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Amigos lectores:

El domingo 8 de agosto de 1943, cinco días después de que El Nacional comenzara a circular, en la sección de noticias culturales fue publicada una breve nota, “NUESTRAS PÁGINAS LITERARIAS”. Anunciaba el primer párrafo: “El Nacional ofrecerá a sus lectores, desde la próxima semana, un Suplemento Dominical contentivo de dos páginas consagradas a la popularización, desarrollo y enaltecimiento del movimiento artístico venezolano en todas sus expresiones. Al frente de esta importante sección de nuestro periódico estará el escritor Juan Liscano, cuya obra crítica y poética lo ha destacado entre las promociones literarias más jóvenes”.

Y así fue: el 15 de agosto aparecieron las que se llamaron en una primera etapa, Páginas Literarias. Aquel primer domingo la pauta incluyó, en la primera página, un poema de Andrés Eloy Blanco (Reláfica de la Negra Hipólita, nodriza de Bolívar); un relato de Guillermo Meneses (Tú Estás Ahí, Tumbado en la Arena); Llueve sobre el mar, reseña sin firma de la edición 41 de Cuadernos Literarios de la Asociación de Escritores de Venezuela (es probable que haya sido escrita por Liscano); el breve prólogo de Pedro Emilio Coll a su “tragi-comedia inédita e inconclusa”, Interludio de Homunculus; y un poema de Juan BeroesUn poeta joven. 

En la siguiente página, con una ilustración de Luis Alfredo López Méndez, la narración de José Rafael PocaterraUna mujer fría, que más adelante, en 1955, se incluiría en la edición ampliada de Cuentos grotescos. Cerraba aquella primera entrega, Epigramas, poema de Jacinto Fombona Pachano, cuya primera estrofa dice: Digo que cualquier hombre es camposanto/ donde se muestran mármoles y ruinas,/ túmulos de memorias diamantinas/ o fosas en que el tiempo llueve espanto”.

Entre los privilegios que ha tenido esta publicación, además de su longeva persistencia, quizás el más destacado de todos, haya sido haber tenido como director a Mariano Picón Salas. No soy capaz de precisar, sin acceso al archivo de El Nacional, el período en que lo fue. Está pendiente (y esto es un tema sobre el que he consultado a Gregory Zambrano) una aproximación, estudio o ensayo que aborde el capítulo Picón Salas y el Papel Literario. En una carta del 27 de marzo de 1954, dirigida al ensayista, académico e historiador chileno, Ricardo A. Latcham, Picón Salas resumía en una frase la visión editorial que se había impuesto: “Quiero que el ‘Papel’ tenga siempre un acentuado tono hispanoamericano y todo lo que escribas sobre la Literatura del Continente lo publicaremos con rapidez y regocijo”.

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Confluyen en esta edición que recuerda a Picón Salas -nuestro modo de celebrar los 79 años-, dos fuentes: una, producto del intercambio con Luis Fernando Castillo Herrera, del Centro de Investigaciones Históricas Mario Briceño Iragorry (Universidad Pedagógica Experimental Libertador), quien coordinó los aportes que se incluyen en las páginas 1 a la 5: de Yolimar Gil Amundaraín (Los derroteros de un embajador); de David Ruiz Chataing (Mariano Picón Salas ante el nazi fascismo); de Ángela Angulo (Historia a la sordina: Pedro Claver, el santo de los esclavos); de Tarcila Briceño (Buscando el camino) y del propio Castillo Herrera: Mariano Picón Salas y el voto ardiente por Venezuela.

La otra fuente es Gregory Zambrano, a propósito de la publicación de lo que entiendo como un libro-joya: Mariano Picón Salas y Chile, compilado y presentando por Zambrano, con prólogo de Miguel Ángel Campos. Lo conforman 43 textos: de Carlos de BaráibarAgustín Billa GarridoAdolfo Castañón (reproducido en este PDF), Humberto Díaz Casanueva (reproducido en este PDF), Ricardo DonosoLuis Droguett AlfaroÁngeles FuentesHéctor Fuenzalida (dos textos), Juan Luveluck (dos textos), un texto publicado en el diario El Mercurio sin firma, Domingo Miliani (dos textos, uno de ellos reproducido en este PDF), Hernán MirandaMaría MonvelRonnie Muñoz MartineauxEugenio Pereira SalasRicardo Ramírez RequenaSalvador ReyesLuis Alberto Sánchez (reproducido en este PDF), Raúl Silva CastroHernán del SolarLuis Rubilar SolísVolodia TeitelboimManuel VegaGregory Zambrano (distinto a la presentación que reproducimos en este PDF), J. Henry AmielRicardo A. Latcham (tres textos), Pedro Grases (reproducido en este PDF), Enrique EspinozaElena Martínez Chacón, uno firmado con las iniciales A.R., Carlos García PradaJuana QuindosFernando Durán VillarrealCristian ÁlvarezIoannis Antzus RamosFrancisco Javier Pérez, más un apéndice bibliográfico dedicado a las obras de Picón Salas publicadas en Chile.

Este volumen digital, disponible en la web, fue publicado por Ediciones de la Escuela de Letras, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad de los Andes, Venezuela, 2021. Los seis textos de volumen que reproducimos están distribuidos entre las páginas 6 a la 9.

Cierro: Escribí una nota -está en la página 10- en la que comento el ya mencionado volumen Mariano Picón Salas y Chile, marco que aprovecho para adelantar el reconocimiento y gratitud que debemos a Gregory Zambrano por los libros, ensayos y eficaces diligencias que, desde hace casi tres décadas, viene realizando para interesarnos en la obra de Picón Salas, el mayor de nuestros ensayistas.

Digo allí: “Gregory Zambrano no es solo un reputado estudioso de Picón Salas, también un animador, un desprendido armador, alguien que nos dice: hay que leer a Picón Salas desde la pluralidad. Incluso, desde visiones discordantes. De esta apertura y generosidad de espíritu soy testigo: en las ocasiones en que Zambrano ha coordinado ediciones monográficas para el Papel Literario, su ánimo ha sido del que abre las puertas, sin imponer su criterio a los de otros. No trabaja para construir un círculo cerrado alrededor de Picón Salas. Su ánimo es otro: que no haya capillas sino muchos fieles y curiosos dispersos en la vasta demografía de la lengua española”.

Aquí me despido. Todo lo mejor.

Nelson Rivera, director del Papel Literario del diario El Nacional

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