Rector de la Universidad de Panamá (UP) desde 1981 a 1986 y distinguido como Rector Magnífico; ganador del Premio Universidad 2020 de la UP por decisión del Consejo Académico el 2 de septiembre de 2020, la del Dr. Ceferino Sánchez es ciertamente una trayectoria magnífica al servicio de la ciencia, la investigación y la docencia.
Fue el primer secretario nacional de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt) y, en el relato de su vida, se cuenta parte importante del desarrollo de la educación superior y la ciencia en Panamá, de allí que este diálogo sea una manera de reencontrarse con la memoria nacional.
Universidad de Panamá, los primeros años
El Dr. Ceferino Sánchez estudió la licenciatura en Farmacia en la Universidad de Panamá.
“Desde mis primeros días como estudiante en la UP (1951), siempre me sentí impulsado a participar en la vida universitaria y durante los años de estudio fui muy activo en todos los organismos universitarios donde había representación estudiantil.
En diferentes años fui delegado ante la Junta de Facultad, el Consejo General Universitario, la Junta de Síndicos y especialmente en la Junta Administrativa, donde además del rector participaba el ministro de Educación, los decanos de las Facultades y un estudiante por cada Facultad.
La Junta Administrativa era el máximo organismo de gobierno de la Universidad, y una experiencia inolvidable, fuera de lo normal, donde aprendí mucho sobre la universidad, sus problemas y su potencial.
También fue un gran aprendizaje compartir con personas de mucha más edad y muchos de ellos de gran prestigio académico y /o político, sus experiencias sus ideas y sus equivocaciones.
Paralelamente también tuve la oportunidad de participar en el movimiento estudiantil de la universidad, generalmente fuera de los grupos antagónicos de la llamada Guerra Fría de los años cincuenta. Comunismo versus Macartismo de la época”.
De la UP a los estudios en el exterior
El Dr. Ceferino Sánchez, desde el inicio de sus estudios universitarios en el año 1951, siempre tuvo claro sus objetivos: realizar cursos de posgrado en el exterior, volver para trabajar en la universidad y poder dedicarse a investigar sobre los medicamentos.
Este particular interés hacia los medicamentos deriva de experiencias que conoció de muy joven, como el uso de la penicilina, en ocasión de su administración a un pariente mayor que sufría de neumonía.
Fueron señales que lo animaban a servir “como un buen profesor universitario y dedicarme a la investigación”.
Recuerda el Panamá y la UP de la época de los años cincuenta: “Nuestro pequeño país, de 75,517 metros cuadrados de extensión, tenía una población que no llegaba al millón de habitantes y se preparaba para celebrar el cincuentenario de nuestra separación de Colombia.
La única universidad del país tenía unos pocos miles de estudiantes. Era una universidad de trabajadores, donde las clases iniciaban a las 5 de la tarde y terminaban a las 10 de la noche.
La clase acomodada del país enviaba a sus jóvenes a estudiar al extranjero y, por lo general, se orientaban a profesiones o estudios relacionados con actividades comerciales o financieras, propias del aceptado destino tradicional de la función del país. Unos pocos realizaban estudios de posgrado y algunos de ellos eran profesores de la Universidad”.
En Panamá, recuerda, no existía ningún programa o mecanismo para prepararse a nivel de posgrado y mucho menos para formarse como investigador.
“Como resultado de esta realidad, desde muy temprano, supe que la solución, la única solución, era aplicar a becas o programas que me permitieran salir del país y prepararme en la especialidad que estaba interesado y que debía estar relacionada con la Farmacología”.
Aplica a una beca en Estados Unidos “y con una maestría y cuatro años en la Universidad de Panamá, pude ingresar como asistente de investigación en el departamento de Farmacología en la Universidad de Purdue en Estados Unidos”.
Además de un muy modesto salario, recuerda, incluía la exoneración de matrícula y otros gastos hasta obtener el Ph.D.
“No había ninguna otra forma de financiamiento y mis compañeros de la universidad tuvieron que responsabilizarse de mis clases, durante mis estudios, hasta obtener el doctorado, para poder recibir mi muy modesto salario de Panamá con el cual vivimos mi esposa, tres hijos y un cuarto nacido en pleno trabajo de tesis doctoral”.
Las becas que hacen la diferencia
El Dr. Ceferino Sánchez observa que esta experiencia personal explica las razones de su sensibilidad especial “por estimular, ayudar, apoyar y orientar, hasta donde me ha sido posible, a quienes estuvieran interesados en realizar estudios y trabajos de investigación para formarse como científicos e integrarse al trabajo universitario, a la investigación y el desarrollo tecnológico en Panamá”.
Eso sí, subraya, con el compromiso previo de ser aceptado en universidades de prestigio y comprometerse a regresar a servir al país para trabajar en la construcción de una masa crítica de investigadores, profesores y científicos, y otras obligaciones, dependiendo de la especialidad.
Esta política de estímulo al conocimiento la aplicó en sus diferentes ámbitos de actuación como autoridad universitaria: desde director de Escuela, jefe de Departamento, vicedecano, decano, vicerrector y rector.
“Siempre he alentado y facilitado a que el mayor número de interesados puedan mejorar su formación por los medios a mi alcance como otorgar licencia con sueldo prácticamente a todos quienes lo solicitaban, siempre que escogiesen una universidad de prestigio y prácticamente en cualquier especialidad”.
Una larga vida de entrega a la UP
La del Dr. Ceferino Sánchez ha sido una larga vida de entrega a la UP, una vez obtiene, por concurso, una plaza de profesor auxiliar y se dedica a tiempo completo a las actividades académicas y de investigación, también se integra “a los grupos que deseábamos tener una mejor universidad”.
Cuando fue nombrado profesor agregado siguió dedicado a su trabajo académico, además de ocupar el cargo de director de Escuela.
“La UP fue cerrada en 1968 por el gobierno, que fruto de un golpe militar, había tomado las riendas del poder y todos los profesores fueron suspendidos. La universidad se abrió seis meses después.
Durante el tiempo que estuvo cerrada me dediqué a las actividades de investigación y a reforzar la infraestructura de laboratorios y otras facilidades del departamento de Farmacología.
Una vez reabierta la universidad, con un decreto muy restrictivo de su autonomía, seguí con mis labores académicas y de investigación. Fui ascendido a profesor titular”.
En 1973 el decano de la Facultad de Medicina le ofreció nombrarlo vicedecano, cargo que aceptó.
“Por esa época la Universidad estaba inmersa en una verdadera revuelta. Con el lema de la democratización de la universidad, eliminaban todos los reglamentos para la admisión de estudiantes, los números clausus y, como consecuencia de la masificación, que es en lo que se convirtió la mal llamada democratización, se nombraron personas no idóneas como profesores.
Durante toda la decena de los setenta esta situación necesitó del trabajo de muchos para no destruir la estructura de la universidad. Al final la Facultad de Medicina, y otras pocas, pudieron hacerle frente a la caótica situación. Como vicedecano de Medicina me mantuve muy activo en la lucha para mantener y mejorar el nivel académico.
A finales de los setenta el decano de la Facultad no deseó presentarse a la reelección y, en su lugar, junto con un número significativo de profesores, me postularon. La junta de Facultad me eligió decano en 1977”.
Solo dos años más tarde el recién nombrado rector de la Universidad, junto con otras autoridades, le pidieron que aceptara la vicerrectoría académica.
“Eran notorios los problemas académicos que sufría la universidad en la mayoría de sus facultades y la relativa tranquilidad y calidad académica de la Facultad de Medicina”.
Desde 1978 hasta 1980 ejerció el cargo.
Recuerda que en este periodo una de sus experiencias más difíciles las vivió en diciembre de 1979, cuando ejercía de rector en ausencia del titular.
Ocurre que a finales de 1979, Mohamed Reza Pahlevi, el sha de Irán, fue depuesto de su posición y después de muchas peripecias por diferentes países recaló en Panamá, por solicitud del presidente Carter”.
Recuerda que este hecho tuvo como consecuencia una reacción inesperada, muy fuerte, de grupos estudiantiles, que fue fuertemente reprimida por la policía. Muchos estudiantes resultaron heridos y se refugiaron en la universidad en donde pasamos momentos muy difíciles tratando de atender a decenas de heridos”.
La UP recupera su autonomía
Una invitación a Japón y China en el año 1981, le permite al Dr. Ceferino Sánchez hacer una pausa. Vuelve a Panamá a mediados de ese año y se reintegra a la Universidad.
“Durante mi ausencia se publicó una nueva Ley Universitaria. Entre los artículos más importantes destaca que se le devolvía la autonomía y recaía en el Consejo General Universitario la potestad de nombrar al rector de la Universidad, siempre y cuando obtuviese una mayoría de los 2/3 de sus miembros”.
Su reincorporación a la institución coincidió con la elección del nuevo rector. Sin embargo, “a las semanas y meses ninguno de los candidatos que se habían presentado obtenían el mínimo de 2/3 para ser elegido”.
Comenta que la comunidad académica evaluó cuán serio sería no lograr consenso con respecto al nombramiento de un nuevo rector.
Además, se corría el riesgo de inestabilidad y, con esa excusa, “que el gobierno continuara nombrando a las autoridades de la universidad y se eliminara, de nuevo, la autonomía universitaria tal como había acontecido en 1968”.
Ante esa situación un grupo de profesores le propuso inscribir su candidatura para la rectoría como una fórmula para acabar la difícil situación que se confrontaba.
Si bien durante la campaña hubo momentos difíciles, su nombre logró imponerse y durante cinco años ejerció la rectoría.
Este cargo lo asume el 6 de diciembre de 1981. En ese momento la matrícula de la UP era de 38,666 estudiantes.
Nuevas facultades y creación de la UTP
Durante este periodo “se hizo un cambio profundo en la estructura administrativa académica que prácticamente tenía la misma organización de cuando se estructuró la universidad en 1935.
Al principio del periodo la universidad contaba con ocho facultades; al finalizar fueron 14.
Además, se creó la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP) con las facultades de Ingeniería de la Universidad de Panamá.
Se fundaron cinco centros regionales universitarios y se amplió su oferta académica.
Se organizó la Vicerrectoría de Investigación y Posgrado. Se iniciaron algunos programas de posgrado y muy modestamente se apoyaron algunos programas de investigación”.
Resumir cinco años de labor no es tarea sencilla, pero en el recuerdo de la experiencia vivida, resalta el trabajo intenso por “mejorar algunos de los servicios que brinda la universidad, nombrando personal capacitado, administradores calificados, honestos y de confianza en los comedores o restaurantes, en la librería universitaria, la imprenta, la editorial universitaria, en planificación y otros departamentos.
De igual modo, reconocidos especialistas en otras direcciones como la Editorial Universitaria, que estuvo a cargo del Dr. Carlos Manuel Gasteazoro o Planificación Universitaria, de la mano del Dr. Juan Bosco Bernal, actual rector de la Universidad Especializada de las Américas, y otras direcciones universitarias para mejorar su eficiencia, mejorar los servicios que prestaba y eliminar los desórdenes de tipo administrativo”.
Otras iniciativas decididas y “que tuvieron importancia en la administración universitaria, fue la creación de nuevas escuelas como la de Estadística en la Facultad de Ciencias y carreras intermedias. Se organizó la Asociación de Egresados de la UP”.
Iniciativa de interés fue la publicación de la Gaceta Universitaria para recoger todas las resoluciones y nombramientos de los consejos académicos, administrativos y del consejo general universitario.
“Si habría que escoger la mejor iniciativa del periodo fue la formulación y puesta en ejecución del Primer Plan de Desarrollo Universitario 1984-1987 y de dos planes operativos anuales en donde participaron un grupo de excelentes expertos universitarios sobre el tema”.
Honor al honor de una gestión
Hay hechos en la vida que se suceden como sumas de alegrías. Una de estas alegrías la relata el Dr. Sánchez:
“Pienso que lo más emocionante e importante en relación al reconocimiento de mi trabajo universitario, ocurrió cuando el Consejo General Universitario, en sesión solemne, a unos días de haber finalizado mi periodo de rector de cinco años, me declaró, por una gran mayoría, Rector Magnífico, distinción que me hizo sentir muy feliz y agradecido pues la primera vez que ese título se otorgó, fue al fundador y primer rector de la universidad, el Dr. Octavio Méndez Pereira. Yo fui el noveno rector que tuvo la Universidad”.
En la historia de la universidad, que cumplió 85 años de su fundación solo tres rectores han sido declarados Rectores Magníficos: Dr. Octavio Méndez Pereira, Dr. Ceferino Sánchez y Dr. Gustavo García de Paredes.
A propósito del nombramiento del Dr. Ceferino Sánchez como Rector Magnífico, el Dr. Gaspar García de Paredes, en ese momento decano de la Facultad de Medicina, dijo en declaraciones recogidas por los medios, que fue el mayor logro del Dr. Sánchez, “presentar a la opinión pública una universidad más académica y menos política. Supo manejar las conflictivas reglamentaciones de la Ley 11 y coordinar los intereses de los diferentes grupos políticos en defensa de la autonomía universitaria y de la Universidad”.
Premio Anual de la Universidad
Otra alegría que llegó de la mano de la Academia, fue el Premio Universidad 2020 de la UP.
“No se le había adjudicado a ningún rector con anterioridad, por lo cual nunca lo esperé”, observa.
Sin embargo, cuando el cariño se multiplica al lado de la virtud, ocurren estos gestos maravillosos: La Facultad de Farmacia de la UP, creada durante la rectoría del Dr. Sánchez, y cuyos profesores, en su mayoría, fueron sus alumnos, hizo la solicitud.
Además, “la solicitud tuvo un decidido apoyo de la Facultad de Medicina y líderes docentes que habían sido dirigentes estudiantiles en mi etapa de rector”.
Incluso el Premio fue respaldado por la totalidad del Consejo Académico de la Universidad.
A esta sorpresa que le agradó y conmovió, suma las palabras del rector Eduardo Flores:
“Un detalle que me pareció especialmente emocionante fue cuando en el acto de la premiación, el rector mencionó que, durante los años de profesor en la UP, y como dirigente docente, pensaba en la posibilidad de ser un futuro rector y deseaba parecerse a mi manera de ejercer esa distinguida posición”.
Solo las mascarillas y el distanciamiento impuesto por la pandemia impidieron el abrazo y el gesto fraterno que habría significado el mejor final de la ceremonia.
Aportes desde la Farmacología y la investigación
En el ámbito de la investigación científica, el Dr. Ceferino Sánchez dice que su aporte “ha sido muy modesto y relacionado específicamente sobre algún aspecto de la farmacología y farmacocinética de catión de Litio, que se ha empleado y se emplea como un modulador en la enfermedad maniaco depresiva (bipolar).
Creo que ayudé, en su oportunidad, a hacer que este producto fuera usado por los especialistas en mi país cuando no había ningún otro fármaco importante para usarse en la enfermedad afectiva”.
En general desde su tesis doctoral, trabajó en el estudio de medicamentos vinculados con la conducta, la depresión, la ansiedad y otras del mismo campo “porque durante algunos años estuve a cargo de la asignatura de Neuropsicofarmacología en la formación de especialista de Psiquiatría”.
“La ansiedad y la depresión son condiciones complejas que vienen acompañando al ser humano desde su existencia y es una condición médica muy común. Se ha avanzado mucho en el conocimiento químico de la depresión y otros estados similares, y también en la síntesis de medicamentos que son efectivos en tratar los estados depresivos y de ansiedad”.
Resaltó que la depresión es una situación que afecta en menor o mayor grado a alrededor de un 20% a 25% de las personas “y si no se trata adecuadamente farmacológicamente y/o con psicoterapia puede traer graves consecuencias”.
Comenta que como profesor universitario, además de transmitir conocimiento, siempre inculcó en sus alumnos “la importancia de la investigación para su formación y la necesidad de conocer el método científico para que esa información fuese veraz y validable”.
Programa Iberoamericano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (CYTED-D)
Al terminar su periodo de cinco años en la rectoría, se integra con gran entusiasmo al trabajo en el Departamento de Farmacología de la UP y, cabe señalar como anécdota, se resiste a la propuesta de reelección, decisión que considera fue acertada porque le permitió dedicarse a nuevos proyectos en beneficio de la docencia y la ciencia.
“Un año después de mi reintegro al Departamento de Farmacología, se organizó el Programa Iberoamericano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología (CYTED-D) formado por 19 países Iberoamericanos, con un financiamiento importante de España.
El programa comprendía diferentes actividades y temas de investigación para la colaboración entre grupos científicos de la región.
Una de esas líneas, la 10, tenía como objetivo la búsqueda y/o desarrollos de fármacos que se denominó Programa de Química Fina Farmacéutica.
Panamá propuso mi nombre para dirigir ese grupo y el comité directivo del Programa me encargó de organizar esa actividad en 19 países de la región, tarea que inicié un año después de dejar la rectoría”.
Recuerda que fue una gran experiencia: “Se organizaron muchos grupos de investigación en diferentes países, con un total de aproximadamente quinientos científicos en diferentes líneas de investigación, redes temáticas y desarrollos de proyectos”.
En cada país se nombró un coordinador. En Panamá fue el Dr. Mahabir Gupta, reconocido investigador (recientemente fallecido), quien, además, dice el Dr. Sánchez, ayudó a identificar grupos e investigadores en los 21 países iberoamericanos, interesados en el tema y organizar cursos y seminarios en toda la región.
“El éxito del proyecto fue impresionante y aun después del año 1992 continuó”.
En 1993 se retira de la dirección del programa y a solicitud suya, el comité directivo escoge al Dr. Mahabir Gupta, “quien conocía, mejor que nadie, el programa de química fina farmacéutica”.
El Dr. Sánchez, como una manera de mantener alguna relación con el programa, continuó como coordinador de uno de los proyectos de investigación de su línea de trabajo: Evaluación de moléculas con actividad ansiolíticas y antidepresivas en el cual participaban unos 17 grupos de investigación de unos 12 países y cerca de 50 investigadores.
Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia, el momento de la ciencia en Panamá
Cuando el Dr. Ceferino Sánchez inició su labor universitaria, su prioridad y urgencia, “era buscar la fórmula en la universidad, y sin duda en el país, para multiplicar el número de investigadores como la forma idónea, y a mi entender única, de ir formando la masa crítica de científicos e ingenieros» que crearían la capacidad y el talento nacional.
Esta urgencia se convirtió en un proyecto de vida y en pasos en la dirección de lograr “un nivel adecuado de organización y financiamiento para la investigación científica y la formación del personal para el éxito de esa política”.
Desde la rectoría de la UP hizo visible la necesidad de investigar “y por lo tanto de tener personal capacitado y mecanismos para financiar”.
Un momento en este camino marcó una inflexión: el año 1985 cuando, por iniciativa de doce profesores, junto con el Dr. Mahabir Gupta de vocero, reunidos en la Rectoría de la UP, se crea la Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (Apanac).
Este paso, observa el Dr. Sánchez, primer presidente de la Apanac, «fue un momento de inflexión en el inicio de una política en el camino adecuado para cambiar el estado de la ciencia en el país».
Senacyt, el impulso al investigador
La Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá (Senacyt), fue creada por la Ley 13 de 15 de abril de 1997 y tiene en el Dr. Ceferino Sánchez a su primer secretario nacional.
Con anterioridad, en 1993, había sido nombrado secretario nacional de Ciencia y Tecnología, organismo organizado bajo un decreto ejecutivo.
Nace la Senacyt con la visión de “fortalecer, apoyar, inducir y promover el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación”.
“En los años noventa, durante el inicio de la Senacyt, organizamos con prioridad las Becas 2003 en honor a los cien años de la República de Panamá”.
Recuerda que las Becas 2003 tuvieron un precedente histórico en el denominado Plan de Becas de Excelencia.
“Cuando Panamá se separó de Colombia en 1903, el país no tenía personal preparado en las diferentes ciencias y actividades intelectuales que todo país necesita para su desarrollo, incluyendo ingenieros, juristas, profesores, biólogos, pedagogos, historiadores y otros.
El primer Gobierno de la nueva República envió a estudiar fuera del país a un grupo de jóvenes talentosos, quienes fueron los primeros que se formaron en el exterior para servir a la nueva República.
El Dr. Gustavo Méndez Pereira, el fundador y primer rector de la UP, fue uno de los becados en esa oportunidad.
Lo cierto es que este programa de Becas 2003 derivó luego en apoyo para hacer doctorados y posdoctorados y así formar investigadores con todas las facilidades económicas.
Importante es que la escogencia de los candidatos queda en manos de un comité ajeno a la Senacyt y se cursan los estudios, “entre las 200 mejores universidades del mundo y prácticamente en cualquier especialidad”.
Esta iniciativa se ha convertido en un programa que, a la fecha, observa el Dr. Sánchez, ha permitido la formación con un alto nivel científico, de más de 600 panameños, quienes “sirven a universidades, centros de investigación, empresas y en general a la sociedad panameña”.
En mi opinión, analizó, todavía nos falta mucho personal preparado para hacer de Panamá un país con una capacidad crítica científica, fundamental para su pleno desarrollo.
“También es necesario asegurar la permanencia en Panamá de estos científicos formados con recursos de todos los panameños, para que no tengan que emigrar a otros países. Los necesitamos para el progreso de Panamá”.
La ciencia en el centro del COVID-19
Este largo camino andado, de la mano de la ciencia y la investigación, le genera al Dr. Sánchez otras reflexiones, a propósito de la pandemia a causa del covid-19.
“La pandemia de covid-19 ha permitido conocer y reafirmar de cerca las debilidades y fortalezas científicas, sociales y culturales del país, las cuales han sido expuestas al escrutinio público. Creo que se necesita todavía algún tiempo para tener una opinión, sin sesgo y no emocional, de este asunto”.
En una primera aproximación observa que queda en evidencia la importancia de favorecer, con financiamiento gubernamental, la investigación, por el papel de la ciencia en el desarrollo y bienestar de país.
“El Instituto Gorgas ha sido el de mayor protagonismo y ha demostrado en esta encrucijada sus años de experiencia y excelente trabajo en la investigación médica tropical, en el área de la biología molecular y en algunos otros temas de mucho interés para la salud pública. Su personal trasmite conocimiento, dedicación, humildad y esfuerzo en lo que hace.
El otro organismo, cuya labor y propósito ha sido reconocido por la crisis y, que sin duda servirá de apoyo a su futuro, es la Senacyt en su importante rol de formación de investigadores de alta calidad”.
En el lado negativo destaca “un sistema primario de salud que sin duda hay que mejorar. Una dicotomía de actividades y funciones en salud entre el Ministerio de Salud y el Seguro Social, que se debe reestructurar en un sistema universal de salud bajo la responsabilidad de un solo organismo”.
Como investigador en el área farmacéutica, también cuestiona “la diversidad de tratamientos, algunos de ellos inaceptables para el tratamiento de covid-19 que las autoridades no pudieron controlar, y en ocasiones abiertamente apoyaron. Me refiero especialmente a la hidroxicloroquina y la ivermectina”.
En resumen, señala que la ciencia, la investigación médica y la formación de investigadores y la inversión del país en I +D hasta llegar por lo menos a la media de Latinoamérica, puede ser favorecida en el contexto de esta situación inédita que demuestra la importancia de estos pilares.
Educación e investigación como soportes
-¿Cuáles estrategias desde la educación y la investigación debe impulsar Panamá para que ambos pilares formen parte estratégica de una política de Estado y no de gobierno?
Las universidades públicas deben tener una política firme, realista y permanente de excelencia académica en todas sus actividades, que necesariamente debe incluir un cuerpo docente de alta calidad.
Se debe hacer todo lo necesario y el máximo esfuerzo para aumentar en nuestro país el número de docentes e investigadores, que sirvan a las universidades, con una preparación mínima a nivel de PhD obtenido en unidades académicas de alta calidad en el exterior.
“Así mismo, las universidades tienen que tener una política seria y continua de elevar la calidad, la productividad científica y la eficiencia de los centros e institutos de investigación, y estos deben esforzarse para continuar (mantenerse) en la universidad sólo si cumplen con altos niveles de productividad en publicaciones de calidad, y en la diseminación del conocimiento y su aplicación en el sistema educativo, productivo y tecnológico del país”.
Se inclina por el apoyo a la investigación en todos sus niveles.
“También se podrá proveer ayudas a la investigación y al desarrollo tecnológico de universidades e instituciones privadas muy bien escogidas, por los organismos oficiales de promoción y financiación, que acepten una estricta supervisión oficial en las actividades que desarrollan, así como un estricto manejo del uso del financiamiento”.
En esta línea, propicia “apoyar y financiar programas de estímulos para la contratación de personal de alto nivel académico, con el propósito de apoyar la investigación, la tecnología y el desarrollo industrial de empresas nacionales que compitan por financiamiento estatal, a través de los organismos públicos especializados en el apoyo a la ciencia la tecnología y la innovación”.
La familia, su pilar emocional
Este encuentro con la historia, en la voz del Dr. Ceferino Sánchez, no puede concluir sin aquello que es esencial en la vida de todo ser humano: La familia.
“Ha significado todo, especialmente desde el apoyo sin fisuras de mi dedicación a la investigación y a la academia, mi decisión de estudiar fuera de Panamá, ya casado, junto con esposa y cuatro hijos, y las restricciones económicas que tal decisión implicaba.
También fue muy importante el respaldo total a las decisiones que tomé, algunas bien complicadas, en relación a las diferentes posiciones que acepté durante mi estadía en la Universidad”.
Tanto la familia de su esposa, la arquitecta Julita Eloísa Urrutia, con quien el primero de febrero cumplirá 63 años de casado, como la suya, siempre asumieron los estudios como un proceso natural “y no había nada más importante”.
Cuando en voz alta, como Pablo Neruda, confiesa que ha vivido (por cierto, poeta a quien admira y leyó “con avidez y gusto”), reconoce que es su familia su mayor satisfacción.
También hacer suyo como país a Panamá, que lo acogió “años después de haber recibido a mi padre por una guerra civil (la española) que acabó con toda una generación”.
En esta lista de grandes satisfacciones, también figura, además de su larga carrera académica en la UP, haber ayudado a crear la Senacyt, así como ocupar el cargo de presidente de la Comisión Nacional de Educación, posición, sin embargo, desde la cual habría deseado lograr mayor impacto.
Por momentos, quisiera ser un tranquilo profesor de la universidad, con su bata de laboratorio, celebrando la sorpresa de cada experimento, al lado de colegas y estudiantes.
Sabe, sin embargo, que ciertos momentos ya no son posibles, así que disfruta su presente en la compañía de los suyos, de sus ocho nietos y nietas, a quienes gusta preguntar qué les interesa de la vida.
Lee mucho para entretenerse y aprender de la historia y de la vida, en particular trabajos científicos, y se asoma con fascinación al desarrollo de las nuevas vacunas que, sin duda, como a otras enfermedades infecciosas, las han ayudado a desterrar, gracias al conocimiento científico y la investigación biomédica.
También escribe su biografía. De hecho, parte de este diálogo es resultado de un recordar para poner en limpio sus memorias.
A los jóvenes les da el consejo que viene de la sabiduría de su vida vivida con compromiso y alegría: “Todas las épocas han sido complejas a su manera y mi único deseo es que cada quien encuentre su felicidad sin afectar la felicidad de otros”.
Violeta Villar Liste
[email protected]
Miembro fundador de la farmacología latinoamericana
El Dr. Manuel Velasco, editor en jefe de la Gaceta Médica de Caracas, gobernador por Venezuela de la Sociedad Interamericana de Hipertensión, coordinador médico de La Web de la Salud, Doctor en Medicina, profesor titular de Farmacología de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, tiene una larga historia de amistad y afectos con el Dr. Ceferino Sánchez.
Explica que el Dr. Sánchez fue miembro fundador de la farmacología latinoamericana y, por tanto,de la Asociación Latinoamericana de Farmacología.
“Es una excelente persona y distinguido profesional. Siempre colaboró con las distintas sociedades científicas e incluso con la Sociedad Venezolana de Farmacología. Conservo muchos recuerdos de nuestra amistad y del trabajo en distintos congresos organizados en la región”.
Cuando el Dr. Ceferino Sánchez ocupaba el cargo de rector de la UP, el Dr. Manuel Velasco lo visitó en su despacho.
“Ocupó cargos muy importantes. Fue presidente de la Asociación Latinoamericana de Farmacología. En las distintas reuniones del gremio siempre estaba presente. Es un hombre con una vida impecable, de servicio a la ciencia”.
El contexto de una alumna del Dr. Ceferino Sánchez
Por: Ivonne Torres-Atencio MCB, Ph.D. Profesora titular de la cátedra de Farmacología
Tuve la oportunidad de conocer al Dr Ceferino, en el tercer año de mi carrera de pregrado en Farmacia (1992). Era entonces uno de los catedráticos en Farmacología.
He de decir que su entrada al auditorio de Farmacología me resultó intimidante, tanto por la misma materia que era considerada por todos los compañeros como la más difícil de nuestra carrera, como por el porte y su vestimenta cubierta por una prístina bata blanca de laboratorio.
Si hay algo que pude percibir desde un inicio es que el doctor Sánchez buscaba la excelencia, para él era, y seguro sigue siendo frustrante, que los estudiantes no mostraran interés en el contenido de la materia, por lo cual entonces era muy “temido” y a la vez muy respetado por todos.
A los pocos años, inicié mi carrera como docente en el departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá (1997), en la figura de profesor asistente y, una vez abierto el programa de Maestría en Ciencias Biomédicas (2001), esfuerzo que fue liderado por el Dr Ceferino Sánchez, nuevamente tuve el honor de ser su alumna esta vez en posgrado.
Gracias a su gestión, los aspirantes del programa tuvimos la oportunidad de hacer estancias fuera del país en laboratorios de miembros de la Red CYTED (Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo), una de las tantas redes de colaboración científica de las que el Dr Sánchez era miembro y en algún punto fue directivo de subprogramas en áreas temáticas.
He tenido diferentes mentores en mi carrera universitaria, pero sin duda el Dr. Ceferino Sánchez ha sido una de esas piedras angulares de gran ayuda y consejo.
En el momento que decidí postularme a una beca de estudios doctorales por parte de Senacyt, una de mis cartas de recomendación fue firmada por él, quien fue el primer secretario de dicha institución a finales de los 90’s.
Siempre ha tenido la visión de que necesitamos formar el personal fuera de nuestro país para ser capaz de aumentar nuestras capacidades técnico-científicas e incorporarlas en Panamá.
En lo personal he podido experimentar su solidaridad, colaboración y consejo con un mensaje claro, sin dar vueltas y pragmático. Hasta el día de hoy, hace más de 20 años, conservamos el contacto y estoy segura que si necesito una orientación o consejo, el Dr. Ceferino Sánchez estará dispuesto a ofrecerlo.
Perfil
Dr. Ceferino Sánchez Jorquera
Fecha de nacimiento: 12 de julio de 1934
Nacionalidad: Panameña
EDUCACION:
- Bachiller en Ciencias, Colegio Abel Bravo, Colón, 1951
- Licenciado en Farmacia, Universidad de Panamá, 1956
- Master en Ciencias (M.Sc.) con especialización en Farmacología, Universidad de Oklahoma, Estados Unidos de América, 1958
- Doctor (Ph.D.) con especialización en Farmacología, Universidad de Purdue, Indiana, Estados Unidos de América, 1965
ACTIVIDADES ACADÉMICAS:
- 1959-1960 Asistente de Farmacología, Facultad de Medicina, Universidad de Panamá
- 1960-1963 Profesor Auxiliar de Farmacología, Escuela de Farmacia, Universidad de Panamá
- 1963-1965 Investigador Asociado, Universidad de Purdue, Estados Unidos de América
- 1965-1969 Director, Escuela de Farmacia, Profesor Agregado de Farmacología, Escuelas de Medicina y Farmacia, Universidad de Panamá
- 1969-1973 Profesor Titular, Departamento de Farmacología, Universidad d Panamá
- 1973-1977 Vice-Decano, Director del Centro de Investigaciones Psicofarmacología (CIPFAR) y Profesor Titular de Farmacología, Facultad de Medicina, Universidad de Panamá
- 1977-1979 Decano, Facultad de Medicina, Universidad de Panamá
- 1979-1980 Vice-Rector Académico, Universidad de Panamá
- 1981-1986 Rector, Universidad de Panamá
- 1986-1994 Director y Profesor Titular, Departamento de Farmacología Coordinador de Ciencias Básicas, Facultad de Medicina, Universidad de Panamá
- 1994-1996 Profesor Titular de Farmacología, Universidad de Panamá
- 2000-2004 Profesor Extraordinario de Farmacología y Director de Investigación y Postgrado, Facultad de Medicina, Universidad de Panamá
ACTIVIDADES EJERCIDAS EN CARGOS PUBLICOS
- 1995-1999 Secretario Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación
- (SENACYT), República de Panamá.
- 1996-1999 Miembro de la Junta de Síndico y Presidente de la Junta del TecnoParque de la Ciudad del Saber.
- 2005-2009 Presidente y Miembro del Consejo Nacional de Educación de Panamá. (ah honorem)
ACTIVIDADES COMO ESTUDIANTE EN LA UNIVERSIDAD DE PANAMA
- Representante estudiantil en la Junta Administrativa, la Junta de Síndicos, el Consejo General Universitario y la Junta de Facultad entre 1952-1956
- Secretario de Asuntos internos de la Unión de Estudiantes Universitarios, 1955
- Fundador y Presidente la Asociación de Estudiantes de Farmacia, 1955
EXPERIENCIAS EN COOPERACION INTERNACIONAL Y ASESORÍA EN ORGANISMOS INTERNACIONALES
- Miembro del Comité Asesor para Investigaciones en Salud. Organización Panamericana de la Salud OPS/OMS. Washington D.C. 1982-1992
- Miembro del Comité Asesor del Centro Regional para la Educación Superior en Latinoamérica y el Caribe (CRESALC-UNESCO). Caracas 1983-1992
- Miembro Asesor del Comité de Investigaciones del Instituto Gorgas. 1984-1991
- Coordinador Internacional del Sub-Programa X°de Química Fina Farmacéutica.
- Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED)
- 1989-1995. Responsable de la coordinación de unos 500 científicos y técnicos de Iberoamérica en proyectos de investigación.
- Consultor de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI). 1993
- Vice-Presidente, Asamblea General Extraordinaria de la UNESCO. Declaración Universal sobre el Genoma Humano. París, 1998
- Jefe del Proyecto de Investigación Iberoamericana “Evaluación de moléculas con actividad ansiolíticas y antidepresivas”. Coordinación de 15 grupos de investigación de 11 países. Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología (CYTED). 2001-2005.
- Responsable directo de la organización de un centenar de congresos, seminarios, jornadas, cursos, mesas de trabajo y actividades relacionadas científico-tecnológicas a nivel nacional e internacional y participante en simposios, mesas redondas, presentaciones de trabajos científicos y conferencista en un número significativo de esas actividades durante los últimos 50 años.
HONORES
- Premio de “Mejor Estudiante de Química” Universidad de Panamá, 1955
- Primer Puesto “Facultad de Farmacia” Universidad de Panamá, 1956
- Becario FULBRIGHT para realizar estudios de Post-Grado. 1956-1958
- Primer Premio Científico del Congreso Centroamericano de Farmacia. Costa Rica 1977.
- Condecoración “ISABEL LA CATOLICA” en el grado de comendador de Número España 1988.
- Académico Afiliado de la Academia de Medicina y Cirugía. Panamá
- Académico numerario de la Academia Iberoamericana de Farmacia. España
- Académico de la Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica de la Argentina.
- Ex Alumno Distinguido Universidad de Purdue, Indiana, Estados Unidos. 1998
- Medalla de Honor Instituto de Cultura Hispánica 2004
- Premio de Ciencias 2005 de la Asociación para el Avance de la Ciencia, APANAC.
- Premio René de Lima, COSPAE 2008 por su aporte a la Educación
- Premio de Ciencias en los 50 años del Colegio Nacional de Farmacéuticos, 2013
- Premio Honor al Mérito de la Federación Farmacéutica Centroamericana y del Caribe, 2013
- Colegio Nacional de Farmacéuticos, 2019 “RECONOCIMIENTO a su trayectoria y grandes aportes a la profesión farmacéutica”. XVIII Congreso Nacional de Ciencias Farmacéuticas “Dr. Ceferino Sánchez”.
- Premio de Ciencia Universidad de Panamá, año 2020
ORGANIZACIONES MAS IMPORTANTES A LAS QUE PERTENECE
- Asociación Latinoamericana de Farmacología ALF
- Asociación Centroamericana de Farmacología
- International Union of Pharmacology (IUPHAR)
- Colegio Nacional de Farmacéuticos de Panama
- Academia Panameña de Medicina y Cirugía 1979
- Asociación Panameña para el Avance de la Ciencia (APANAC). Miembro Fundador y Presidente 1985-1986
- Académico, Academia Iberoamericana de Farmacia, España
- Federación Centroamericana de Farmacia
- INTERCIENCIA
- The Society of the SIGMA Xl
- RHO CHI Honorary Pharmaceutical Society
- Academia Panameña de Psicología
PUBLICACIONES
1. Sánchez, C., Gupta, M., y Santana, A.I. Actividad Inmunomoduladora de las Plantas (II) (2003), Revista de Fitoterapia. 3: 45-62
2. Sánchez, C., Gupta, M., y Santana, A.I. Actividad Inmunomoduladora (1) (2002). Revista Fitoterapia. 2:151-163
3. Calderón, A.I., Espósito-Avella, M., Buitrago de Tello, R.E., Pezzuto, J.M., Sánchez, C. and Gupta, M.P. Anti-Inflammatory and Analgesic activities of Vochysia Ferruginea (2001). Pharmaceutical Biology. 39: 35-39
4. Sánchez, C. Tourism as a tool for knowledge and conservation of natural capital in” Panamá’s Ecotourism- Plus Initiative”. Cornell Hotel and Restaurant Administration Quartely. (1998). 39 (5): 68-79
5. Gupta, M.P., Monge, A., Karikas, G.A., López de Serraín, A., De León, E., Trujillo, M., Suárez, O., Wilson, F., Montenegro, G., Noriega, Y., Santana, A., Sánchez, C., and Correa, M. Screening of Panamanian medicinal plants for brine shrimp toxicity, crown gall tumor inhibition, cytotoxicity and DNAintercalation, International Journal of Pharmacognosy. (1996), 34 (1): 19-27
6. Martin, L.M., Gupta, M.P., De Urbinal, A.V., Karikas, G.A., Gordaliza, M., Miguel Del Corral, J.M., San Román, L., Sánchez, C., San Feliciano, A., Pharmacological and phytochemical studies of Cephaelis axillaris. PlantaMed. (1994), 60: 561-565.
7. Sánchez, C., Los sistemas de ciencia y tecnología. Desarrollo Científico y Tecnológico (1996), 1: 9-17
8. Sánchez, C., Análisis de la situación en Panamá en materia de ciencia y tecnología para el desarrollo sostenible en “Ambiente y Desarrollo”. Editores C. Picón y R. Tarté. Poligráfica, S.A., 1994
9. Rojas, J.L., Tani, E., Orn, ., Sánchez, C., and Goto, H., Leishmania (Viannia) panamensis induced cutaneous leishmaniasis in Balb/c mice pathology. Int. J. of Exptl. Pathol. (1993).
10. Sánchez, C., Gupta, M.P., Vásquez, Noriega, Y.M., Montenegro, G., Bioensayo con Artemia Salina para predecir la actividad antibacteriana y farmacológica. Revista Médica de Panamá. (1993), 18 (1): 62-69
11. Espósito, M., Samudio, D., Buitrago, R., Sánchez, C. y Gupta, M.P., Efecto de la fracción acuosa de Casearia arguta H.B.K. sobre el metabolismo de carbohidrato en ratones. Scientia 1. (1986), 1 (1): 37-41
12. Espósito, M., Sánchez, C. and Gupta, M.P., Pharmacological screening of Panamanian medicinal plants. Part 1. Internat. J. Crude Drugs Res. (1985), 23 (1): 17-25
13. Gupta, M.P., Solís N., Espósito, M. and Sánchez, C. Hypoglycemic activity of Neurolaena lobata (R) J. of Ethnopharmacology. (1984), 10: 323-328
14. Gupta, M.P. and Sánchez, C., A preliminary phytochemical and pharmacological study of Antigonum leptopus. Internat. J. Crude Drugs Research (1982), 20 (3): 117.125
15. Rodriguez, S.M. y Sánchez, C., Diuresis del agua de pipa (Cocus nucifera) en ratas. Revista Médica de Panamá. (1982), 7: 186-191
16. Sánchez, C. El laboratorio Conmemorativo Gorgas: La razón de su fundación. Influencia que han tenido sus investigaciones en el conocimiento científico de las enfermedades de nuestro ambiente regional y en la forma de prevenirlas. Revista Médica de Panamá (1979), 4: 415
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18. Sánchez, C. Training models of Psychopharmacology: a discussion in “Neuropsychopharmacology” (Eds.), Deniker, Radovco Thomar y Villeneueve, Pergamon Press. (1978), p. 171
19. Sánchez, C. and Vergara, F., Ensayo doble ciego con dos antidepresivos. Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina. (1977), 2: 212
20. Sánchez, C., Clasificación y bases farmacológicas de los efectos adversos de las drogas. Revista Médica de Panamá. (1977), 2: 89-110
21. Sánchez, C., Bioquímica de los estados afectivos y litio. Revista Médica de Panamá. (1976), 1: 67-74.
22. Sánchez, C., Fearon, Z., Higuero, H., Picard Ami, L.A., Excreción y retención de litio en pacientes psiquiátricos y sujetos normales. Revista Médica, C.S.S. (1973), 5: 25.
23. Sánchez, C., Metabolismo y toxicología del carbonato de litio. Revista Médica C.S.S. (1971), 3: 101
24. Sánchez, C., Shock anafilactoide con polivinilpirrolidina en el perro. Tribuna Médica (1969), 35: 167.
25. Sánchez, C., Bousquet W.F., Miya, T.S., Effects of conditioning upon stress responses in the rat. Proc. Soc. Exptl. Biol. Med. (1966), 123: 615
26. Sánchez, C., Bousquet, W.F., Miya, T.S., Modification of Stress responses in histamine-depleted rats. Brit. J. Pharmacol. Therapeutics. (1966), 27: 177- 184
27. Sánchez, C., Davis, W., The effects of azacyclonol hydroxyzine and meprobamate on diuresis in the rat. Arch. Int. Pharmacodyn. (1959), 12: 318