieran predecir el estado de “salud / enfermedad” mediante un análisis de clústers que no estuviese influenciado por variables y a priori. (J Diabetes Res.2015; 2015: 750265). 

-Aunque la existencia de estos fenotipos continúa siendo materia de debate controversial, se ha descrito en numerosos estudios (J Clin Invest. 2019; 129 (10): 3978–3989 / Endocrine Reviews 2020; 41 (3): 405–420) y, como argumentamos, basados en nuestros hallazgos, la percepción errónea de ser un fenotipo “sano” no indica que no sea un fenotipo biológico (probablemente un fenotipo que observamos en los inicios de la historia natural de la enfermedad cardiometabólica https://doi.org/10.1530/EJE-15-0449 ).
-Coincidimos en que el índice de masa corporal y la circunferencia de la cintura son medidas antropométricas de baja precisión diagnóstica, sin embargo son recomendadas por las diferentes guías internacionales como paso inicial en el abordaje de estos individuos, especialmente en contextos de bajos recursos, donde la disponibilidad de estudios de imágenes que cuantifican el grado de adiposidad visceral no es posible debido al alto costo.

Esto representa una limitación de nuestro estudio.

Detallan que una posible alternativa futura “es correlacionar el comportamiento bioquímico y clínico de estos fenotipos con estudios de imágenes que aporten información más específica sobre el volumen de grasa abdominal”.

Documentan que “la obesidad es considerada la entidad con mayor morbimortalidad en el mundo desde finales del siglo XX. 

Múltiples estudios han demostrado su papel como factor de riesgo independiente para diversos trastornos cardiometabólicos como hipertensión (HTA), dislipidemias, diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y enfermedad cardiovascular (ECV)”. 

Por este motivo, sustentan, la práctica  actual considera al paciente obeso como un paciente enfermo o un paciente con comorbilidades.

Además, los autores exponen que en el caso de los fenotipos metabólicos atípicos su diagnóstico puede ser un desafío para los médicos que puede conllevar a un retraso en su detección. 

“Por ello, en los últimos años, se han dedicado múltiples estudios a la investigación de elementos clínicos, bioquímicos y genéticos precisos, capaces de detectar estos estados metabólicos atípicos y su evolución. 

Asimismo, se ha discutido si el uso de ciertos parámetros antropométricos es suficiente para clasificar a los sujetos como sanos o enfermos desde una perspectiva cardiometabólica”.

En este sentido, señalan, que estos fenotipos, susdeterminantes y prevalencias, no han sido profundamente investigados en poblaciones latinoamericanas, realidad que explica el interés y la valía de esta investigación, en concreto en la ciudad de Maracaibo, Venezuela.

Resaltan que los estudios llevan a recomendar que los individuos obesos sanos se clasifiquen “en categorías con mayor riesgo de un evento coronario en comparación con los sujetos delgados”. 

“Se recomienda una evaluación profunda de estos pacientes. Esto incluye no solo a los sujetos obesos sino también a los que tienen sobrepeso, que pueden no llamar la atención en una consulta de rutina”.